Por REDACCION
La tasa de mortalidad materna descendió un 15 por ciento, mientras que la infantil casi alcanzó una reducción del 5 por ciento entre 2016 y 2017, según cifras oficiales difundidas por la Secretaría de Gobierno de Salud.
Además, se informó que una docena de provincias registraron en 2017 la tasa de mortalidad infantil más baja de los últimos 10 años.
De acuerdo a lo indicado por la Secretaría de Salud, en la Argentina la tasa de mortalidad infantil disminuyó de 9,7 por mil nacidos vivos en 2016 a 9,3 en 2017, lo que representó una reducción de 514 defunciones de niños menores de un año, un 5,4% menos que en 2016.
Mientras que la mortalidad materna alcanzó la menor tasa de la serie histórica de los últimos 10 años, con 2,9 cada diez mil nacimientos.
El trabajo difundido señaló que la tasa de mortalidad infantil (que es la cantidad de niños menores de 1 año fallecidos sobre el total de recién nacidos vivos) descendió a nivel nacional casi medio punto y 12 provincias registraron en 2017 la más baja de los últimos 10 años, mientras que hubo 2.762 defunciones menos que en 2008.
Para el análisis de esta tasa se efectúa una división entre el período neonatal (primer mes de vida) y el período postneonatal (hasta el año de vida).
En 2017 la disminución de la tasa de mortalidad infantil fue atribuible principalmente a la disminución de la tasa de mortalidad postneonatal ya que la neonatal no presentó cambios.
En gran medida, esta baja se atribuye a la disminución de las defunciones por enfermedades respiratorias entre los años 2016 y 2017 con 120 defunciones menos (23,7% de descenso) que se refleja en una disminución del riesgo de muerte para estas enfermedades de 0,7 por mil en 2016 a 0,5 en 2017.
En cuanto a la Tasa de Mortalidad Neonatal (TMN) no presentó variaciones entre estos años, se mantuvo en 6,5 por mil nacidos vivos.
En el informe se detalló que la primera causa de mortalidad neonatal es la prematurez, seguida por malformaciones congénitas.
Puntualmente, la TMN específica para los neonatos nacidos con un peso inferior a 1.500 gramos es de 305,1 por mil, 47 veces mayor que la TMN general (6,5 por mil).
En 2017, de las 4.550 defunciones ocurridas en el periodo neonatal, 3.097 (68%) fallecieron por causas relacionadas con la duración de la gestación y el crecimiento fetal y 1.290 (28%) por malformaciones congénitas, fundamentalmente por cardiopatías congénitas.
Estas proporciones se mantienen similares, al menos a lo largo de los últimos 10 años, lo que obliga, según remarcó la cartera de Salud, a redoblar los esfuerzos para que los nacimientos prematuros se produzcan en instituciones con la complejidad adecuada para atenderlos, evitar que sean trasladados entre instituciones y asegurar que todos los cuidados prenatales y postnatales sean los óptimos para esta población tan vulnerable.
En 2017, el 99,7% de los partos se produjeron en instituciones de salud, de las cuales casi el 60% pertenecen al subsector público.
Durante ese año nacieron 704.609 niños, 23.426 menos que el año anterior.
Esta tendencia se mantiene debido a que la tasa de natalidad disminuyó en la mayoría de las provincias, lo que se refleja en una reducción de los nacimientos cercana al 10% en los últimos dos años.
A nivel nacional, la tasa de mortalidad materna –muertes maternas sobre nacidos vivos– descendió 0,5 (de 3,4 a 2,9 por diez mil) lo que significa que en 2017 hubo 43 defunciones menos en comparación con el año anterior, lo que representa una reducción del 17%.
Este descenso es atribuible principalmente a la reducción de las muertes por embarazo terminado en aborto, a las hemorragias (antes y después del parto) y a la disminución de las causas obstétricas indirectas, es decir, no vinculadas directamente con el embarazo, como por ejemplo, las enfermedades respiratorias.
En tanto, se determinó que siete provincias presentaron la mortalidad materna más baja de los últimos 10 años.
Las muertes maternas vinculadas a todas las causas de embarazo terminado en aborto descendieron 55,9% desde 2010 a 2017.
Si solo se considera el aborto médico, otro aborto o intento fallido, el descenso entre los extremos de la serie para el total del país es de 62%, siendo el valor del año 2017 el más bajo de todo el período.
Esto puede atribuirse a la mejora del acceso a servicios de salud sexual y reproductiva (consejería en salud sexual y distribución de anticonceptivos de corta y larga duración), a la educación sexual integral y, finalmente, al fortalecimiento, en la mayoría de las jurisdicciones, de políticas que mejoran el acceso a la interrupción legal del embarazo dentro del marco regulatorio vigente.
Las autoridades sanitarias recordaron que la prioridad de la salud materno infantil es que "toda mujer tenga el derecho a un embarazo planificado y a un parto seguro y respetado y que todo niño nazca en el nivel de complejidad que según su riesgo le corresponde".
De lo publicado oficialmente, se desprende la importancia que tienen las políticas de salud, para brindarle la mejor cobertura a todas las mujeres a la hora de poder concretar su maternidad, en el caso de que sea deseada.
Las estadísticas son claves, porque permiten determinar si una política tuvo un impacto efectivo sobre la población o, en realidad, se está destinando dinero en alguno que termina siendo un gasto y no una inversión.
Hay pocas auditorías con respecto a esta etapa. Y, si las hay, poco impacto público tiene. Es importante que esto ocurra, para poder saber dónde están los problemas, dónde hay que dar soluciones y, sobre todo, si las soluciones terminan siendo efectivas.
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