Menos turismo

A pesar del fenómeno que fue el campeonato mundial de fútbol en Brasil, convocando masiva presencia de argentinos en el vecino país para seguir de cerca la participación de la selección nacional que llegó a protagonizar la instancia decisiva del torneo y clasificándose finalmente subcampeón, al turismo al exterior se encuentra en declive. En el mes de junio precisamente, al cerrarse la primera mitad del año, la caída fue de 4,4% en comparación con igual mes de 2013, aunque en contraposición, la cantidad de visitantes extranjeros que llegaron al país durante ese lapso creció 6,2%, datos estos que son oficiales y fueron difundidos por el INDEC.

En el citado mes de junio los turistas del exterior que ingresaron a la Argentina por los diversos pasos, ascendieron a 345.718 personas, en tanto que las salidas al exterior de los radicados aquí fue de 398.757 turistas, con lo cual se mantiene todavía una diferencia en ese sentido, aunque cada vez se reduce más la brecha.

De los turistas que llegaron al país el 51,8% lo hizo por vía aérea, significando una merma de 3,4% respecto a junio del año pasado, mientras que el 39,3% utilizó la vía terrestre, que registró un crecimiento del 41,8%. El restante 8,9% hizo su ingreso al país por vía marítima y fluvial, en este caso bajando un 31%, quedando en claro el impacto experimentado por la menor cantidad de cruceros que arribaron al país, en tanto que la fuerte suba por acceso terrestre fue por la mayor cantidad de visitantes de países limítrofes.

Tanto fue de esa manera que referimos en el párrafo anterior, que los principales países que aportaron turistas para sumar en conjunto 53,3% fueron Brasil, Uruguay y Chile en ese orden, aunque también aportaron de manera significativa Paraguay y Bolivia.

En lo que hace a igual perspectiva de los turistas argentinos que salieron al exterior, el 53,5% lo hizo a través de vía aérea, sistema que experimentó una baja de 4,5% en la medición interanual, mientras que el 37,9% salió del país por vía terrestre, creciendo 4,1%, completando las salidas el 8,7% por vías marítima y fluvial, donde se experimentó una baja del 28,8%.

En los últimos años y desde bastante atrás también, el turismo había recibido una atención muy especial tanto de parte de los diversos gobiernos como del sector privado, mejorándose sensiblemente la oferta, lo cual redundó en que aunque lentamente la industria turística se fuese convirtiendo en una razón importante de ingreso de divisas al país, aunque eso ha comenzado a declinar desde tiempo a esta parte. Influyen diversas razones, como el cambio de divisas que encareció los costos, además de reiterados episodios de inseguridad que han debido afrontar turistas extranjeros en este tiempo reciente, muchos de ellos al punto de perder la vida. 

Justamente, en este momento, la falta de seguridad es uno de los aspectos por resolver en cuanto al turismo, que ha decrecido claramente.

Nuestro país tiene una oferta enorme, partiendo de un vasto territorio con variedad de climas y maravillas naturales de magnitud, que van desde las cataratas del Iguazú en el norte hasta la nieva de Mendoza y Bariloche, con toda esa inmensidad que es la Patagonia con su oferta del Perito Moreno, contándose además con las playas bonaerenses, sectores de sierras y montañas en Córdoba, Buenos Aires y Mendoza, además de la pesca en el Paraná o la caza en ciertos reservorios especialmente preparados para esa actividad. Eso, sin contar el atractivo de algunas grandes ciudades, como Buenos Aires por ejemplo, con gran atractivo artístico y cultural, importante infraestructura y variedad para las compras y diversiones.

Todo eso fue acondicionándose convenientemente, mejorando la hotelería y los servicios, pero siempre con la atadura que significa el cambio de divisas extranjeras, provocando una oscilación de acuerdo con los tiempos, y ahora, desde hace al menos tres años, una inseguridad que ha ido incrementándose notablemente, transformándose en un factor que aleja al turismo.

Hoy la industria turística está en retroceso, tal como casi todo el componente de actividades de nuestra economía, aguardando por circunstancias más favorables para su desarrollo.