Por REDACCION
El tironeo entre los productores lecheros y el gobierno nacional viene desde hace varios años, sin que se vislumbre alguna clase de solución que satisfaga a los tamberos, de quienes se dice desde el bando de enfrente que "son reclamadores sistemáticos, estando en su propia naturaleza". Sin embargo, más allá de cuestiones que pueden resultar válidas para la discusión, se conocen números y estadísticas que respaldan los petitorios y planteos que formulan los productores, sin que casi se los escuche, y por lo tanto, mucho menos se los atienda.
Aunque datos oficiales no hay, pudo conocerse que en esta primera mitad de 2013 la producción de leche fue un 7% menor que en igual período de 2012, conclusión a la cual se arribó por la cantidad entregada a las usinas lácteas. Es decir, por primera vez desde 2007 está en retracción la producción de leche, aunque a la par se anuncia que en esta segunda mitad del año se irá produciendo una recuperación, bajo la influencia de cuestiones estacionales, aunque de todas maneras se estará entre uno y dos puntos por debajo del total producido el año pasado, con lo cual es probable que se baje del tope de los 11.000 millones de litros en el año. Y si no crecer es ya una forma de retroceder, cuánto más lo es al reducir la cantidad producida, algo que está dejando en evidencia que el sector funciona inadecuadamente, desaprovechándose así una posibilidad más que importante para el ingreso de dólares que el país tanto necesita -tengamos en cuenta que justamente por eso se implementó el mortificante cepo cambiario que consecuencias muy negativas en numerosas áreas de la producción-, ya que la leche en polvo en el mundo tiene una cotización de 5.000 dólares la tonelada, exactamente el doble de 4 años atrás, aún cuando desde entonces las ventas argentinas al exterior retrocedieron un 30 por ciento.
Pero, además de lo referido, que de por si alcanza y sobra para tener una perspectiva de la situación, existen otros datos muy elocuentes que justifican el reclamo de los tamberos. Veamos: mientras desde 2008 a la fecha los precios que se le pagan al productor aumentaron 177% -en la actualidad el precio por litro está en un promedio de 2,05 pesos-, en cambio los valores que paga el consumidor lo hicieron a razón del 321%. La diferencia es más que notable, y suficiente como para atender reclamos y buscar por donde debe irse implementando una situación de mayor equidad para todos los componentes de la cadena láctea.
Existen además otros factores que han ido concentrando la producción y por lo tanto generando la desaparición de los tambos pequeños, al punto que la Mesa Nacional de Productores de Leche sostiene que hoy sólo quedan en el país 10.500 tambos, en tanto que de acuerdo con otras fuentes, en nuestra provincia desaparecieron 300 establecimientos de ese tipo en el período que va de 2007 a 2011 -un detalle que grafica muy bien la situación se refleja en que un distrito como el vecino Presidente Roca, en el corazón mismo de la cuenca lechera, en la actualidad cuenta con sólo 9 tambos-. A pesar de la extinción de los chicos, para estar oscilando en los 11 mil millones de litros de leche, una tercera parte continúa siendo aportada por tambos chicos, es decir, de 2.000 litros o menos por día, quedando claro que a pesar de afrontar estos establecimientos situaciones realmente complicadas desde lo financiero, continúan teniendo una participación muy significativa en la producción total, y además de eso, dando la posibilidad de mucha mano de obra.
Son justamente estos tambos "pequeños" los que reclaman, pues tienen costos mayores para producir, y por lo tanto son más las veces que trabajan sin obtener rentabilidad que cuando realmente obtienen la ganancia que corresponde, lo cual les ha ido minando sus posibilidades.
Los grandes establecimientos en cambio, disponen de mejores perspectivas, pudiéndose mencionar que aquí mismo en nuestra zona se han ido conformando tambos con producción superior a los 5.000 litros diarios, incluso con algos que superan largamente esa cantidad, orillando los 20.000 litros, pudiéndose en cambio hacer mención a otros establecimientos de esta naturaleza realmente grandes, que se encuentran por sobre los 50.000 litros. Son precisamente estos los que obtienen una muy buena rentabilidad con igual precio que los calificados como "pequeños".
Un sector que sin dudas debe encontrar el punto de equilibrio, para recomponerse y volver a crecer.
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