Por REDACCION
Al menos uno de cada tres argentinos mayores de 18 años se mostró, el año pasado, disconforme con el funcionamiento de la democracia a la vez que desconfía de las instituciones de la República según refleja un estudio denominado "Valoraciones de la Democracia y apatía Ciudadana" en el período 2010-2018 elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina.
En los fundamentos de esta investigación, consigna que tanto académicos como especialistas de organismos internacionales han estudiado
en los últimos años la relación entre democracia y desarrollo, subrayando el papel central
de los Estados en la consecución tanto del bienestar social como de igualdad de
oportunidades y libertades individuales. En esta línea, sostiene que el rol principal de la
democracia es el alcanzar condiciones óptimas de bienestar y libertad, promoviendo una
participación activa por parte de la ciudadanía en la vida social y política.
Sin embargo, en la Argentina el principal escollo en ese camino parece ser la
ausencia de un proyecto común de nación. Justamente, considera el estudio, uno de los principales desafíos que
aún enfrenta la sociedad argentina es la necesidad de lograr un acuerdo social capaz de
reunir a la dirigencia política y a la ciudadanía alrededor de la consolidación de una
democracia que garantice el pleno ejercicio de los derechos económicos, políticos, sociales
y culturales.
En este marco, la apatía ciudadana, entendida como el “estado de indiferencia, extrañamiento,
pasividad y falta de interés respecto de los fenómenos políticos” implica un obstáculo
considerable a la hora de alcanzar un efectivo compromiso por parte de la clase política y
de la opinión pública en la construcción de una cultura democrática.
El informe buscó describir y analizar la evolución de la apatía ciudadana en Argentina durante el período 2010-2018. Al respecto, analizó la evolución de los tres indicadores que se utilizaron como insumo para la construcción de este índice:
disconformidad con el funcionamiento de la democracia, desconfianza en las instituciones de la república y déficit de participación ciudadana.
De acuerdo al documento del ODSA, cada uno de los tres indicadores mencionados da cuenta de una forma particular en que la población tiende a desarrollar un vínculo de apatía hacia el sistema democrático. El primer indicador, lejos de cuestionar la legitimidad de la democracia como forma de gobierno, busca analizar la evaluación que hacen los propios ciudadanos sobre el cumplimiento del objetivo que se considera fundamental de la democracia, que es lograr un nivel aceptable de bienestar.
En tanto, la desconfianza en las instituciones de la república, por otra parte, se relaciona principalmente con el mal desempeño que se percibe del Gobierno Nacional, el Congreso, la Justicia y la Policía/Gendarmería en la medida en que no son capaces de satisfacer las demandas y expectativas de la población, impactando sobre el grado de legitimidad y estabilidad de un régimen democrático. Así, las prácticas de corrupción o la ineficacia en la administración de los recursos públicos, por ejemplo, son factores que, entre otros, influyen positivamente en la desconfianza.
Por último el tercer indicador hace referencia al déficit de actividad mediante la cual los ciudadanos toman parte o comparten con otros pares en una organización, desaprovechando posibilidades de desarrollo de la conciencia cívica y de refuerzo de lazos de solidaridad.
En líneas generales, los resultados de esta investigación muestran niveles considerablemente altos en los tres indicadores mencionados: a lo largo de todo el período 2010-2018, más de la mitad de la población adulta en Argentina manifiesta disconformidad con el funcionamiento de la democracia, así como desconfianza hacia las instituciones de la república. Por su parte, el déficit de participación ciudadana no desciende del 74% en toda la serie histórica.
En este contexto, en base a estos tres indicadores surge que el índice de apatía alcanza a aproximadamente 1 de cada 4 personas adultas todos los años (con la excepción del año 2011), evidenciando una ruptura en el vínculo entre el sistema democrático y no poca parte de nuestra sociedad, subraya el documento.
Aún más preocupante resulta el análisis de los datos en 2018. Más allá de que se trató de un año no electoral, el índice de apatía ciudadana llegó al 34,6% (más de 1 de cada 3 personas), su máximo histórico, lo que representa un incremento de 9 puntos con respecto al año
2017. Esta situación se explicaría principalmente por el considerable aumento en
el porcentaje de personas que se manifiestan disconformes con el funcionamiento
de la democracia y que desconfían de las instituciones de la república. La crisis de la economía y el ajuste es el escenario en el que los argentinos pierden la fe.
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