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Editorial Sábado 20 de Octubre de 2012

Matanza en Siria

La mayoría de las fuentes coinciden que desde marzo de 2011 hasta ahora hubo 30.000 muertos en la guerra civil siria.

Redacción

Por Redacción

La nueva estimación de muertos en Siria que difundió Naciones Unidas, realmente causa escalofrío: 30.000 personas, cuya mayoría son civiles. La matanza alcanza niveles enormes, consecuencia de una lucha encarnizada que se libra en las calles entre las fuerzas del dictador Bashar Assad y las ilegales insurrectas, que tras una posibilidad inicial de vislumbrar la posibilidad de victoria -como sucedió en otros países árabes de la región que se deshicieron de gobiernos que vienen de varias décadas y sin legitimación popular, se encontraban en este último tiempo soportando el avance de las tropas de Assad.

Este conflicto armado, lo recordamos, tuvo sus orígenes en marzo de 2011, y desde entonces no ha disminuido el nivel de la confrontación de lo que es señalado como una de las más cruentas guerras civiles de las últimas décadas. Si bien desde las Naciones Unidas se admite que no existe posibilidad de comprobar cifras exactas, todas las fuentes consultadas coinciden en la estimación de alrededor de 30.000 muertos, así habiendo sido expuesto ante el Consejo de Seguridad, refiriéndose además que la violencia del conflicto alcanzó dimensiones insospechadas, donde además de lo conocido se han sumado la tortura y las ejecuciones.

Tales son las características de la lucha, que desde el organismo mundial se considera firmemente que el conflicto difícilmente pueda resolverse por la vía militar, y que ante la hipotética alternativa que sea de esa manera, los costos para los civiles serán enormes. 

Casi todo indica, por los pocos datos que pueden obtenerse, que se vienen registrando unos 100 muertos por día, lo cual ha llevado, por razones humanitarias ya que entre las víctimas se cuentan mujeres y niños además de hombres y ancianos, a que desde las Naciones Unidas se haya insistido con un reclamo de alto el fuego al gobierno de Assad, aunque por ahora sin resultado favorable, ya que el dictador tiene como único objetivo y a cualquier costo, aplastar con destrucción y muerte a todo el núcleo duro que ha llevado adelante la rebelión desde hace un año y medio.

Como Assad utiliza bombardeos aéreos y artillería pesada usados a mansalva en las ciudades de Aleppo y Homs -en manos de los rebeldes-, tal agresión es estipulada por Naciones Unidas como delito de lesa humanidad. Justamente esta metodología provocó que además de los 30.000 muertos haya un enorme flujo de refugiados en los países vecinos, donde los sirios buscan resguardarse de ataques tan violentos.

Los países vecinos que acogen a los sirios que huyen de su país, también han comenzado a tener problemas, siendo un caso muy preciso el de Turquía con 100.000 refugiados en los 13 campos que se instalaron con ese propósito, con desbordes en la atención y ordenamiento de tal cantidad de personas. Pero además, el problema se amplía hacia lo económico, ya que el fondo especial de refugiados no asiste como es debido, ya que hasta ahora sólo se aportaron 139 de los 348 millones de dólares necesarios.

Se hace muy complicado encontrar una salida pacífica del terrible conflicto, en virtud que el régimen dictatorial de Bashar Assad cuenta con algunos apoyos internacionales, como los de Irán, Argelia e Irak en la región, Rusia entre los europeos, y Cuba y Venezuela de Latinoamérica.

Como tratando de forzar la situación, desde las Naciones Unidas se intenta un bloqueo de Siria, especialmente en lo que hace a armamentos, pero se tropieza con inconvenientes muy serios, cómo es cuando existen intereses económicos de por medio. Armas que son enviadas desde Qatar o Arabia Saudita, muchas veces no se termina sabiendo su destino final, ya que pueden terminar tanto en las fuerzas legales como en las insurrectas.

 Todo, en Siria, es un enorme desorden, y además cada vez se va afianzando más un rasgo de conflicto religioso intramusulmán, estando prácticamente confirmado el enfrentamiento de bandos según la orientación religiosa de sus integrantes. Allí están de un lado los sunitas ortodoxos considerando a los shiítas "falsos musulmanes" o herejes, todo lo cual no hace más que contribuir a empeorar la situación, siendo cada vez más radicalizadas las posiciones de los bandos en pugna.

Se advierte, en ambos bandos, un agotamiento de sus armamentos y municiones, pudiendo mencionarse por ejemplo, que los helicópteros al quedarse sin cohetes y misiles, han comenzado a lanzar barriles repletos de explosivos. 

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