Por REDACCION
La Guerra de Malvinas es una herida abierta a pesar de que ya transcurrieron casi 40 años y las nuevas generaciones no vivieron aquellos agitados e intensos días del enfrentamiento militar entre Argentina y Gran Bretaña por el dominio de las islas. Cuando una crisis generalizada ponía en jaque el desgastado poder de los jerarcas de la dictadura, el gobierno militar sorprendió con el desembarco el 2 de abril de 1982 en Puerto Argentino, en lo que fue la recuperación del territorio de ultramar bajo control inglés desde 1833.
Ese día también quedó como registro una triste frase que el entonces presidente de facto, Leopoldo Fortunato Galtieri, pronunció desde el balcón de Casa Rosada ante una Plaza de Mayo colmada por miles de personas que respaldaron la recuperación del archipiélago. Dijo "si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla" en referencia al ejército británico y la posibilidad de que envíen a la flota. De hecho, a pesar de las negociaciones iniciales para evitar la confrontación bélica, finalmente Londres envió su ejército para recuperar el territorio en disputa.
En Argentina, mientras tanto, la sociedad se encolumnó inicialmente con gran entusiasmo detrás de esta gesta y comprometió su apoyo mientras los jóvenes se mostraban dispuesto a defender la Patria armas en mano. Pero la guerra es una tragedia, siempre, no importa el lugar y sus consecuencias se prolongan en el tiempo, no solo por las ausencias sino también por la impotencia de saber que muchos chicos mal entrenados fueron a pelear a una tierra de clima hostil sin las mejores armas, sin la indumentaria para soportar el frío y la llovizna constante y sin los alimentos para estar en el frente. Más allá de todas las adversidades, los combatientes dieron su vida por el país en aquellas islas australes.
La Guerra de Malvinas se extendió durante 74 días, un período en el que 1.200 soldados argentinos resultaron heridos y 649 murieron, en tanto 255 británicos perdieron la vida. Al final, todo para nada. La derrota decretó el final de una dictadura feroz que no respetó los derechos humanos, dejó a un país con miles de desaparecidos y en quiebra económica y social. Desde ese momento, varios frentes quedaron bien marcados. Por un lado, tratar de atender a los ex combatientes que volvieron marcados a fuego por ese conflicto bélico, con problemas físicos o psicológicos, lo que no siempre se hizo con el nivel esperado. Por el otro mantener el reclamo en todos los escenarios internacionales por la soberanía de las Islas, comenzando por la ONU. También determinar responsabilidades criminales por parte de los militares que se embarcaron rumbo a una guerra con difíciles chances de triunfar en caso de presentarse batalla. Y además mantener viva la memoria de los ex combatientes.
En este marco, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, encabezará hoy la ceremonia en reconocimiento al valor y coraje de nuestros Veteranos de Guerra de Malvinas, al cumplirse 39 años de la culminación del conflicto bélico entre Argentina y Gran Bretaña por el territorio de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y espacios marítimos circundantes. Cabe recordar que el pasado 2 de abril, el propio Rossi anunció el comienzo de la Vigilia por los 40 años del desembarco en las Islas Malvinas que se cumplirá en 2022. Parte fundamental es mantener viva la memoria por nuestros héroes de la Gesta de Malvinas en cada rincón de la Patria, expresándoles nuestro acompañamiento y reconocimiento.
Una mirada sobre la historia da cuenta que en el año 1820 se iza el pabellón argentino en Malvinas y, las Provincias Unidas en Sud América, todavía estaban en posesión de los archipiélagos. Pero en el 1833 los británicos ocupan Malvinas, un territorio de 11.410 km2 y, las aguas circundantes, hasta una distancia de tiro de cañón, consigna el Dr. César Augusto Lerena, un experto en Atlántico Sur y Pesca, ex secretario de Estado. Desde 1982 y con el correr de los años, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte tiene ocupado 1.639.900 km2 del mar argentino, es decir el 52% de la Zona Económica Exclusiva Argentina, lo que equivale a la ocupación de la Patagonia, La Pampa, San Luis, Mendoza, Jujuy y Formosa.
Los recursos petroleros e ictícolas del mar en la región en conflicto son muy elevados. El perjuicio económico y social que le causan a la Argentina las extracciones de nuestros recursos vivos es gravísimo, enfatizó Lerena, quien remarca que si la sociedad argentina se interesara con mayor firmeza por las Malvinas, podría haber una mejor política para sostener la pretensión de recuperar la soberanía de las islas. Sería el mejor homenaje para los héroes de la guerra.
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