Por REDACCION
América Latina superó los 25 millones de contagios de Covid-19, en medio de un alarmante avance de la pandemia que obligó a muchos países a pasar otro fin de semana de Pascua bajo una procesión de restricciones.
La región de América Latina y el Caribe superó la barrera de los 25 millones de infecciones, según un registro elaborado con datos oficiales. Además, registra un número de casi 800.000 muertes por el virus.
Los récords de infecciones diarias, como en Perú, o de muertes, como en Uruguay, siguen elevando las alarmas en el continente, donde las restricciones se multiplicaron desde el inicio de abril; en tanto que Chile, por ejemplo, cerró todas sus fronteras desde el lunes.
Así las cosas, la Pascua este año estuvo marcada de nuevo por el virus, como lo reflejó la imagen del Papa Francisco frente a una plaza desierta el viernes por la noche para presidir su segundo Vía Crucis consecutivo sin público, aunque, en esta oportunidad, con la participación de un grupo de niños italianos.
En Europa, golpeada por una tercera ola de Covid-19, toda Italia pasó a la zona "roja" (alto riesgo de contagio y restricciones máximas) el fin de semana de Pascua.
La esperanza, de todos modos, sigue residiendo en la vacunación, que avanza a un ritmo dispar según los países.
En Chile, que ya vacunó un 25% de la población con dos dosis y avanza más rápido que ninguno en América Latina, se registraron en los últimos días las peores cifras de contagios desde el inicio de la pandemia.
Ante ese panorama, las autoridades anunciaron el cierre de las fronteras del país trasandino durante todo el mes de abril, al haberse sobrepasado el millón de infecciones y los 23.000 decesos.
En Argentina, el presidente Alberto Fernández anunció el viernes a medianoche que resultó positivo a Covid-19 en una prueba de antígenos a la que se sometió tras registrar síntomas compatibles con la enfermedad, más de un mes después de haber recibido la segunda dosis de la vacuna.
El mandatario, que el viernes cumplió 62 años, aclaró, no obstante, que se encuentra "físicamente bien" y que está aislado cursando la enfermedad.
Nuestro país, de aproximadamente 44 millones de habitantes, está afrontando una segunda ola de coronavirus con escalada sostenida de contagios y de personas fallecidas.
De su lado, Uruguay, considerado hasta hace poco tiempo un ejemplo en la gestión del Covid-19, viene registrando diariamente nuevos récords de casos y de víctimas fatales.
El país superó ya los 1.000 decesos y los contagios siguen aumentando. Sin embargo, el gobierno aboga por una "libertad responsable", mientras resiste a presiones de representantes de la oposición para imponer restricciones.
Por si todo eso fuese poco, en numerosos países de la región se produjeron casos de la variante brasileña del coronavirus, la llamada P1, que se cree más contagiosa.
Brasil, una preocupación para sus vecinos y la región, vivió en marzo el peor mes de la pandemia con más de 66.000 muertos y es el segundo país más enlutado, con un total cercano a los 330.000 decesos.
Entre los estados brasileños que aplican medidas sanitarias, Rio de Janeiro anunció una prórroga de las restricciones, por lo que el comercio no esencial, bares y restaurantes, cines, museos y teatros no podrán volver a funcionar hasta que lo disponga el Ministerio de Salud.
En Uruguay casi el 20% de la población ya fue inoculada con la primera o segunda dosis de CoronaVac o Pfizer.
Brasil va a paso lento: cerca de un 8% de de los 212 millones de ciudadanos recibieron la primera dosis y 2,3% están completamente inmunizados.
Los analistas atribuyen esa lentitud a la tardanza del gobierno del presidente Jair Bolsonaro -quien durante meses minimizó la gravedad de la enfermedad- en alcanzar acuerdos con los laboratorios farmacéuticos.
La empresa Sinovac anunció que duplicó la capacidad de producción de su vacuna CoronaVac, a 2.000 millones de dosis anuales. El fármaco ya se viene aplicando en más de veinte países.
Ante ese panorama, Carissa Etienne, la actual directora de la Organización Panamericana de la Salud, afirmó en las últimas horas que no hay suficientes vacunas en la región para detener los brotes activos y abogó por la prevención.
En Europa, la campaña también está lejos de cumplir los objetivos y solo un 10% de la población del continente recibió solamente una dosis de la vacuna y un 4 por ciento las dos, según la Organización Mundial de la Salud.
Se suman a eso limitaciones en la administración de vacunas. Holanda, por ejemplo, suspendió las aplicaciones de AstraZeneca en los menores de 60 años después de nuevos casos de trombos sanguíneos.
Reino Unido identificó hasta ahora 30 casos tras recibir esa vacuna, pero subrayó que el riesgo era muy bajo, después de haberse administrado 18,1 millones de dosis.
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