Por REDACCION
El pasado 8 de marzo con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se realizaron diversas manifestaciones, como así también la puntualización de aspectos en los cuales las mujeres resultan postergadas, además de rescatarse estadísticas realmente alarmantes en cuanto a los femicidios. Uno de estos trabajos, analizado en profundidad, correspondió a la organización no gubernamental "La casa del encuentro", dando cuenta que durante 2017 hubo en el país 295 homicidios de mujeres, siendo la cantidad más alta de la última década, durante la cual se registraron 2.679 casos de mujeres asesinadas, con un promedio de un femicidio cada 30 horas.
Cifras que son un verdadero espanto, y que no tienen miras de ir mejorando, sino todo lo contrario ya que en el lapso analizado comenzando en 2008 en que hubo 208 mujeres asesinadas, mientras que en 2017 ese número se elevó a 295. Pero eso no es todo, pues se observa una saña cada vez mayor en la forma de provocar esas muertes, sean por apuñalamiento, durísimas golpizas, ahorcamiento, incineración o asfixia, ya que los patrones se van reproduciendo como un calco, siendo los ejecutores de los asesinatos en su mayoría -el 62%- parejas y ex parejas de las víctimas, mientras que el 51% de los femicidios se produce en las viviendas donde habitan las mujeres.
Existen además otros aspectos que hacen aún más indignantes esta clase de hechos, revelando una enorme impotencia, pues en muchísimos casos de haber existido una actitud preventiva de parte de las organizaciones públicas del Estado, estos homicidios se podrían haber evitado. Es que gran parte de estas mujeres víctimas de la saña y la violencia habían hecho denuncias y disponían de medidas cautelares por parte de la Justicia con exclusión y prohibición de acercamiento, contando también con botones de pánico. Que a pesar de todo hayan sido asesinadas, deja bien en claro la falla del sistema judicial, el cual en la Argentina de este tiempo es claro sinónimo de fracaso, al punto que en todas las estadísticas sobre credibilidad realizadas entre los ciudadanos, la Justicia aparece ocupando los últimos lugares, teniendo un descrédito muy importante.
Otro dato complementario sobre este informe que cubre los últimos 10 años, es que 154 femicidios fueron cometidos por integrantes de las fuerzas de seguridad, justamente las que deberían haberle procurado seguridad. Y también se incrementaron los abusos sexuales previos a la muerte, pues en 2008 habían sumado 24 casos de estas características, mientras que en 2017 fueron 45. De la totalidad de casos hubo 80 mujeres que estaban embarazadas, que 165 eran nenas menores de 12 años, que 101 eran inmigrantes y 81 practicaban la prostitución o trata.
Se destaca en el informe en cuestión que "es realmente frustrante que diez años después y con tanta mayor sensibilidad social y tanto mayor compromiso de varios espacios del Estado finalmente los resultados no sean distintos, no sean mejores. Es un enorme llamado de atención para el Estado y para la sociedad", añadiéndose "acá tenemos muy buenas leyes, pero no se implementan. Acá hay una gran falla de la Justicia. Si una mujer hizo una denuncia, tiene una prohibición de acercamiento que se viola y el hombre no es sancionado, el mensaje es malo. Por eso hay un alto porcentaje de mujeres que no denuncia, porque siente que no la van a proteger".
Por su parte un trabajo elaborado por la Defensoría General de la Nación, condensando todo el año, da cuenta que en 2017 aumentó el incumplimiento de las medidas de protección, registrándose en tal sentido un alza por cuarto año consecutivo, ya que en más de la mitad de los casos -el 52%- se produjo un incumplimiento de las medidas que debían adoptarse en favor de la víctima, mientras que en el 27% de los casos hubo nuevos hechos de violencia a pesar de la denuncia efectuada.
Todas estas puntualizaciones deberían llevar a pensar en la necesidad de repensar los mecanismos actuales de protección y dar paso a otros modelos superadores que puedan brindar respuestas más eficientes a las mujeres que buscan protección. Por ahora, sigue siendo una utopía.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.