Por REDACCION
La Argentina de la crisis económica tiene entre sus múltiples problemáticas las elevadas tasas de interés que condicionan la actividad productiva y la toma de créditos, clave para el funcionamiento de cualquier sistema. Al Gobierno le ha quedado como una de las pocas herramientas para contener la escalada del dólar el aumento de las tasas con lo que busca que inversores, de los grandes y los pequeños también, pongan sus pesos en plazo fijo o compren bonos pero eviten adquirir dólares. Así, la consigna de descomprimir la demanda para frenar el aumento de la divisa estadounidense. Pero cuando se suben las tasas se afecta las que se cobran a quienes buscan financiamiento para inversión o capital de trabajo, como las empresas, o para el consumo, como las familias.
Con tasas tan elevadas que se convierten en impagables, se generan inconsistencias por todos lados. Dos recientes informes abordan esta situación. El primero señala que las tarjetas de crédito cobran las tasas más altas del mercado, de hasta 170% anual, y el promedio ronda 120%, según surge de estadísticas del Banco Central. La tasa tope de las tarjetas bancarias se ubica así 25% por encima de los préstamos personales que otorgan las entidades financieras.
Una estadística del BCRA indica que hay poco más de 40 millones de tarjetas de crédito y, pese a las altas tasas, a mucha gente no le queda otra alternativa que financiarse con el denominado "dinero plástico" más allá que no es lo aconsejable por los expertos. La última información que difundió el INDEC sobre consumo en los supermercados registró que el 45,5% de los clientes financia sus compras de alimentos y vestimenta con tarjetas de crédito debido a la crisis de ingresos y la caída del poder adquisitivo.
En este marco, analistas económicos advierten que el peor negocio para el bolsillo es pagar sólo el mínimo y financiar el resto. Las tasas al consumo fueron creciendo a la par de la de política monetaria, que es de casi 60%, pero como fue bajando el interés que se paga por la financiación con tarjetas puede haber disminuido alrededor de diez puntos, desde el último informe del Banco Central de junio. A modo de ejemplo, una tasa efectiva anual de 120% hace que en un mes que se dejen pendientes, por ejemplo, $ 10.000, al siguiente se adeuden $ 10.679. El pago mínimo incluye, además de los intereses, los costos administrativos, seguros y demás gastos asociados, lo que equivale a que pagando ese mínimo se reduce solo la deuda de intereses y no se reduce el capital.
Según los datos del Banco Central, las operaciones realizadas con tarjetas de crédito registraron un saldo de $ 401.514 millones en junio, lo que significa un aumento del 1,4% respecto del cierre del mes anterior, mientras el crecimiento interanual llegó al 19,2%.
Un segundo informe sostiene que las comisiones abonadas por los comercios en la Argentina son "las más altas del mundo" y están desde 2005 "al tope de lo permitido legalmente". De acuerdo al abogado especialista en la industria fintech Santiago Mora, para promover la actividad del sector vinculado con la tecnología financiera, el "hito principal" de los últimos años en la Argentina fue una resolución de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia que "analiza por primera vez a los distintos mercados de tarjetas de crédito". Consideró que esa iniciativa concretada en 2016 logró identificar "denuncias de abuso de posición dominante". En ese sentido, alertó que las comisiones que están pagando los comercios en la Argentina son las más altas del mundo y están desde 2005 al tope de lo permitido legalmente. Para el especialista, cuando en 2005 se modificó la Ley de tarjetas de crédito se puso como tope legal el 3% de comisión para tarjetas de crédito y el 1,5% para las de débito y nunca bajaron hasta hoy, aunque hubo mejoras en economías de escala, costos y tecnología. Advirtió además que se configura un escenario peor, pues la tasa de intercambio representaba el 95% de ese 3% que cobran las tarjetas de crédito, es decir que el banco se quedaba con el 2,85% de cada operación que se pagaba con tarjeta de crédito mientras que en Europa la tasa de intercambio estaba regulada en 0,3%.
Como hecho positivo, Mora aclaró que el Banco Central logró bajar de 2,85% a 2% para tarjeta de crédito y a 1% para tarjeta de débito, mientras está pautado que siga descendiendo "gradualmente hasta 2021 en 1,3% y en 0,6%; respectivamente". Al exponer en el encuentro "Legal Tech Summit" organizado por Thomson Reuters, sostuvo que ese tipo de medidas repercutieron positivamente en todas las categorías de tarjetas de crédito porque abarataron todas las transacciones.
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