Por REDACCION
Una de las verdades instaladas en materia de economía y producción nacional señala que la principal fuente de generación de empleo son las pequeñas y medianas empresas. Si bien los criterios para definir cuando una empresa es Pyme o no se centran principalmente en la cantidad de empleados o en los niveles de facturación, existen coincidencias de que entre el 60 y 70 por ciento del empleo está a cargo de esta categoría compañías. Por eso cuando una crisis económica se desata en la Argentina todos saben que, más allá de que los problemas afectan a todos, este tipo de firmas soportan un enorme peso que las hace tambalear y que ante la caída de ventas y de ingresos no les queda otro camino que achicarse, y esto significa despedir personal. Así, una recesión de la economía deriva en una crisis social.
Por caso, el empleo registró en septiembre una caída interanual del 0,6%, equivalente a 70 mil trabajadores menos, y tocó el nivel más bajo en 14 meses, según informe oficial. La crisis cambiaria y la recesión golpearon con fuerza al Indice de empleo y los más afectados resultaron los trabajadores del sector privado. De este modo, la cantidad de empleados registrados se ubicó en el nivel más bajo desde julio de 2017, de acuerdo con la información del Ministerio de Producción y Trabajo.
En el sector privado, entre septiembre de este año e igual período de 2017, se destruyeron alrededor de 35.600 puestos de trabajo. De ese total, la mayoría correspondió a despidos en el sector manufacturero, que verificó una baja de 40.000 trabajadores registrados.
La matriz productiva de Rafaela, si bien tiene fábricas emblemáticas en lo que hace a los sectores alimenticio y autopartista, descansa en buena medida sobre la espalda de Pymes. El perfil exportador de muchas de ellas representa, en tiempos de extremo ajuste en el mercado interno, un valioso salvavidas. En tiempos de coyuntura adversa como los actuales, adquiere mayor valor la internacionalización que han alcanzado numerosas firmas locales que pese a la caída de ventas en el mercado doméstico mantienen sus niveles de actividad -y de ocupación- por las colocaciones en el exterior.
En este marco, la Unión Industrial Argentina (UIA) analizó una batería de medidas vinculadas con cuestiones impositivas, tarifarias, de comercio exterior y financieras con el fin de apuntalar a las pequeñas y medianas empresas del sector ante "el impacto negativo generado por la actual situación".
La central fabril elaboró diferentes iniciativas en la Junta Directiva y las analizó con referentes de diversos rubros de todo el país con el fin de llevarle el documento al Gobierno nacional en el corto plazo. Anteriormente, la UIA ya le había expuesto a funcionarios de la administración de Mauricio Macri posibles alternativas para hacer frente a la compleja situación del sector, por lo que la intención ahora es "profundizar" esas sugerencias en el contexto de una economía que se mantendrá con números rojos por varios meses más. El interrogante es la capacidad que tienen las Pymes para soportar este .
Las propuestas fueron concretadas en conjunto con las entidades socias sectoriales y regionales y cuentan con seis ejes de trabajo, informó la UIA. El primero, hace referencia a la actual Ley PyME, que aún presenta puntos pendientes de reglamentación y el segundo está vinculado con aquellas reformas tributarias que prioricen la agregación de valor. Como tercera propuesta, la central fabril sugiere la generación de más y mejores instrumentos de financiamiento para las pymes y el cuarto punto apunta a promover la producción y el consumo nacional a través de iniciativas tales como Compras Públicas y Políticas de Góndola. En tanto, la quinta propuesta busca diseñar estrategias para fomentar las exportaciones mientras que el último de los ejes se vincula con iniciativas que amortigüen el impacto del actual esquema tarifario en los sectores productivos.
En el encuentro de la Junta Directiva, los representantes sectoriales y regionales dieron cuenta de la evolución de la actividad y manifestaron su preocupación por el impacto negativo de la coyuntura económica en el sector, a partir de la caída en el volumen de ventas y el impacto de esta realidad en la actividad. Además, advirtieron que los efectos del stress financiero impactan con mayor intensidad en el entramado PyME y las economías regionales.
En este escenario se entiende porque más de 20 cámaras y entidades que agrupan a empresarios pymes se concentrarán este jueves frente al Congreso Nacional para reclamar medidas urgentes que permitan afrontar la situación de crisis terminal que sufre ese sector.
Los empresarios tienen previsto elevar a diputados y senadores un documento advirtiendo por "los prejuicios que generan los embargos de cuentas por atrasos en los pagos impositivos, la aplicación de altas tasas de interés bancarias que imposibilitan el financiamientos y el incremento de los impuestos.
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