Por REDACCION
Mike Pompeo, el jefe de Estado de la nación más poderosa del mundo, pero al mismo tiempo la más castigada por la expansión del Covid-19, entre las más de doscientas afectadas, fue contundente en el discurso que pronunció en las últimas horas en la Casa Blanca.
Con sus afirmaciones llegó más lejos que el mismísimo presidente Donald Trump, aseguró que "el virus fue producido en un laboratorio de Wuham" y descartó que se haya originado en un mercado de esa ciudad de China, como informaron desde un primer momento las autoridades del gigante asiático.
Pompeo aseguró que "existen una cantidad irrefutable de pruebas" y señaló en tono severo que "los médicos que intentaron divulgar las características de la pandemia y la forma de combatirla hoy están muertos" y se preguntó "no es casualidad que los profesionales que sabían la verdad han desaparecido".
Estados Unidos, como se expresó, es hoy el país con más contagios y muertos, superando en esa triste estadística a otros que lo precedieron, como varios europeos, como Italia, España, Francia, Alemania o Gran Bretaña.
Pero no solo el gobierno de Trump está apuntando contra los responsables de originar el virus, porque en esta suerte de cruzada se sumaron otras grandes potencias.
Son los casos de Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, sumándose a Estados Unidos, para conformar el denominado "Five Eyes" (Cinco Ojos), que tras recibir el informe de una alianza de inteligencia, llegaron a una conclusión que no deja ningún tipo de dudas.
La cuestionada estrategia de China, fue determinante en la extensión del Covid-19, que luego de haber sido considerado originalmente como una epidemia, alcanzó más tarde el grado más temible de pandemia.
Así lo catalogó la Organización Mundial de la Salud, mientras la enfermedad comenzaba a dejar miles de víctimas fatales a su caso. Ya fue imposible controlarla y sus consecuencias fueron tremendas.
Pompeo, el influyente secretario de Estado del tantas veces cuestionado Trump, no solo dio muestras concretas de sus afirmaciones, sino que además fue muy claro al decir que "China le debe una explicación al mundo entero y la va a tener que dar en algún momento".
Desde noviembre del año pasado y hasta estos primeros días de mayo, cada día que transcurre se conocen nuevos datos alarmantes, pero también, al menos durante los últimos días, cifras más alentadoras.
En los países europeos más golpeados por el coronavirus, según los informes de sus organismos de salud, se reportan menor cantidad de contagios y muertes, señalándose, incluso, que la curva sigue en un curso descendente.
Hasta se otorgaron algunas libertades, para que la gente pueda salir, al menos en horarios determinados, de un confinamiento que empezó a flexibilizar.
El caso que tuvo mayor trascendencia es el de España, donde pudieron salir a la calle personas de todas las edades, pero en horarios diferentes.
Se adelantó, este fin de semana, que se adoptarán medidas similares en otros países europeos, aunque no en todos, porque sus gobernantes se mantienen firmes en sus decisiones de extender la cuarentena.
Mientras tanto, en nuestro país, las restricciones dispuestas por el gobierno de Alberto Fernández, terminaron siendo efectivas, en líneas generales, pero de modo especial en la parte sanitaria.
El aislamiento tuvo un elevado acatamiento y eso también se ve reflejado en los datos que se proporcionan diariamente, pero debemos cautelosos, porque la famosa curva, según los especialistas, todavía no llegó a su pico.
Argentina, por el momento, no tuvo ningún tipo de pronunciamiento sobre la responsabilidad china, un país con el que tenemos una muy fuerte alianza comercial, habida cuenta de nuestra sociedad estratégica.
Mientras tanto, el mundo sigue padeciendo el avance de la pandemia, que de alguna manera, ha empezado a ceder en algunos países, no así en Estados Unidos, donde los casos se multiplican, especialmente en Nueva York.
El hecho que la ciudad más afectada sea la más emblemática, seguramente ha generado una mayor reacción del gobierno norteamericano, que se expresó mediante la durísima acusación que lanzó Mike Pompeo.
Un hombre que está a la sombra de Donald Trump, pero que en esta particular oportunidad, interpretó el sentimiento de todo un pueblo, que en su momento hizo saber su malestar con el Presidente, que definió a la pandemia como un "virus chino", restándole importancia a su efecto devastador.
Hoy, la ecuación tuvo un cambio sustancial. Estados Unidos es el abanderado de un reclamo que encontró a varios socios también poderosos a la hora de apuntar todos sus cañones hacia el gigante asiático.
China, como ya lo señalamos, está en el ojo de la tormenta y más tarde que temprano, por la presión ejercida por las grandes potencias, tendrá que dar explicaciones convincentes.
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