Por REDACCION
Las secuelas que está dejando la pandemia son alarmantes, pero se estima que serán más significativas una vez que pueda acabarse esta angustia interminable que se está viviendo en todo el mundo.
Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo señala en la tercera edición de "El Covid-19 y el mundo del trabajo", que la caída de las horas de trabajo en el segundo trimestre de 2020 podría superar con creces a la estimada, hasta alcanzar al 10,5 por ciento de empleos a tiempo completo, tomando como referencia una semana laboral de 48 horas.
Las estimaciones dan cuenta de unas 305 millones de personas, en comparación con los niveles registrados antes de la propagación del virus, es decir, el cuarto trimestre de 2019.
Según la previsión anterior, el descenso sería del 6,7 por ciento, el equivalente a 195 millones de empleados a tiempo completo. La advertencia de la OIT es que la pérdida de empleo se dispara y "casi la mitad de la población activa mundial" podría llegar a perder sus medios de vida.
Los últimos datos de la OIT sobre el impacto de la pandemia del Covid-19 en el mercado laboral revelan su efecto devastador en los trabajadores de la economía informal y en cientos de millones de empresas y comercios en todo el mundo, quienes se encuentran en un estado de indefensión casi absoluta.
Desde el punto de vista de la mera subsistencia física, es el primer tema que no puede soslayarse. En segundo lugar, porque se considera que millones de seres humanos educados en la idea de que el trabajo es la condición indispensable de las relaciones sociales, verán seriamente comprometido su futuro económico.
También advierte la OIT que la caída constante de las horas de trabajo a nivel mundial a causa de la pandemia, significa que 1.600 millones de personas que forman parte de la economía informal, poco menos que la mitad de la población activa mundial, corre un serio riego de ver desaparecer sus fuentes de sustento.
Si no encuentran una posibilidad de ingresos alternativa, esos trabajadores y sus familias no tendrán demasiados medios de supervivencia.
La crisis económica que están causando la pandemia en los últimos meses dio una estocada contundente a la capacidad de ganar el sustento de casi 1.600 millones de trabajadores de la economía informal, que se constituye, sin duda, en el grupo más vulnerable del mercado laboral, teniendo en cuenta un total de 2.000 millones a nivel mundial.
Son dos los desencadenantes: las medidas de confinamiento y/o el hecho de que esas personas trabajan en alguno de los sectores más golpeados.
El primer mes de la crisis se habría cobrado un 60 por ciento de los ingresos de los trabajadores informales. Esto equivale a una caída aproximada del 81% en Africa y en las Américas, del 21,6% en Asia Oriental y el Pacífico y de un 70% en Europa y Asia Central.
La actualización de las cifras demuestra claramente que la situación empeoró para la totalidad de los principales grupos regionales. Las estimaciones indican una pérdida de horas de trabajo equivalente al 12,4% en el segundo trimestre en las Américas y al 11,8% en Europa y Asia Central, siempre teniendo en cuenta a los niveles anteriores a la crisis que desató la pandemia. Las estimaciones para el resto de los grupos regionales superan el 9,5 por ciento.
En las últimas semanas, la proporción de trabajadores que vive en países sujetos a la obligación o la recomendación de paralizar las actividades pasó de 81 a 68 por ciento. La reducción de la estimación anterior del 81 por ciento señalada en la segunda edición del Observatorio se debe fundamentalmente a los cambios en China, el país con mayor cantidad de población.
La reducción de la estimación anterior del 81 por ciento señalada en la segunda edición del Observatorio se debe fundamentalmente a los cambios en China. En los demás países, las medidas de paralización se incrementaron.
El informe destaca que a nivel mundial, hoy más de 436 millones de empresas afrontan el grave riesgo de interrupción de la actividad. Las mismas pertenecen a los sectores de la economía más afectados, incluidas unos 232 millones del comercio mayorista y minorista, 111 millones de las manufacturas, 51 millones de los servicios de alojamiento y comida, y 42 millones del sector inmobiliario y otras actividades comerciales.
La OIT insta a adoptar medidas urgentes, específicas y flexibles para ayudar a los trabajadores y a las empresas, en particular a las más pequeñas, como así también a los trabajadores de la economía informal y personas en situación de vulnerabilidad.
"Para millones de trabajadores, la ausencia de ingresos equivale a ausencia de alimentos, de seguridad y de futuro", concluye el informe de la OIT.
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