Por REDACCION
Una gran cantidad de sectores de la producción se vieron afectados en los últimos tiempos como consecuencia de las desacertadas políticas económicas que se implementaron.
Los balances fueron altamente preocupantes en los casos puntuales de la comercialización de automotores y motocicletas, donde se registraron caídas que ni siquiera tenían previstos los cálculos más pesimistas.
Las cifras interanuales que se dieron a conocer son alarmantes y pusieron de manifiesto las malas decisiones que tomaron los responsables de manejar la economía.
En un reciente informe, suscripto por la Asociación de Concesionarias de Automotores de la República Argentina (ACARA), se dejó constancia de una brusca declinación en las ventas, que en algunos casos llegaron a superar el 60 por ciento.
No hubo una sola terminal que cerrara su ejercicio con saldo positivo. Es más, aquellas que mayor cantidad de unidades produjeron, no estuvieron ni medianamente cerca de los números que habían alcanzado en 2018.
Ya en aquel período se había observado una evidente declinación, la que, sin embargo, se pronunció aún más en 2019, siempre tomando como referencia las precisiones de ACARA.
Según consignó la entidad "el virtual colapso de ventas se explica en la falta de una financiación precisa a raíz del incremento constante de los precios en la totalidad de los modelos, pero especialmente en los de alta gama".
Sobre el particular, se expresó que la tendencia a la baja se dio en todos los vehículos, incluso en los más vendidos dentro de sus respectivos segmentos, oscilando las cifras entre el 45 y el 80 por ciento.
Toyota, con su exitosa pick up Hilux, siguió liderando el ranking de ventas, pero estuvo muy lejos de responder a las expectativas de la terminal japonesa con sede en el Parque Industrial de Zárate - Campana.
Por el momento, no se vislumbra un horizonte claro en el sector, porque los nubarrones no han comenzado a disiparse, al margen de las nuevas pautas que seguramente intentará aplicar el nuevo Gobierno para que una reactivación sea posible en el mediano plazo.
La caída brusca en el patentamiento de los automóviles cero kilómetro y la venta que en determinadas marcas se mantuvo en el mercado de usados, por lo señalado, es un hecho concreto, que las empresas confían revertir, a pesar de las dificultades que por el momento no parecen encontrar una solución mágica.
No difiere mucho lo ocurrido en los motovehículos, donde también se dieron situaciones no deseadas, que se reflejaron en números también alarmantes en los últimos doce meses.
De acuerdo con un informe del sector, la caída en el patentamiento de motos en todo el país, estuvo en el orden del 37,4% a lo largo de 2019, en un año que no se dudó en calificar decididamente como "malo" para las empresas del rubro.
En el pasado mes de diciembre, por citar solo un ejemplo, la disminución fue del 10,7% respecto de noviembre, en una clara muestra del declive que se continúa poniendo de manifiesto a través de la frialdad de los números.
En cuanto a la participación de las marcas en el total de ventas, Honda cerró el año liderando, con una marcada diferencia sobre Motomel, que la sigue, pero con una producción cercana a la mitad.
Si bien Corven se mantuvo en el tercer lugar, sorpresivamente ascendió al cuarto Keller, desplazando a Gilera y Zanella, esta última en un año de una excesiva complejidad, que derivó en el cierre de algunas plantas.
Honda encabezó las estadísticas en todos los meses del año, que marcó un abrumador liderazgo con su modelo Wave 110S, por sobre la Keller KN 110-8 y la Gilera Smash, ambas ubicadas a distancias siderales de la tradicional marca del ala dorada.
Se sostuvo desde ACARA, que "al igual que el de los autos, el año de las motos fue definitivamente malo, pero se pudo evitar un derrumbe mayor logrando la extensión de los Programas Ahora 12 y Ahora 18, que seguirán vigentes para la compra de motovehículos".
El futuro, en ambos sectores, es incierto, pero la esperanza es lo último que están dispuestos a perder los empresarios de esos sectores, que fueron golpeados con fuerza por la crisis económica y financiera.
Como lo expresa un dicho popular, de ilusiones también se vive. Y nadie se quiere dejar de aferrar a ese sueño de volver a ser lo que alguna vez fueron.
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