Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Lunes 29 de Diciembre de 2014

La sociedad de la violencia

Leer mas ...

REDACCION

Por REDACCION

¿Cómo es posible que por un incidente de tránsito una persona decida asesinar a otra? No hay explicación posible para entender por qué el joven Nicolás Gómez recibió un balazo en el pecho que le causó la muerte, el viernes, por una discusión de tránsito en las calles de Villa Tesei en el oeste del Gran Buenos Aires. El trágico desenlace de este conflicto revela hasta dónde ha penetrado la violencia en la sociedad. 

La Conferencia Episcopal Argentina advirtió en mayo pasado, cuando difundió el documento "Felices los que trabajan por la paz" en el cierre de su 107º asamblea plenaria, que la Argentina está "enferma de violencia" a la vez que consideró que "los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad". En esta línea, consignó que "una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio" y que "es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena".

Los obispos expresaron que se comprueba "con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia" y que lamentablemente "nos estamos acostumbrando a la violencia verbal, a las calumnias y a la mentira". Así, los argentinos presenciamos y protagonizamos que la violencia social crece sin control, comenzando con los hechos de inseguridad y continuando con las peleas de barras en el fútbol, el bullying en las escuelas y las peleas por los ruidos molestos entre vecinos o como el caso de Villa Tesei, por una diferencia surgida por el tránsito. 

La historia muestra lo peor de nuestra sociedad argentina. ¿Pero una discusión de tránsito es un motivo suficiente para matar? Se trata de una versión tristemente real de uno de los relatos salvajes que se pueden observar en la película del director Damián Scifrón presentada este año, que en cierta medida devuelve como un espejo la imagen que proyecta la Argentina de estos tiempos. 

La Organización Panamericana de la Salud define a la violencia como "el resultado de la acción recíproca y compleja de factores individuales, relacionales, sociales, culturales y ambientales" y considera que "ningún factor por sí solo explica por qué algunos individuos tienen comportamientos violentos hacia otros o porqué la violencia es más prevalente en algunas comunidades que otras".

Entonces, ¿cómo entender a una persona que se enfurece mientras avanza con su automóvil con otro conductor por cuestiones de tránsito, dispara, mata, no se detiene y sigue su vida normal como si no hubiera sucedido nada? La investigación judicial quizás aclare si el conflicto surgió en el momento en la calle o si hay antecedentes entre los protagonistas que ayuden a entender la historia.

Mientras tanto, una encuesta de la organización Luchemos por la Vida reveló que el 53 por ciento de quienes conducen vehículos admite tener un comportamiento violento en la calle, que incluye bocinazos, insultos y gestos. 

"Resulta significativo el reconocimiento por parte de los conductores de su agresividad directa durante la conducción. La mayoría, el 53%, reconoce que insulta y gesticula cuando otro conductor lo molesta con sus maniobras, y el 42% devuelve las agresiones verbales-gestuales que recibe", sostiene entre sus conclusiones la entidad.  

El contexto empeora aún más teniendo en cuenta que en el informe, efectuado por la licenciada María Cristina Isoba, se asegura que un 9% de los varones ha llegado a trenzarse en una lucha cuerpo a cuerpo a raíz de un problema en el tránsito, mientras que ninguna de las mujeres encuestadas había llegado a ese extremo de la violencia física al momento de la consulta". "Claramente, los varones son más agresivos que las mujeres al volante. Sin embargo, tampoco las damas resultan pacíficas. La mitad de ellas reconoce insultar a quien la molesta, el 39% toca la bocina al que la importuna en su camino", sostuvo la especialista de Luchemos por la Vida.

Además, Isoba apunta que "en lo que hace a la conducción agresiva ambos sexos reconocen olvidar la prioridad al peatón en las esquinas, las mujeres, 39%, en un porcentaje mayor con respecto a los varones, 32%". Este tipo de situaciones se repiten a diario en muchas ciudades, como en Rafaela mismo donde a pesar de la política de tránsito y la educación vial no son pocos los que prefieren acelerar más allá de que peatones intenten cruzar la calle por la senda correspondiente. 

"Ambos sexos reconocen que olvidan dar la prioridad al conductor que viene por su derecha en las intersecciones, 30%; y la mayoría, el 70%, aceleran cuando se acercan a un semáforo que está en amarillo", explicó la especialista en declaraciones publicadas por Diario Popular. "La lectura de esta encuesta corrobora las observaciones cotidianas del tránsito y contribuye a entender muchos de los siniestros que cobran tantas vidas en nuestra ciudad y en el país", resalta.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso