Por REDACCION
¿Cuánto ayudará a la Argentina la recuperación de la economía global? La segunda ola de Covid golpea tan fuerte a nuestro país que los gobiernos, nacional y provinciales, nuevamente reimplementan confinamientos estrictos, lo que tendrá sin duda impacto en el nivel de actividad. Quizás el año pasado la Presidencia de la Nación confiaba en que realmente accedería al mercado de vacunas y por eso ni siquiera incluyó en el Presupuesto nacional de este año una partida para asistir a los sectores afectados por medidas que restringen las actividades económicas. Ahora con carácter de urgencia se imponen restricciones y se anuncian ayudas a modo de compensaciones para muchas empresas que están en estado terminal.
Entonces a esta altura cabe preguntarse cómo se comportará la economía argentina en los próximos meses, si podrá confirmar la meta de recuperación en torno al 6 o 7 por ciento. El acuerdo con el FMI puede ser una señal tranquilizadora para los mercados, pero en las negociaciones solo hay cortesía, no avances. Con una economía tan frágil y la falta de dólares, aumentar las exportaciones representa una estrategia saludable para mejorar la posición fiscal, es decir la dirección correcta. Sin embargo, cerrar las exportaciones de carnes durante un mes no parece ser la solución sino todo lo contrario, crea un nuevo problema en un país en el que no hay lugar para nuevos conflictos.
Precisamente el frente externo es el motivo de un análisis efectuado por la consultora Ecolatina, en el que se recuerda que las exportaciones de nuestro país alcanzaron su máximo histórico en 2011. De allí en adelante, no hicieron sino descender: a modo de ejemplo, el año pasado fueron un 34% inferiores a ese año, y en 2019, sin pandemia, un 22%0. Coincidentemente, ese mismo año alcanzamos el pico de PBI per cápita de nuestra historia, del que actualmente nos ubicamos 20% por debajo, que a su vez es 12% antes de que llegara la pandemia. Entre otras cosas, de estos números se puede desprender que, para crecer de manera sostenida, es necesario exportar más: no sólo por su impacto directo sobre la producción, sino, además, porque son la principal y casi excluyente fuente de generación de dólares genuinos, es decir, aquellos que no necesitan de repago.
La idea de mejorar las ventas es fácil de decir, pero, evidentemente, difícil de realizar. Analizando qué pasará con los volúmenes exportados en 2021, podremos precisar las proyecciones agregadas de crecimiento, tanto de corto como de mediano plazo. El volumen de envíos al exterior depende, a nivel macroeconómico, de dos grandes factores: el precio de los productos argentinos en relación con el de sus competidores y el nivel de actividad de nuestros compradores, determinante de sus necesidades de insumos y bienes finales. El año pasado, el derrumbe de la economía mundial hundió a nuestras ventas. El PBI global se redujo en promedio 3,3%, pero la actividad de nuestros principales compradores cayó un poco más y nuestras ventas se achicaron 13,2% en cantidades y 15,7% en valores respecto a 2019.
En 2021, a pesar de que la pandemia continúa, el PBI mundial se recuperará, ya que muchas de las actividades productivas “aprendieron” a operar aplicando protocolos sanitarios, minimizando los contagios. Sin embargo, mientras que la debacle no fue pareja (por caso, el Producto creció más de 2% en China, pero que se contrajo 7% en Latinoamérica y la Eurozona), el rebote tampoco será homogéneo. Por este motivo, tiene sentido evaluar cómo se desempeñarán nuestros principales “clientes”, en virtud de analizar el impacto de la tracción mundial sobre nuestra demanda.
El año pasado, más del 30% de nuestras ventas se destinaron a América Latina y el Caribe. Se destaca dentro de este aglomerado el Mercosur, que representó el 18% del total agregado y, en particular, Brasil, que fue el comprador de más del 14% de nuestras exportaciones. El segundo país que más nos compró fue China, representando uno de cada diez envíos. Por otra parte, Europa nos demandó un 15% del total de exportaciones, Estados unidos cerca del 6% del total y Vietnam e India un 5% cada uno. Afortunadamente, de acuerdo con las proyecciones actuales, todos estos países se recuperarán en 2021 a una tasa promedio ponderada de 5,5%, en línea con el PBI global (+6,0%).
En segundo lugar, como cualquier decisión de compra, la demanda del resto del mundo por nuestros productos está influida por los precios. En la comparación multilateral, nuestros productos no están particularmente baratos en relación con nuestra historia, pero tampoco caros: es decir, cerca del promedio. Acortando el período de análisis, los resultados mejoran: en materia cambiaria, somos mucho más competitivos en la actualidad que entre 2012 y 2018.
Como resultado, las exportaciones crecerán más de 15% en valores este año, recuperando prácticamente todo el terreno cedido en 2020 y aportando importantes divisas a las debilitadas arcas del Banco Central.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.