Por Redacción
La recaudación fiscal total de 2012 ascendió a 679.799,3 millones de pesos, una cantidad que fue 25,9% superior a la de su antecesor 2011, con lo cual se logró estar dentro de los parámetros esperados que establece el nivel de inflación real. Es que si tomamos el dibujado índice oficial del INDEC de 10 puntos, tendríamos una perspectiva de características notables, pero como la inflación real -la medida por las consultoras privadas a través del índice Congreso y de los pocos institutos provinciales que quedan en funcionamiento- estuvo girando en torno al 25%, tenemos entonces que los ingresos fueron muy similares a los del ejercicio anterior.
Uno de los puntos destacados de la recaudación lo dio el último mes del año, justo el que cerró el balance, ya que diciembre marcó un récord con 62.220,9 millones, un 27,2% más que igual mes de 2011.
Los mayores aumentos en la recaudación se apreciaron en ingresos derivados al trabajo, teniendo por ejemplo los aportes patronales una suba de 35,1% que explicó 69.500 millones de pesos, además de las contribuciones patronales con 34,2% que significaron una recaudación de 101.000 millones. En ambos casos se relacionan estas subas con los aumentos de salarios y la mayor cantidad de trabajadores registrados, en tanto que en el caso del IVA, por el mayor nivel de actividad económica. Eso, justificado de esa manera desde despachos gubernamentales, en tanto que desde especialistas tributarios privados el enfoque estableció diferencias, recurriendo al nivel inflacionario como el principal componente para la mayoría de los incrementos que hubo en los rubros de la recaudación.
Otro de los impuestos cuya percepción superó la media fue Ganancias, con un alza de 27,5% medido con el año precedente, con lo cual logró reunir la suma de 138.000 millones. Desde fuentes fiscales se justificó este logro por "la mayor actividad económica y el mayor control sobre los grandes contribuyentes". Además también tuvo una suba de 21,4% con total de 44.000 millones el impuesto a las transacciones bancarias.
Párrafo aparte merece el IVA, el impuesto más regresivo ya que grava el consumo y allí deben pagar tanto los de mayores ingresos como los que menos tienen -lo que trasluce poco sentido de justicia social, tal como ocurre con los subsidios que se sostienen indiscriminadamente-, habiendo aportado 190.400 millones de pesos.
Lo proyectado por la AFIP era lograr una recaudación de 667.631 millones, con lo cual se produjo un exceso de algo más de 12.000 millones con la cifra contabilizada al cierre de 679.799 millones.
En cuanto al año que ya estamos transcurriendo, el organismo recaudador espera llegar a los 850.000 millones, con lo cual vuelve a ponerse en algo más de 20 puntos por encima, tratando entonces de sostenerse dentro de los parámetros que marca el nivel inflacionario, aunque de acuerdo a los anticipos que se vienen haciendo en la materia, en este ejercicio la inflación podría estar por sobre los 25 puntos. Aunque, todo esto es hacer en cierto modo futurología, siendo lo aconsejable aguardar al menos un par de meses para observar cuál es la tendencia que se va estableciendo para el año en curso.
Como para rescatar aún más la performance recaudatoria de 2012 siempre se acudió a la calificación de "año difícil" al que hace pocos días dejamos atrás.
Es para tener en cuenta, que desde el comienzo del ciclo kirchnerista en el gobierno se consideraron fundamentales tres pilares: el superávit de las balanzas fiscal y comercial, junto al sostenimiento del consumo. Así se mantuvo durante toda la primera parte de esta administración, pero en estos últimos años comenzaron a vivirse distintas alternativas. La balanza comercial es sostenida en base a restricciones a las importaciones, que a su vez frenaron a algunos sectores productivos, aunque de todos modos allí se mantiene un importante superávit sostenido especialmente en la soja y sus derivados; el consumo, aunque con cierta tendencia a la baja -en 2012 hubo una caída de 2,4% en las ventas minoristas-, logra mantenerse con permanentes inyecciones al circulante, mediante emisión monetaria que a su vez moviliza la inflación; y la balanza fiscal, que analizamos en esta nota, se mantiene en alza, dentro de los parámetros inflacionarios.
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