Por REDACCION
En medio de tantos conflictos y problemas mundiales, el papa Francisco expresó que "no pensamos que la política no está reservada solo a los gobernantes", en el marco de la 52ª Jornada Mundial de la Paz titulada "La buena política está al servicio de la paz".
"Todos somos responsables de la vida de la ciudad, del bien común y la política es buena en la medida en que cada uno aporte su parte al servicio de la paz", añadió el pontífice argentino. Esta tradicional jornada, impulsada por el papa Pablo VI en 1967, fue celebrada por primera vez hace 50 años y cada año el pontífice aprovecha esta ocasión para enviar un mensaje sobre la paz a los dirigentes mundiales.
En este contexto, el arzobispo de Mendoza Marcelo Colombo destacó "las posibilidades de la política para construir y conservar la paz", aunque advirtió sobre los "vicios" que la corrompen. "La Doctrina Social de la Iglesia no es un cuerpo de conceptos inertes sin capacidad para animar la transformación de la realidad de hombres y pueblos según el proyecto del Señor", recordó el arzobispo mendocino.
Y enumeró los "vicios" que el pontífice argentino considera que debilitan y destruyen a la política: la corrupción, la tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, y el rechazo al cuidado de la Tierra, entre otros.
"Lejos de ahondar en divisiones y fracturas sociales, los cristianos buscamos el don supremo de la paz que no puede supeditarse a imposiciones ni exclusiones de ningún tipo. Todos estamos convocados desde nuestros distintos lugares, a construir la paz", consignó Colombo.
Volviendo al mensaje de Bergoglio, aclaró que "dar la paz está en el centro de la misión de los discípulos de Cristo. Y este ofrecimiento está dirigido a todos los hombres y mujeres que esperan la paz en medio de las tragedias y la violencia de la historia humana. La casa mencionada por Jesús es cada familia, cada comunidad, cada país, cada continente, con sus características propias y con su historia; es sobre todo cada persona, sin distinción ni discriminación. También es nuestra casa común: el planeta en el que Dios nos ha colocado para vivir y al que estamos llamados a cuidar con interés".
La paz es como la esperanza de la que habla el poeta Charles Péguy es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia. Sabemos bien que la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia. La política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción.
En el documento aprovechó para citar al papa san Pablo VI: "Tomar en serio la política en sus diversos niveles -local, regional, nacional y mundial- es afirmar el deber de cada persona, de toda persona, de conocer cuál es el contenido y el valor de la opción que se le presenta y según la cual se busca realizar colectivamente el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad".
Frente al calendario electoral que tendremos este año en la Argentina en los tres niveles (nacional, provincial y municipal-comunal), Francisco nos da algunas pistas a tener en cuenta: "Cada renovación de las funciones electivas, cada cita electoral, cada etapa de la vida pública es una oportunidad para volver a la fuente y a los puntos de referencia que inspiran la justicia y el derecho. Estamos convencidos de que la buena política está al servicio de la paz; respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son igualmente deberes recíprocos, de modo que se cree entre las generaciones presentes y futuras un vínculo de confianza y gratitud".
El 10 de diciembre se celebraron los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que fue adoptada luego de la II guerra mundial. El papa san Juan XXIII dijo que "cuando en un hombre surge la conciencia de los propios derechos, es necesario que aflore también la de las propias obligaciones; de forma que aquel que posee determinados derechos tiene asimismo, como expresión de su dignidad, la obligación de exigirlos, mientras los demás tienen el deber de reconocerlos y respetarlos".
El documento del Papa (http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/peace/documents/papa-francesco_20181208_messaggio-52giornatamondiale-pace2019.html)
concluye citando al Magníficat que María: "Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre".
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