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Editorial Jueves 17 de Enero de 2019

La pobreza gana la batalla

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REDACCION

Por REDACCION

En diciembre, el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA correspondiente al tercer trimestre del 2018 reveló que el índice de pobreza afecta al 33,6% de la población argentina, la cifra más alta en la última década y equivalente a 13.600.000 personas, 2,2 millones más que en el 2017. Ahora esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) informó que la pobreza afecta a 184 millones de latinoamericanos, de los cuales 62 millones, equivalentes al 10,2 % de la población, se encuentran en situación de pobreza extrema. Es decir que el 30% de la población general del subcontinente vive en condiciones de pobreza, lo que supone el enorme desafío para los gobiernos de promover un crecimiento sostenido y equitativo para reducir este flagelo. 

En su sede de Santiago, Chile, la entidad presentó su informe "Panorama Social de América Latina 2018" con datos de diciembre del año anterior, en el que dijo que la proporción de pobres (30,2 %) se mantuvo estable en 2017, pero que las personas en extrema pobreza continuaron aumentando, prolongándose una tendencia observada desde 2015 en la región. Así, el 10,2 % de latinoamericanos viviendo en pobreza extrema es el porcentaje más alto registrado desde 2008, advirtió el organismo de Naciones Unidas.

Si bien la CEPAL ha proyectado que la pobreza habría bajado al 29,6 % de la población, equivalente a 182 millones de personas, a fines de 2018, la pobreza extrema se mantendría en el 10,2 % de la población, pero con un total de 63 millones de personas, un millón más que en 2017. "Aun cuando la región logró importantes avances entre la década pasada y mediados de la presente, desde 2015 se han registrado retrocesos, particularmente en materia de pobreza extrema", advirtió durante la presentación del informe Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo. 

En la publicación de 210 páginas se destaca que los países que más redujeron la pobreza entre 2015 y 2017 fueron Chile, desde el 13,7 al 10,7 %; Argentina, del 21,5 al 18,7 %, El Salvador, desde el 42,6 al 37,8 %, y Paraguay, desde el 23,4 al 21,6 %, mientras aumentó en Brasil, del 18,8 al 19,9 %. En el caso de la Argentina, en el 2017 la propia UCA había registrado una caída de la pobreza a tono con la recuperación de la economía que se produjo ese año. 

Según el texto, las mayores reducciones de la pobreza van en paralelo con un aumento de los ingresos laborales de los hogares de menores recursos en Chile, El Salvador y República Dominicana, mientras en Costa Rica, Panamá y Uruguay el principal factor fueron las pensiones y transferencias recibidas por los hogares de menores recursos. "Esto corrobora la importancia de dotar de más recursos a la población en situación de pobreza, combinando el fortalecimiento de los ingresos laborales con la provisión de transferencias públicas y el fortalecimiento de los sistemas de protección social", subrayó la CEPAL.

A su vez, en 18 países de América Latina bajó el índice Gini, que mide la desigualdad de ingresos, aunque la CEPAL advirtió que el ritmo de disminución de la desigualdad según este indicador se ha ido ralentizando desde el año 2014.

El organismo destacó también el rol del gasto social de los gobiernos latinoamericanos para la disminución de la desigualdad, señalando que el gasto social promedio de los países de América Latina llegó a 894 dólares promedio, per cápita.

Otro dato alarmante es que cerca del 40% de la población ocupada en América Latina recibe ingresos inferiores al salario mínimo establecido en su país, siendo la cifra mucho más elevada cuando las personas son mujeres o jóvenes. En este sentido, advierte que la pobreza y la pobreza extrema afectan más a los niños, adolescentes y jóvenes, lo que implica grandes riesgos para el desarrollo de las personas y de la región. Destaca también el aumento de la feminización de la pobreza en los tramos de población joven y adulta, al mismo tiempo que se mantiene elevada la pobreza en las áreas rurales.

Por último, el organismo señaló que "aún es factible para la mayoría de los países de la región alcanzar las metas de reducción de la pobreza planteadas en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible". Se trata de un relativo optimismo considerando que la debilidad crónica de los países de América Latina en materia económica alienta las desigualdades sociales. Es que cuando en determinadas oportunidades hay intenciones de desarrollar políticas consistentes, surge de la nada una crisis de los mercados que pulveriza todo intento de recrear una sociedad más armónica con mejores condiciones de vida para sus integrantes. 





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