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Editorial Domingo 12 de Octubre de 2014

La obsesión por el dólar

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REDACCION

Por REDACCION

Inevitablemente los argentinos, en tiempos de inestabilidad económica en los que reina la inflación con la consiguiente depreciación del peso y se acrecienta la incertidumbre en torno al porvenir cercano, buscamos defender nuestros ahorros a través de la compra de dólares. No se trata de una inversión agresiva para ganar dinero sino, simplemente, de una actitud defensiva y cautelosa ante una coyuntura agresiva que transforma al papel moneda nacional en un billete bueno para nada.

El ex secretario de Finanzas, Miguel Kiguel, sintetizó recientemente porqué la gente se inclina al dólar en escenarios de crisis. El economista consideró que la mayor demanda del billete norteamericano se debe a que la gente está "preocupada" y en un escenario de "incertidumbre" económica, se "refugia" en esa moneda. A modo de receta, puntualizó que para revertir la situación, se necesita un “programa integral” que contemple todos los aspectos: inflación, tipo de cambio, emisión monetaria e incentivar las inversiones.

La historia en esta Argentina que pese a estar condenada al éxito se empeña en buscar problemas es contundente: cada vez que se generan contextos inflacionarios se devalúa la plata nacional y se revalúa el dólar. Por tanto nadie quiere tener pesos en ninguna de sus distintas versiones, ni australes en su momento de los años 80.

La cuestión es que ahora los dólares son bienes escasos de difícil acceso. El Gobierno instauró cepos totales para frenar la sangría de divisas del Banco Central de la República Argentina en el año 2011, pero a principios de este año restituyó la posibilidad de adquirir dólar para el ahorro en el mercado oficial aunque con requisitos estrictos que no facilitan la gestión. Sin embargo, la estrategia gubernamental no ha rebajado el escepticismo entre los analistas y la población en general ni ha aliviado las tensiones que sacuden a los mercados, donde el peso ha acelerado su depreciación frente al dólar.

El Instituto para el Desarrollo Social Argentino había sintetizado en uno de sus informes el problema y el origen del mismo. "La suba del dólar paralelo genera incertidumbre y preocupación. La causa principal de la inestabilidad cambiaria es la acumulación de desaciertos en el manejo del gasto público. Empleo redundante, masivas jubilaciones sin aportes y subsidios a empresas han generado un nivel de gasto público que ni siquiera el récord de presión tributaria imperante logra financiar. El déficit induce emisión monetaria espuria que produce inflación y lleva a la gente a comprar dólares como protección" sostuvo la consultora al posar su análisis sobre uno de los tópicos de la economía argentina.

Tras plantear un diagnóstico luego anticipa una receta para revertir la situación. En este sentido, según Idesa, no colocar a la irresponsable administración del Estado como principal factor explicativo de las subas del dólar es un grueso error de diagnóstico. "Esto explica los sucesivos fracasos que acumulan las autoridades en el intento de contener el dólar paralelo. Para que la inflación y el dólar dejen de ser problemas cotidianos es ineludible reducir el empleo público redundante, los aportes a empresas publicas inviables, los subsidios regresivos para mantener tarifas artificialmente bajas, aumentar la inversión en infraestructura y energía, y ordenar el sistema previsional", sostiene en su propio manual sobre cómo debe obrar el Gobierno para combatir la crisis.

Al referirse a la distancia amplísima que existe entre la cotización del dólar oficial y el blue o paralelo, Idesa considera que "la historia argentina brinda evidencias concretas de que brechas de este nivel no son sostenibles y que su reducción nunca se produjo vía baja del tipo de cambio paralelo sino fuertes aumentos sobre el tipo de cambio oficial". Desde esta perspectiva, consigna que "la mega devaluación del tipo de cambio oficial corrige las distorsiones producidas por las malas políticas económicas, pero con ajustes sociales muy costosos ya que involucran la caída del salario real".

En otro informe, Idesa había destacado que "las evidencias históricas muestran que los controles de cambios tienden a asociarse con períodos de alta inflación, inestabilidad y estancamiento". Cualquier coincidencia con la realidad argentina actual es... puro relato. "El control de cambio trata de ocultar las consecuencias de los desórdenes fiscales y monetarios", insiste la consultora adjudicando las responsabilidades de este cóctel de problemas que resultan en una crisis que el gobierno enfrenta sin demasiadas luces.

Más allá de las explicaciones técnicas que distintas consultoras y economistas puedan ofrecer para entender por qué los argentinos confían en el dólar en la misma proporción que desconfían del peso, la cuestión es que se mantiene una obsesión por el billete verde que prácticamente se ha convertido en un sello de la cultura nacional. ¿El que apuesta al dólar pierde? ¿O gana?

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