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Editorial Jueves 26 de Abril de 2018

La lucha anti corrupción

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REDACCION

Por REDACCION

En tiempos donde al menos desde el discurso del cambio se impone la necesidad de apostar fuertemente a la transparencia y a la eficiencia para fortalecer los modelos de gestión pública y el manejo de fondos, la lucha contra la corrupción no sólo debe ser dialéctica o simbólica sino principalmente, práctica. En síntesis, se trata de ser y no de parecer transparente y honesto. 

Si bien en la Argentina se ha avanzado en desmontar ciertas estructuras corruptas, la escasa velocidad de estos proceso que incluso permanecen en punto muerto en determinadas etapas pone en duda la determinación de esta suerte de mani pulite anticorrupción. Hubo más bien golpes de efecto contra figuras emblemáticas del gobierno kirchnerista, pero a la Justicia aún le falta "ir al grano" y dejar de dar vueltas en el mismo lugar para aparentar avances que en realidad no se advierten en la realidad. 

Contaminada al fin, la Justicia también registra una falta de confianza de los argentinos. La percepción de uno de los poderes de la República que tienen los ciudadanos es baja, mala. Así, los jueces que mensualmente perciben muy buenos ingresos no se destacan por sus niveles de eficiencia y no escapan a las sospechas de estar "metidos en la trenza", es decir en acuerdos espureos para favorecer o perjudicar a tal o cual. El sistema, por tanto, no da ninguna garantía de justicia. 

En este contexto, el FMI anunció el domingo la adopción de un nuevo marco regulatorio diseñado para evaluar de manera "más sistemática" la corrupción en los 189 países miembros, subrayando que ese flagelo socava el crecimiento, la inversión y los ingresos fiscales. Este nuevo marco, aprobado por el Comité Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) el 6 de abril, permite a los equipos de la institución "evaluar regularmente" la naturaleza y la gravedad de la corrupción en sus miembros, según un comunicado del organismo.

Al respecto, este mecanismo se implementará a partir del 1 de julio próximo, dijo un funcionario de la institución internacional. "El foco está en la gobernanza de una manera global, no solo en la corrupción", expresó el FMI. Porque "las debilidades del gobierno generalmente abren puertas a la corrupción", agregó.

En la Argentina de estos días donde pareciera que las buenas intenciones de cambiar no logra manifestarse en la realidad, es necesario no bajar la intensidad del debate en torno a la necesidad de transparentar los actos de gobierno y despejar dudas sobre el uso de los fondos públicos en favor de los bolsillos de los funcionarios. 

La institución con sede en Washington también enfatizó que la lucha contra la corrupción no debe limitarse a enviar a los culpables a prisión: "La sustentabilidad a largo plazo requiere amplias reformas normativas e institucionales para mejorar la transparencia y la responsabilidad". La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, expresó en un comunicado: "Sabemos que la corrupción perjudica a los pobres, obstaculiza las oportunidades económicas y la movilidad social, socava la confianza en las instituciones y hace que se destruya la cohesión social".

En su nuevo desarrollo, el FMI tiene la intención de abordar también a las empresas privadas dedicadas a prácticas corruptas. El caso de la constructora Odebrecht es emblemático al penetrar con sus maniobras las democracias latinoamericanas y aprovechar las debilidades y ambiciones de quienes ocupan un cargo estatal. 

Con este fin, alienta a los países miembros a "prestarse voluntariamente a una evaluación de sus dispositivos legales e institucionales" como parte de las misiones de supervisión del FMI. "Será una cuestión de si criminalizan y juzgan el soborno de funcionarios extranjeros, y si tienen mecanismos adecuados para erradicar el lavado de dinero y el ocultamiento de dinero sucio", expresó el Fondo.

Sin embargo, funcionarios del FMI aseguraron que no esperan que la nueva política genere condiciones más estrictas para los préstamos, que se destinan a una minoría de los 189 miembros del Fondo y que ya incluyen disposiciones anticorrupción.

La corrupción se lleva el 2% de la riqueza mundial cada año y socava la distribución equitativa del crecimiento económico, indicó el FMI en un informe anterior publicado en mayo de 2016. Por sí solo, los sobornos pagados cada año en el mundo totalizan entre 1,5 billones y 2 billones de dólares, no muy lejos del Producto Interno Bruto (PIB) francés.

La nueva política del Fondo surge en momentos en que las autoridades ucranianas trabajan para implementar nuevas y estrictas reformas anticorrupción a instancias del FMI, que ha retrasado la última entrega de un paquete de ayuda de 17.500 millones de dólares.


 

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