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Editorial Sábado 28 de Noviembre de 2020

La economía y la pandemia

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REDACCION

Por REDACCION

La fragilidad de la economía argentina es extrema más allá de los relatos que procuran pintar escenarios que no son reales. Más allá de que algún sector productivo transite alguna primavera eventual, en términos generales la crisis ligada a la gestión de la pandemia, que incluye aislamientos duros con impactos negativos en una importante cantidad de actividades, dejó a las empresas en un estado de alarmante precariedad y en no pocos casos, de dependencia de la asistencia estatal. 

Sin embargo, el Gobierno nacional no tiene más remedio que ajustar su gasto para enviar señales al mercado y en especial al Fondo Monetario Internacional (FMI) como modo de facilitar la negociación que derive en un nuevo acuerdo ante la imposibilidad de devolver un crédito de 44.000 millones de dólares en las condiciones actuales. Se necesita reprogramar los pagos puesto que una economía en rojo no tiene posibilidad alguna de cumplir los compromisos con sus acreedores. 

A pesar de que la administración nacional evitar utilizar la palabra "ajuste", lo cierto es que eso hace cuando reduce los aumentos, en forma discrecional, a los jubilados y pensionados argentinos. Si bien es cierto que sostener los programas como el ATP (de Asistencia al Trabajo y la Producción, que contempla el pago de casi la mitad del salario a trabajadores de empresas en crisis) o el IFE (Ingreso Federal de Emergencia) es insostenible en el tiempo, el Gobierno de Alberto Fernández debe compensar con acciones concretas su pésima estrategia frente a la pandemia que se tradujo en una crisis colosal para el tejido productivo. Es decir, se pensó que asfixiando la economía se desacelerarían los contagios de Covid, pero de un tiempo a esta parte hemos advertido que la economía está al borde de la destrucción total y que la Argentina está entre los 10 países con peores estadísticas de la pandemia. En otros términos, salió casi todo mal. 

Por eso se mantiene el ATP aunque se quita de la lista de beneficiarios a empresas que están en un muy mal momento sin dar demasiadas explicaciones. No se aprueba y listo, no tanto porque las empresas no lo necesitan sino porque el Estado recorta el gasto, ajusta. Recientemente se informó que el ATP permitió el pago del salario complementario correspondiente al mes de octubre de 38.400 empresas, lo que representa un universo de 551 mil trabajadores. En esta misma instancia, se inscribieron 11.400 empresas con una nómina de 175 mil trabajadores para acceder al crédito a tasa subsidiada, con tres meses de gracia y a ser devueltos por las compañías en doce cuotas fijas. 

Según el Gobierno, estos resultados demuestran que el número de empresas beneficiadas por el programa ha disminuido considerablemente en virtud de la reactivación del entramado productivo nacional que ya puede observarse en indicadores varios vinculados con el nivel de actividad. Sin embargo, hay empresas que quedan fuera del beneficio pese a su pésima actualidad. 

En cierta medida, el sitio Bloomberg reflejó esta situación de la Argentina cuando hizo un análisis del desempeño de diferentes países desarrollados o en vías de desarrollo con el fin de determinar cuáles son los mejores lugares para pasar la pandemia del nuevo coronavirus. En su estudio, se tuvieron en cuenta varios factores como la capacidad del sistema de salud, el impacto de las restricciones, los bloqueos económicos y la libertad de circulación de las personas, entre otros. Tras destacar que en el marco de la pandemia por el nuevo coronavirus no hay ningún país que lo haya hecho perfecto, la agencia Bloomberg afirma que hay naciones que lo han hecho mejor por su respuesta temprana ante la amenaza del virus y los esfuerzos que países desarrollados y no tan desarrollados han puesto para contener al COVID-19. En su lista de 53 países observados, sitúa a Nueva Zelanda como el mejor lugar del planeta para vivir durante la pandemia. Después le siguen Japón, Taiwán, Corea del Sur, Finlandia y Noruega. Y entre los países con peor desempeño, México ocupó el último lugar de la tabla, Argentina el penúltimo (52) y Perú el antepenúltimo (51). Colombia ocupó el puesto 48. Es decir, cuatro países latinoamericanos estuvieron entre las peores puntuaciones. 

El impacto del coronavirus no se verá tan fuerte en países desarrollados, en comparación con países de América Latina, los cuales "no podrán volver a los niveles de crecimiento prepandémicos hasta 2023, y el ingreso per cápita no se recuperará hasta 2025, más tarde que cualquier otro lugar", se señala, citando al FMI. Y finaliza consignando que América Latina es la región más urbanizada del mundo, y gran parte de la población vive en condiciones de hacinamiento donde el distanciamiento social es difícil. La alta proporción de personas que dependen del trabajo informal y los salarios diarios significa que pocos están dispuestos a quedarse en casa.








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