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Editorial Martes 19 de Abril de 2011

Jugando con el planeta

El Nobel Joseph Stiglitz relaciona el desastre de Japón con la crisis financiera de las hipotecas que hizo tambalear a la economía mundial.

Redacción

Por Redacción


I"Como sociedad, estamos jugando con nuestros grandes bancos, con nuestras instalaciones de energía nuclear, con nuestro planeta. Los banqueros que ponen nuestra economía en riesgo y los dueños de las compañías de energía que ponen a nuestro planeta en riesgo posiblemente salgan ganando. Pero la sociedad saldrá perdiendo. Esa es una lección del desastre de Japón que seguimos desatendiendo bajo nuestra responsabilidad". Lo expuesto, es una apretada síntesis de la interesante reflexión de Joseph Stiglitz, profesor de Economía en la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía, de su nuevo libre "Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial".

Stiglitz es sin dudas una de las palabras más escuchadas y respetadas en varios órdenes, habiendo realizado en este trabajo una directa relación entre el desastre en Japón y el comportamiento de la economía mundial en determinados momentos de la historia, teniendo ambos el mismo efecto negativo sobre todos los comportamientos y acciones que hacen a factores de altísimo riesgo.

Deja en claro que no existe una comparación directa entre la tragedia del terremoto y tsunami de Japón con la pérdida de unas 25.000 vidas y la crisis financiera que no se tradujo en ningún padecimiento físico, aunque se preocupa en dejar sentado que cuando se trata de lo ocurrido en la central nuclear de Fukushima, ahí aparecen cosas en común con el mundo de las finanzas.

Sostiene el economista que los expertos en temas nucleares, como así también los que incursionan en el mundo de las finanzas, siempre aseguran que las nuevas tecnologías en el primer caso y los mecanismos dispuestos en el segundo de ellos, prácticamente habían eliminado el peligro de catástrofes. Pero los hechos se ocuparon de demostrar exactamente lo contrario, ya que las consecuencias fueron tan tremendas que eliminaron en forma absoluta los supuestos beneficios de los sistemas que eran promovidos.

Lo que queda como conclusión, luego de cada crisis financiera, como así también de catástrofes generadas luego de episodios como los de Fukushima ahora -y como antes lo fue Chernobyl-, es que no sólo el mundo entero fue engañado, sino que también los propios promotores de autoengañaron, ya que esos supuestos magos de las finanzas no alcanzaron a comprender las complejidades del riesgo y menos aún "por distribuciones estadísticas con variaciones altas por variaciones muy altas en los extremos", un término estadístico que alude a eventos infrecuentes con consecuencias enormes, algunas veces conocidos como "cisnes negros", de acuerdo lo explica Stiglitz.

Investigaciones tanto en áreas económicas como psicológicas, posibilitan una mayor comprensión sobre las razones del mal manejo de los riesgos, sosteniéndose que "tenemos una base empírica limitada para juzgar eventos infrecuentes, por eso es difícil llegar a buenas estimaciones", por lo cual se debe apelar a más que una expresión de deseos, para pensar con detenimiento en todo, aunque cuando son otros los que soportan el costo de los errores, los incentivos son proclives a un autoengaño. Explicado muy precisamente, sostiene Stiglitz que "un nsistema que socializa las pérdidas y pritavtiza las ganancias está condenado a manejar mal el riesgo".

Recuerda el autor que cuando se produjo la crisis financiera con la burbuja de las hipotecas, los que originaron esta situación que sacudió fuertemente al mundo de las finanzas, dejando tambleantes a muchos economías, "no cargaron con ninguna consecuencia por su irresponsabilidad", y además quienes se dedicaron a los préstamos predatorios, o imaginaron y negociaron valores destinados a dar pérdida, lo hicieron de tal manera para protegerse de juicios criminales y civiles. Frente a esta perspectiva, el autor se pregunta "¿nos esperan otros eventos que se comporten como cisnes negros?".

La reflexión del Premio Nobel, ingresando en sus conclusiones, sostiene que "hemos visto dos de los grandes riesgos en los últimos años, pero hicimos poco para controlarlos. En algunos sentidos, el modo en que fue manejada la crisis puede haber aumentado el riesgo de un futuro colapso financiero".

De acuerdo con la visión de Stiglitz, los dueños de los grandes bancos ponen a la economía del mundo en riesgo, mientras que los propietarios de las compañías de energía ponen a nuestro planeta en riesgo, siendo probable que salgan ganando, pero todo el resto de la humanidad saldrá perdiendo.

 

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