Por REDACCION
En cuanto a la actividad laboral, y también no laboral como jubilaciones, pensiones, asignaciones o rentas financieras, hoy están equilibrados en cantidad los hombres y las mujeres, pero esta aparente igualdad se desvanece totalmente a la hora de computar los ingresos ya que en este ámbito desaparece la igualdad de género. Es que en promedio las mujeres reciben un 27% menos que los varones, y además son mayoría en el grupo de los que perciben menores ingresos. De tal manera lo expone con total claridad los datos del informe Evolución de la Distribución del Ingreso del INDEC, correspondiente al primer trimestre del presente año.
La población que reside en zonas urbanas, proyectada a todo el territorio nacional asciende a 24 millones, explicando el 59,3% del total, del cual el 29,6% son varones y el 29,7% mujeres, pero cuando vamos al promedio de los ingresos tenemos que los hombres tienen una retribución de 14.690 pesos mensuales y las mujeres 10.170 pesos, una apreciable diferencia de 4.520 pesos.
Tal situación se produce en vista que las mujeres son mayoría, llegando casi a duplicar a los varones, en los segmentos de menores ingresos, destacando el informe del INDEC que los hombres participan del 57,8% del total de la torta de ingresos, mientras que en cambio las mujeres se quedan con el 42,2% restante. Si tomamos de la mitad de la tabla de ingresos hacia abajo, se encuentra el 60% de mujeres y sólo el 40% de varones, en tanto que en el extremo inferior de la pirámide de ingresos del 10% corresponde 6,8% a las mujeres y 3,2% a varones, una relación que es exactamente al revés cuando vamos al 10% del extremo superior de los que más ganan, siendo el 6,3 para los hombres y el 3,7% para mujeres.
Todos estos datos son más que claros y contundentes respecto a la pronunciada diferencia que existe entre sexos en materia de ingresos, como ya dijimos al comienzo, con un promedio de 27% para las mujeres. Tal diferencia se produce tanto en el campo laboral como en el no laboral, pues incluso las mujeres asalariadas o que trabajan por cuenta propia, como el caso de profesionales, ganan menos que los hombres, e igualmente se dan estas condiciones entre los subocupados, ya que las mujeres trabajan menos horas que los hombres en igual categoría, siendo también amplia mayoría en el trabajo doméstico con salarios más bajos y también en el cobro de planes de asistencia.
Un informe centralizado sólo en la ciudad de Buenos Aires es también coincidente con esta situación, ya la brecha de género en materia de ingresos es similar e incluso mayor al promedio nacional, destacándose que hay 816.500 varones ocupados con ingresos y 736.000 mujeres, existiendo una pronunciada desigualdad aún tratándose de una ciudad rica y con menor nivel de desigualdad de género en muchos otros aspectos comparada con el interior.
En la ciudad Capital el ingreso promedio es de 15.852 pesos, aunque los varones perciben 17.492 y las mujeres 14.033 pesos, habiéndose ampliado esta diferencia levemente en el último año. En cuanto a la ocupación en tiempo, el promedio general es de 37 horas semanales, pero los varones con 40 horas suman 5 más que las mujeres que llegan a 35 semanales, existiendo también diferencia en los ingresos en remuneraciones por hora, ya que a los varones se les abona 111 pesos y a las mujeres 102.
Todos los datos confluyen hacia la mencionada diferencia, pues mientras los asalariados masculinos tienen un ingreso mensual de 17.229 pesos y la mitad gana menos de 15.000, las mujeres ganan en promedio 14.423 y la mitad recibe 12.000 pesos o menos.
Si pasamos a los trabajadores por cuenta propia las diferencias se amplían todavía más, pues los varones perciben en promedio 13.869 pesos y las mujeres de 8.976 pesos, lo cual fija una diferencia de nada menos que el 35%, dejándose constancia además que los jefes de hogar son el 57,7% de los ocupados, y que de tal modo en la ciudad de Buenos Aires los varones ganan 19.071 pesos y las mujeres 14.382, significando un 25% menos.
Queda visto en consecuencia, que en todos los planos las mujeres están muy desfavorecidas en los ingresos con relación a los varones, aún realizando iguales trabajos.
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