Por REDACCION
Las expectativas de inflación de la población para los próximos doce meses alcanzaron en junio un nivel promedio del 51,4% y aumentaron por sexto mes consecutivo, de acuerdo con un relevamiento dado a conocer ayer por el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
La entidad también señaló que la expectativa de inflación es mayor en los sectores de menores ingresos y nivel educativo, que prevé un incremento del 52,5% hasta junio de 2022, contra un 50,6% para los de ingresos y nivel de instrucción más elevados.
Luego de un 2020 en el que las expectativas de inflación oscilaron entre un 40% y un 50%, el primer semestre de 2021 mostró una suba ininterrumpida en las proyecciones, que de un 45% en enero pasó al 45,2% en febrero, volvió a subir en marzo al 46,3% para ubicarse en el 47,9% en abril, en el 50,2% en mayo y en el 51,4% en junio, siempre como promedio móvil para los doce meses posteriores a la consulta.
De esta manera, las expectativas de inflación aumentaron 11,4 puntos porcentuales respecto del 40% previsto en diciembre de 2020 y deja en evidencia que la población consultada por la UTDT prevé una aceleración en el incremento de los precios minoristas para la primera mitad de 2022, en línea con los pronósticos de diferentes economistas que advierten por una suba posterior a las elecciones de noviembre.
Al respecto, la estrategia del Gobierno en lo que va del año apunta a contener la cotización del dólar a manera de "ancla" anti inflacionaria, además de administrar las tarifas de servicios públicos y algunos precios de productos de consumo popular.
Como en las consultas anteriores, los habitantes del interior del país prevén una inflación más alta que el resto, con el 51,8% hasta junio del año que viene, en tanto en la Ciudad de Buenos Aires esperan un alza del 49,9% y en los partidos del conurbano un 50,9%.
Las estimaciones que dio a conocer la UTDT difieren de las que a principios de mes dio a conocer el Banco Central en su habitual Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que para los próximos doce meses prevé un alza de precio minoristas del 43%, inferior al 48,3% proyectado para todo 2021.
El REM es realizado en base a las estimaciones de economistas, consultoras y bancos de inversión, mientras que las expectativas de inflación de la UTDT se basan en una encuesta aleatoria estratificada por edad, sexo, nivel social y localización geográfica.
Mientras tanto, el banco de inversión Morgan Stanley estimó que la Argentina podría concretar una devaluación más acelerada del peso a inicios de 2022, tras las elecciones legislativas.
Sin mencionar un porcentaje, la entidad financiera cree que se podría repetir la estrategia de 2014, cuando el ex titular de la entidad monetaria, Juan Carlos Fábrega, devaluó un 15% la moneda nacional en apenas tres días.
Según el reporte "con las elecciones (legislativas) aplazadas hasta mediados de noviembre, ya no vemos un ajuste único del tipo de cambio oficial este año.
Sospechamos que es una decisión política difícil de tomar, ya que un movimiento único del tipo de cambio en noviembre o diciembre se traduciría en un pico de inflación antes de las vacaciones de fin de año, un período muy sensible".
"Nuevamente, es el buen desempeño en la primera mitad del año lo que nos lleva a pensar que la estrategia de confusión podría extenderse hasta principios de 2022, sin una gran sorpresa negativa en la dinámica de Covid-19 o una reversión considerable de liquidez global", evaluó Morgan Stanley.
En ese sentido, consideró que "al igual que en 2014, bajo el mismo Gobierno, esperamos que cualquier movimiento único del tipo de cambio oficial se produzca a principios de 2022. La magnitud del movimiento es difícil de predecir, pero es razonable esperar algo similar al de 2014".
El informe señaló además que "continuamos viendo un programa con el FMI (en algún momento entre fines del primer trimestre o comienzo del segundo de 2022), que aborde algunos problemas macro y ataque los estructurales".
"Sospechamos que al FMI le gustaría ver una brecha cambiaria más pequeña para cuando entre en vigor un nuevo programa. Además, que aumenten las reservas y que haya una reducción gradual de los controles al capital y a las importaciones deberían ser características clave del eventual programa de facilidades extendidas", añadió.
Morgan Stanley sostuvo también: "Esperamos que las autoridades estén de acuerdo en la necesidad de consolidar las cuentas fiscales, aunque es poco probable que esto se logre con una reducción considerable del gasto, ya que este gobierno es propenso a una mayor intervención estatal. Dada la necesidad de reducir la brecha fiscal, no esperamos una relajación de la carga fiscal del país, lo que no augura nada bueno para la inversión".
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