Por Redacción
Un informe sobre el futuro de la industria en las próximas dos décadas, realizado por el Instituto McKinsey Global, es realmente interesante, ya que formula un repaso sobre hechos y posibilidades muy completo, el cual permite -entre otras cosas- elaborar planes y estrategias futuras, tanto en lo inmediato como en el mediano plazo. La visión mundial de la industria a través de un estudio que revela, en primer lugar y en lo ya transcurrido, que en los últimos cuatro años la industria manufacturera consiguió revertir la tendencia declinante que venía dándose en los años anteriores, estableciendo un punto de referencia de significación elevada.
De acuerdo con este Instituto de estudio, en los próximos 15 años el mercado mundial incorporará a 1.800 millones de nuevos consumidores, con lo cual los actuales 12 billones de dólares de consumo se elevarían a 30 billones en 2025. Y que el 70% de la demanda global de productos manufacturados provendrá de los países emergentes, partiendo de una tendencia que irá acelerándose desde 2020 en adelante, ya que por ese entonces el 60% de los hogares de todo el mundo que logren ingresos superiores a los 20.000 dólares anuales estarán en los países emergentes, de modo especial en las regiones de Asia y Latinoamérica, apareciendo como principales en tal sentido China y la India en aquella parte del mundo, y Brasil y México por aquí.
De todas maneras, debe decirse, al menos por lo que ocurre en este tiempo, que el aumento del consumo doméstico pasa esencialmente por China, que de acuerdo con las estimaciones, pasará de 48,6% que se contabilizó en 2010 al 66% en 2030, quedando claramente expuesto el constante aumento del consumo en el país asiático, cuya economía sigue afianzándose no sólo como la segunda más grande del mundo en cuanto a volumen -detrás de Estados Unidos-, sino que aunque estando a considerable distancia todavía, es factible que en un plazo mucho más breve del supuesto alcance a equilibrarla. En algunos ítems por ejemplo, como este del consumo, China crece con una aceleración notable.
Vistas estas condiciones, el PBI chino de 2012 de 7,5 billones de dólares, podría llegar a 21,5 billones en 2021, llegando a triplicarse, en tanto que su consumo interno que este año estuvo en el orden de 3,5 billones, podría alcanzar los 13 billones en 2020.
Volviendo a la visión global del estudio, digamos que los últimos datos concretos dan cuenta que en 2010 la producción industrial global fue de 10,5 billones de dólares, el cual es analizado bajo el enfoque de cinco categorías. La primera se denomina "innovación global para mercados locales", apuntándose a un sector en el cual se incluyen los correspondientes a automotor, químico, de la maquinaria y equipos, el cual requiere de un muy alto grado de innovación, como por ejemplo la reducción drástica del flete, con producción cerca de los consumidores. Otra es "procesamiento regional", donde se incluyen -entre otras- alimentación, gráfica y metalmecánica. Se refiere luego en tercer orden a "industrias intensivas en materias primas y energías", con preponderancia del petróleo, madera y papel. Se llega de tal forma a "tecnologías globales innovadoras", con referencia a computadoras, microprocesadoras y equipos médicos. Y finalmente, en quinto lugar, bajo el rótulo "transables" aparecen textiles, vestimenta y juguetes.
Se destaca que la industria manufacturera ha ido quedando atrás y que ha sido sucedida por una economía de servicios, ocultando el hecho que entre ambos sectores la compenetración es cada vez mayor, teniendo una fuerte participación para que ocurra de ese modo la tecnología del procesamiento. Un ejemplo muy contundente lo ofrece Estados Unidos, donde los empleos del total de la manufactura llegan a 17,2 millones, aunque más de 10 millones de ellos corresponden al denominado sector terciario.
En un análisis que hace el periodista Jorge Castro sobre el impacto de este informe sobre nuestro país, sostiene que "el significado para la Argentina es nítido: la industria manufacturera es esencial para su desarrollo sostenido en el mediano y largo plazo. Esto significa que es prioritaria la reconversión de su actual estructura, en un doble movimiento de reorganización empresarial y tecnológica, y de atracción en gran escala de la inversión de las cadenas globales de producción, integradas por las empresas transnacionales, cuyo papel es fundamental para un nuevo impulso exportador de la actividad industrial argentina".
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