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Editorial Sábado 24 de Mayo de 2014

Industria regional

La producción industrial y el empleo del sector estuvieron en claro retroceso de 3,8% y 1,8% en el primer trimestre en el área centro y norte de la Provincia, donde se incluye Rafaela.

REDACCION

Por REDACCION

Las noticias sobre descensos en la producción, en la mayoría de los rubros y sectores, hoy han dejado de tener poder de impacto como tales, pero igualmente deben ser difundidas pues forman parte de la realidad, la que está pegando muy fuerte en las condiciones socio-económicas de la población, que es donde se sienten más fuerte esta clase de desequilibrios, ya que los ajustes -como invariablemente ocurrió a lo largo de nuestra historia contemporánea- siempre afectan en mayor medida a las clases más desprotegidas. Es decir, las de ingresos medios y bajos, y demás fijos.

En esta ocasión debemos referirnos a la caída experimentada por la producción y el empleo industrial en la región centro-norte de la provincia de Santa Fe, de la cual Rafaela forma parte. Es que el retroceso de la producción durante los meses de enero, febrero y marzo de este año fue de un significativo 3,8% comparado con igual lapso de 2013, mientras que por su parte el empleo cayó 1,8% de acuerdo con datos que fueron publicados en un informe del Centro de Estudios del Comportamiento Industrial el cual corresponde a la Unión Industrial Santa Fe, y que fueron publicados por el diario El Litoral en nota analítica firmada por el periodista Gabriel Rossini.

Para llegar a tal conclusión, el ente recurrió a información de parte de un buen número de empresas muy representativas del rubro industrial plantadas en toda esta región del centro y norte del territorio santafesino. Lo que se destaca, es que aún dentro de esta perspectiva de cifras negativas, y un panorama nacional que es ciertamente igual de complicado, los empresarios deslizaron un dejo de optimismo en virtud de advertir ciertas señales positivas, como puede calificarse por ejemplo a la desaceleración de los precios que impactarán para el retroceso inflacionario, además de algunas condiciones favorables para el acceso al crédito, razones por las que muestran confianza en que se vaya logrando la recuperación en este segundo trimestre que estamos transitando y concluirá a fines de junio.

Claro que una cosa son las estimaciones, que a veces suelen entremezclarse con los deseos, y otra muy distinta la realidad, que es la que muestran los números y las estadísticas, donde no sólo hubo retroceso en producción y empleo, sino también en el uso de la capacidad instalada, que se encuentra en sólo el 66,4% y viene cayendo claramente desde hace varios trimestres. Cuando más se amplia la capacidad instalada paralizada, menos es la producción, una cuenta más que sencilla y que está mucho más allá de toda clase de consideraciones.

Según se señala en el informe, en estos tres primeros meses del año "la industria fue afectada por la incertidumbre generada tras las modificaciones en la política cambiaria, el incremento de las tasas de interés y las mayores limitaciones en materia de financiamiento. También influyeron negativamente la tradicional menor actividad de carácter estacional, debido a paradas programadas de plantas y licencias de personal, la menor cantidad de días hábiles y una debilitada demanda interna y externa".

Con referencia al empleo, marcando una caída de 1,8% y a contramano del informe oficial del INDEC que da cuenta que hubo una recuperación de 8 décimas (7,1 a 7,9) medido con igual período de 2013, se refiere que el impacto más fuerte se produjo en las empresas más grandes, ya que las pequeñas y medianas mantuvieron sus planteles sin bajas. El dato preciso es que el 60% de las plantas mantuvo su nivel de empleo en tanto que el resto redujo su personal, en este último caso de manera especial las empresas de mayor dimensión. Pero en cambio lo que fue bastante generalizado fue la reducción de horas extra y otras adicionales, además de la paralización en la creación de nuevos empleos.

Respecto a las ventas de estas empresas relevadas, registraron en el trimestre un aumento de 28,8% medido en forma interanual, mostrando cierta aceleración con relación  a anteriores trimestres, en tanto que los ingresos subieron 21,9% y los costos en cambio lo hicieron en el 30,4%, teniendo la mayor variación de los últimos registros. Entre los insumos que mayor impacto tuvieron en los costos se mencionan acero, papel, acero inoxidable y combustibles.

Un dato muy sensible dentro de este cuadro, es que tres de cada cuatro empresas tuvieron una desmejora en la relación entre precios y costos, lo cual afecta sensiblemente la rentabilidad.

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