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Editorial Sábado 17 de Diciembre de 2011

Indice desfavorable

La Argentina pasó del 105 al 100 puesto en el ránking mundial de corrupción. Mejoría debido al aumento de nivel de otros países.

Redacción

Por Redacción

Transparencia Internacional es una organización que anualmente, mediante un amplio y sustentable sistema de verificación y relevamiento, realiza un ranking sobre los niveles de corrupción en el mundo, participando de esta radiografía 183 países. Así tenemos entonces que en una calificación de cero (existencia del mayor grado de corrupción) a 10 (el de más transparencia), se ubica en la posición más destacada Nueva Zelanda, mientras que en la peor ubicación del total de naciones aparece el africano Somalia.

En esta compulsa estadística que se desarrolla anualmente desde 1995, entre los 183 países relevados, la Argentina ocupó el sitio número 100, y aún cuando se trata de un posicionamiento muy negativo por haber acumulado 3 de puntaje -recordamos sobre un total de diez- se produjo una mejoría de cinco lugares con relación al año pasado en que ocupó el lugar 105. Aunque de todos modos, y según se encargaron de explicarlo los responsables del trabajo, tal ascenso de la Argentina se produjo no por su propia mejoría sino por haberse incrementado la corrupción en otros países, que fueron bajando en la escala.

Si tomamos la región latinoamericana al momento del análisis y las comparaciones, tenemos que el listado de los peor calificados es integrada por Haití (1,8 puntos), Venezuela (1,9), Paraguay (2,2), República Dominicana y Honduras (2,6), Ecuador y Guatemala (2,7),  Bolivia (2,8), Argentina y México (3), Panamá (3,3), Perú (3,4), Colombia y El Salvador (3,4), Brasil (3,8), Cuba (4,2), Costa Rica (4,8), Puerto Rico (5,6), Uruguay (7) y Chile (7,2 puntos).

Para la elaboración de este ranking mundial se tomaron encuestas entre diciembre de 2009 y septiembre de 2011, tomándose datos sobre la percepción existente, ya que la corrupción se encuentra oculta. En el caso de la Argentina, según se explicó, tuvieron gran participación negativa tres casos: el de Schoklender y las Madres de Plaza de Mayo, la mafia de los medicamentos y el caso del enriquecimiento ilícito de Ricardo Jaime, no habiendo sido incluída la causa judicial que otorgó el sobreseimiento a Carlos Menem y otros 16 involucrados -algunos de ellos confesos de haber participado de la maniobra- por la venta de armas a Ecuador y Croacia.

En consecuencia, nuestro país está entre los diez más corruptos de América latina y a nivel mundial en un mismo plano que Benín, Burkina Faso, Yibuti, Indonesia, Gabón, Madagascar, Príncipe, Santo Tomé, Malawi, Tanzania y Surinam, un lote de no muy buena imagen en el mundo. Si tomamos el ámbito regional, los 3 puntos reunidos por Argentina lo ubican en igual plano que México en materia de corrupción, muy alejados de Chile y Uruguay que son los dos mejor clasificados. En cuanto a los países con los cuales existe una mayor cercanía en las relaciones, como son Venezuela, Ecuador y Bolivia, se encuentran entre los peores calificados, aún por debajo de los tres puntos nuestros.

En cuanto a los índices que se elaboraron para las puntuaciones, fueron 17 encuestas elaboradas por 13 instituciones, muchas de ellas con reconocido prestigio internacional, como el caso del Banco Mundial. Tales estudios analizaron factores como la aplicación de leyes contra la corrupción, el acceso a la información pública y los conflictos de intereses, a lo cual se les sumó la opinión anónima de líderes empresariales. La definición de corrupción utilizada para llevar adelante el trabajo fue "el abuso del poder delegado para beneficio propio".

Esta situación respecto al débil posicionamiento de la Argentina no es nuevo ni sorprende, pues desde 1995 en que se realiza esta encuesta de Transparencia Internacional, siempre estuvo en ubicaciones de retaguardia. Es que los escándalos de corrupción no sólo se suceden desde hace años, sino que además en un marco de manifiesta impunidad, con escasa intervención de la justicia, y cuando lo hace, en la mayoría de los casos termina sobreseyendo a los involucrados. En los últimos meses hubo aquí dos casos realmente emblemáticos, como el de la empresa sueca Skanska y el contrabando de armas a Ecuador y Croacia, donde la justicia sobreseyó a todos, aún habiendo en ambos casos participantes confesos.

La propia Skanska había admitido haber otorgado fondos destinados al pago de coimas, pero aquí la justicia no encontró culpables, luego de varios años de demoras. Sobre el caso del contrabando de armas ya lo dijimos y lo reiteramos, dos traficantes admitieron su participación activa, y aún así fueron sobreseídos no solo los 15 involucrados, sino también ellos mismos.

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