Por Redacción
Una posibilidad que viene discutiéndose desde hace mucho tiempo, como es la que los jueces paguen el Impuesto a las Ganancias como debe hacerlo todo el resto de trabajadores, esta vez parece tener el consenso necesario como para imponerlo en las Cámaras legislativas. El proyecto viene desde el oficialismo, donde ya se sabe que de contarse con las instrucciones necesarias, el alineamiento es total, contando en este caso con respaldo de los más importantes sectores de la oposición, por lo cual la viabilidad de que se transforme en ley es en esta oportunidad bastante considerable.
Claro, que de acuerdo lo puntualizaron ya algunos legisladores, aún estando de acuerdo con el proyecto, advirtieron que la Constitución nacional deja sentado claramente que la remuneración de los jueces "es intangible", lo cual será es escollo por superar, que en otras ocasiones se convirtió en infranqueable. Aunque hubo también quienes restaron significación al tema de la intangibilidad, ya que constitucionalmente existe el principio de igualdad ante la ley, por lo cual esa salvedad no estaría afectada en consideración a que no se trata de un impuesto creado especialmente para los jueces, o una quita de carácter extraordinario, sino todo lo contrario, se trata de un impuesto que pagan absolutamente todos los trabajadores, con esta excepción de los jueces, que disponen de tal forma de una situación privilegiada.
Hace tantos años que se habla y polemiza sobre esta situación excepcional que disponen los magistrados, que en esta instancia se sospecha que la iniciativa de hacerla prosperar se encuentre directamente ligada a otra forma de presión sobre la Justicia, en este tiempo en el cual el gobierno tiene serias diferencias con la misma, en desacuerdo con ciertos fallos que no le fueron favorables, llegándose incluso a la propuesta de democratización formulada por la presidenta Cristina Fernández, lo cual es de contenido fuertemente polémico habida cuenta que los jueces no elegidos por el voto popular, por lo que mal podrían estar sujetos a los mecanismos de la democracia, al menos en ese sentido. Aunque claro, habrá que aguardar conocer el contenido de esa iniciativa de democratización, que ya provocó con su solo anuncio, diferencias bastante notables entre quienes la avalan y quienes se oponen a la misma.
No son pocos quienes, en representatividad de diversos sectores afines a la Justicia, si bien no rechazan de plano la posibilidad del pago de impuestos por parte de los jueces, sostienen en cambio que se trata de una medida aislada, con más efectismo que efectividad, ya que debería proponerse una reforma tributaria integral que contemple absolutamente todos los aspectos. Como por ejemplo, el impuesto que se debe resolver sobre el sector financiero, que curiosamente no tributa siendo especulativo, mientras que en cambio sí lo paga el trabajo, constituyendo una injusticia enorme, y que tal como se encuentra planteada no merece mayores consideraciones. Sin embargo, el tributo de lo relacionado con lo financiero, nunca tuvo posibilidades de prosperar, aún habiéndose presentado varios proyectos en tal sentido.
Desde la propia Corte Suprema de Justicia también se escucharon algunas voces, como el caso del ministro Eugenio Zaffaroni, quien invariablemente se pronuncia en favor de todas las iniciativas que provengan del oficialismo, haciéndolo también en este caso, considerando "una injusticia" que los jueces no paguen impuestos, a la vez que también se pronunció en respaldo del planteo de un debate sobre la democratización de la Justicia, y que la misma se abra al campo político.
Otras voces cercanas al Alto Tribunal, ya deslizaron que llegado el caso de la aplicación del referido impuesto a los haberes de los magistrados, la compensación podrá lograrse rápidamente con un aumento de salarios similar a la quita, con lo cual todo continuaría igual, al menos para el bolsillo de los alcanzados por la imposición.
El tema, polémico por cierto, se encuentra lanzado y seguramente tratará de acelerarse por parte del Gobierno con el correspondiente fogoneo en los ámbitos legislativos, aunque puede traer aparejado el proponer una amplia y verdadera reforma del sistema tributario, que es en realidad lo que el país necesita, y es que de una vez por todas se eliminan las situaciones privilegiadas, que tanto irritan a la ciudadanía.
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