Por REDACCION
"El hombre propone y Dios dispone" reza un popular refrán tan extendido entre nosotros y que nunca pierde vigencia. La expresión se suele utilizar cuando en determinadas situaciones surge un obstáculo o un imprevisto que trastoca o destruye nuestros planes y expectativas. En cierto modo, refleja un sentido providencialista de la vida humana. En la Argentina, esa sentencia podría adaptarse por algo así como "los gobiernos proponen, pero las crisis disponen".
La figura aplica casi a la perfección con las idas y vueltas en torno al cepo al dólar en la Argentina, es decir el gobierno de Cambiemos se despide teniendo que re-implementar una de las primeras medidas que eliminó cuando asumió: las restricciones cambiarias. A contramano del deseo del aún presidente de la Nación, que tenía entre sus activos de la gestión la eliminación del cepo a comienzos del 2016, la crisis actual no le ha dejado margen
La cuestión ha sido objeto de análisis de la consultora Ecolatina, que en su reporte dejó en claro que a pesar de que el 10 de diciembre se llevará a cabo un cambio de gobierno, es esperable que el próximo presidente mantenga vigente el cepo con algún tipo de relajamiento o endurecimiento. De todas formas, consideró que todavía es difícil de prever cómo evolucionará la nueva versión del cepo, pero lo cierto es que la escasez de divisas no se resolverá en el corto plazo.
Durante el cepo 2012-2015, las restricciones de acceso al mercado de divisas se fueron endureciendo progresivamente a medida que el Peso se apreciaba en términos reales y, consecuentemente, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se ampliaba y el déficit de cuenta corriente se acrecentaba, consigna el informe al contextualizar el análisis. Así, recuerda que a los límites de acceso a la compra de divisas y giro de utilidades al exterior, se sumaron restricciones cuantitativas a las importaciones, prohibición de conversión a dólares los créditos hipotecarios, impuestos al turismo y vehículos de alta gama, entre otras medidas. En aquel momento el combo de medidas arrojó un set de sectores ganadores y perdedores.
En este escenario, el principal sector afectado por el cepo fue el inmobiliario, debido a que sus transacciones se hacen en moneda extranjera. De hecho, en los cuatro años que duró el anterior control cambiario, las operaciones de compraventa de inmuebles en el Gran Buenos Aires cayeron 30%. Sin embargo, el golpe al sector puede ser aún mayor en el futuro, dado que en la actualidad se observa un encarecimiento de las viviendas junto a una caída del poder de compra del salario, ambos medidos en dólares.
Otros de los sectores perjudicados por el cepo cambiario, según Ecolatina, fueron los exportadores netos, siendo la actividad más emblemática la agroindustria. Por un lado, cargaban con elevadas retenciones en un contexto de fuerte atraso cambiario y, por el otro, recibían ingresos valuados al dólar oficial, mientras que parte de sus costos dolarizados crecían en línea con el dólar paralelo siendo que la brecha entre ambas cotizaciones promedio el 40% entre 2012 y 2015.
Las industrias importadoras netas encontraron dificultades para llevar adelante su actividad en 2012-2015, debido a las restricciones de acceso al mercado divisas y, principalmente, a los controles cuantitativos a las importaciones que generaron faltantes de insumos. En esta línea, bajo las condiciones actuales del cepo, dichas industrias se verían afectadas, pero en menor medida que antes, siempre y cuando no se reinstauren restricciones cuantitativas a las importaciones.
Por último, las actividades que requieren grandes flujos de inversión para su desarrollo son otras de las afectadas por el cepo cambiario. Tal es el caso del sector energético que, ante la imposibilidad de girar dividendos al exterior, en un contexto de fuerte apreciación real del Peso, vieron recortadas sus inversiones. Por este motivo, la viabilidad de proyectos como Vaca Muerta en el futuro dependerá de si se mantiene la imposibilidad de girar divisas al exterior y si el tipo de cambio se atrasa.
En la otra columna, la de los ganadores, las restricciones al acceso de divisas en un contexto de alta inflación reducen las posibilidades de ahorro de familias y empresas, incentivando la sustitución de consumo futuro por presente. En este sentido, en el cepo 2012-2015 la imposibilidad de resguardar el valor de los ahorros en un activo seguro, incentivó la dolarización a través de la adquisición de bienes y servicios valuados al tipo de cambio oficial.
Por último, Ecolatina señala que más allá de que las restricciones cambiarias eran necesarias para frenar la caída de las reservas internacionales del Banco Central y evitar la volatilidad del tipo de cambio, la medida trae consigo el riesgo de perder competitividad externa, en un momento donde Argentina necesita imperativamente aumentar sus exportaciones netas para solventar la deuda en moneda dura. La sintonía fina de la política cambiaria y monetaria desde el 10 de diciembre será determinante para confirmar el set de ganadores y perdedores de este nuevo ciclo de cepo cambiario.
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