Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Jueves 19 de Julio de 2012

Gigante frenado

El gigante chino sigue creciendo, pero mucho más lentamente. Ahora busca estimular su mercado interno.

Redacción

Por Redacción

La economía de China, conocida en el mundo en estos últimos tiempos como "la locomotora", por su espectacular crecimiento y por la dependencia que generó de diversos factores del comercio internacional, en el pasado mes de junio experimentó una significativa desaceleración, cuya más inmediata consecuencia fue una sensible reducción de sus importaciones. Concretamente las compras al exterior por parte de los chinos cayeron 6,3% en la comparación interanual, y unos 4 puntos menos de las estimaciones que hacían los analistas económicos, quienes como queda expuesto, si bien esperaban una retracción no la consideraban de esta magnitud.

La razón de menor demanda del gigante asiático se produce debido a la retracción de su propio mercado interno, siendo el resultado lógico de una ecuación muy simple: ante menos consumo, menos compras en el exterior. Situación que se produce a pesar de la batería de medidas que había dispuesto el gobierno chino para incentivar el mercado interno, que así y todo estuvo en claro retroceso. Algo que, de prolongarse en el tiempo, se transformará en un problema de muy seria resolución, ya que su propio mercado era uno de los grandes motorizadores del crecimiento de la economía a tasas muy altas.

Recordemos que en la actualidad China es la segunda economía del mundo en cuanto a su volumen -detrás de los Estados Unidos-, y aún cuando la diferencia entre ambos continúa siendo grande, de mantenerse las condiciones que hicieron acortar distancias, en no mucho tiempo podrían comenzar a equipararse. Incluso, no son pocos quienes dicen que en algunas áreas, China cuenta con indicadores más positivos que Estados Unidos.

Este paso atrás del país más densamente poblado del mundo no sólo se produjo por el menor consumo, sino que también hubo otros indicadores importantes en descenso. Las exportaciones por ejemplo experimentaron en junio una caída de 11,3%, lo cual es adjudicado en gran parte a la debilidad económica que en este momento tienen Europa y EE.UU. debido a la crisis que los viene afectando desde hace tiempo, sin que se adviertan síntomas que permitan avizorar el final de tan complicada situación.

Desde 2008, en el momento álgido de la crisis iniciada en ese entonces, China nunca había tenido un nivel de crecimiento tan bajo como en el mes de junio último, resultado de la débil demanda de sus ventas al exterior, y también a los rígidos controles que su propio gobierno dispuso el año pasado para enfriar el sobrecalentamiento de su economía y la inflación que había comenzado a preocupar.

El momento que afronta China es complicado, más allá de los varios años de sostenido crecimiento que ha tenido, ya que lo ocurrido en junio puede acrecentarse pues -según se admite desde su gobierno- hay muy fuertes presiones para que haya una desaceleración más pronunciada, lo cual hace que además de las medidas de estímulo ya implementadas recientemente haya otras en estudio que pueden entrar en vigencia en cualquier momento, para sostener un consumo en retroceso. Tanto es así, que fueron bajadas las tasas de interés y ya en dos oportunidades se redujo el precio de los combustibles, invirtiéndose fuertemente en la construcción de viviendas y una serie de obras públicas, con el propósito de mantener la demanda laboral.

Esta caída de la potencia de Asia tiene un impacto muy fuerte en muchos otros países que habían encontrado allí su gran centro de exportaciones, de modo especial en tiempos donde debieron suplantarse mercados como el estadounidense y los europeos. Los países de Latinoamérica se encuentran entre los que pueden resultar más afectados, habida cuenta de ser grandes productores de insumos primarios, que son justamente los más demandados desde China para su procesamiento, y aunque luego vayan al mercado interno para consumo, cuenta de esa forma con un importante valor agregado.

En 2010 la economía china había crecido 10,4%, en tanto que en 2011 lo hizo en el orden de 9,2%, mientras que en el primer trimestre de 2012 su expansión fue de 8,1%, quedando en clara evidencia un retroceso que por ahora no pudo evitarse, y que en el pasado mes de junio tuvo confirmación como tendencia.

Esta segunda mitad del año será para los chinos crucial en cuanto al objetivo de recuperar sus anteriores niveles de expansión, lo cual genera también grandes expectativas en el resto del mundo, especialmente aquellos países que vuelcan allí gran parte de sus exportaciones.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso