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Editorial Jueves 17 de Enero de 2013

Falta de cajeros

Los 29 cajeros automáticos disponibles en la ciudad no son suficientes para dar comodidad a la gente, que hoy está prácticamente bancarizada en su totalidad.

Redacción

Por Redacción

Días atrás este Diario publicó un amplio y detallado informe respecto a la funcionalidad y servicio que ofrecen los cajeros automáticos en la ciudad, que se cuentan en el número de 29. Para una población de 100.000 habitantes, la mayoría de la cual ha sido bancarizada -es decir, indefectiblemente debe recurrir a los cajeros- se desconoce si estadísticamente es la cantidad suficiente, pero consecuencia de lo que se observa diariamente frente a esos elementos ubicados 26 de ellos en el frente de las mismas sedes bancarias y otros 3 en otros lugares de la ciudad -frente a la planta fabril Mahle, el súper Pingüino de bulevar Lehmann y el hiper Libertad-, queda a la vista que allí suelen formarse largas colas que hablan de la necesidad de más cajeros. Y además, es probable que con mayor diversificación en algunos sectores del ejido urbano, ya que ciertos barrios quedan muy alejados y quienes allí residen deben trasladarse hasta la zona céntrica para cumplimentar esta clase de trámites. Recordándose por ejemplo, que hace unos años el populoso barrio Villa Rosas disponía de un cajero, el que luego fue eliminado.

Aquellos días en que se abonan sueldos, quincenas, o pagos de planes sociales, son fácilmente identificables por las extensas colas que se forman en los cajeros, aunque también los demás días este fenómeno ha comenzado a extenderse, ni hablar de los fines de semana largos, quedando en consecuencia plasmado que, más allá de estadísticas o estudios de mercado, es necesaria una mayor cantidad de cajeros automáticos, ya que son varias las razones que influyen para que las esperas se prolonguen, a veces, haciéndose bastante insoportables, ya que mucha gente prefiere realizar operaciones en los días y horarios de funcionamiento de los bancos, frente a la posibilidad de enfrentar alguna clase de inconveniente, que son bastante frecuentes, la mayor parte de las veces por inexperiencia en el manejo, y otras, por deficiencias en los propios cajeros, que también las suelen tener.

Se recuerda, que los cajeros no sólo permiten retiro y depósito de dinero, que son los más comunes, si no también el pago de facturas, transferencias de dinero y variedad de consultas, lo cual amplía notablemente la cantidad de tiempo de uso cuando de eso se trata, extendiéndose -muchas veces en exceso- el tiempo que hay que permanecer aguardando para llegar al mismo, incluso produciéndose alguna clase de enojos cuando alguna persona permanece exageradamente en el interior, mientras otros en larga hilera, bajo los rayos del sol, esperan para poder hacer sus operaciones.

Y además, no puede soslayarse de mención el que podría denominarse "efecto inflación", que impacta absolutamente en todos los ámbitos en los cuales existe de por medio dinero. Es que, como el gobierno no dispuso la impresión de billetes de mayor valor que el de 100 pesos -aseguraban que para no admitir la existencia inflacionaria, esa misma que niega a través del INDEC-, la carga de entre 800.000 y 900.000 pesos que se hace por cajero antes alcanzaba para la atención de mucha mayor cantidad de personas, por lo tanto ahora, se queda sin dinero mucho más rápido. La reposición no es trámite sencillo cuando ocurre en jornadas hábiles, y más aún cuando los fines de semana largos, en que directamente el cajero queda sin servicio hasta el primer día en que se reanuda la tarea bancaria.

El tema del cual se hizo eco LA OPINION, no es novedoso pues ya tuvo otras expresiones en igual sentido desde estas mismas páginas, debiéndose citar además, que en igual sentido se pronunciaron concejales y legisladores provinciales, y que también la Asociación Bancaria Rafaela se manifestó en ese mismo sentido. Es que, los reclamos son extendidos, y como se trata de un servicio que debe ser no sólo ágil si no cómodo para la gente, se justifica el pedido para que la posibilidad de ampliar la cantidad de cajeros y también su ubicación más extendida, sea estudiada. Debe decirse también, que los bancos actúan independientemente y no todos han reaccionado de la misma manera, pues mientras algunos mejoraron sus servicios, otros en cambio permanecen sin modificaciones. Algo que, por otra parte, no puede merecer reproches que vayan más allá de la simple solicitud, ya que se trata de instituciones privadas en totalidad -con sola excepción del Nación- que actúan de acuerdo a sus posibilidades y rentabilidad.

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