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Editorial Miércoles 18 de Octubre de 2017

Fallas educativas

En la región, nuestro país está sólo adelante de Brasil en profesionales jóvenes.

REDACCION

Por REDACCION

Desde siempre se supuso que la Argentina era un país de avanzada dentro de sus pares de Latinoamérica, y tal vez haya sido así en otros tiempos, pero esa época ha quedado definitivamente atrás y así lo muestran casi todos los indicadores según los cuales se pueden establecer comparaciones. Por ejemplo en los estudios universitarios, tal un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dando cuenta que a pesar de contar nuestro país con educación universitaria pública y gratuita -razón por la cual hasta aquí se llegan miles de estudiantes de otros países vecinos y no tanto-, son escasos los que poseen títulos universitarios en la franja etaria de 25 y 34 años, con apenas el 19%, mejorando en cambio de manera significativa cuando el relevamiento se amplía hasta los 64 años. Queda claro en consecuencia que la baja en el estudio del referido nivel ha bajado considerablemente en los últimos años.

Con el citado 19% de títulos universitarios entre los comprendidos de 25 a 34 años, apenas queda detrás nuestro Brasil con 17%, en tanto nos superan claramente Chile con 30%, Costa Rica 28%, Colombia 27% y México 21%. En graduados jóvenes la Argentina queda postergada, lo que constituye un índice realmente preocupante, pues muestra el declive que tiene la educación en todos los órdenes, ya que el posicionamiento fue degradando de manera constante, al punto que en todas aquellas pruebas y estadísticas en que nuestro país era líder y se mostraba como el ejemplo a copiar por el resto, ahora nos tienen en los puestos de retaguardia.

Una prueba evidente, y más que eso contundente, de cómo se fue modificando la situación relativa a la educación en esta región del mundo, es que el relevamiento de la OCDE cuando se refiere sobre graduados hasta 64 años de edad, pasamos a tener 21%, dando vuelta la comparación al superar a Costa Rica y México ambos con 15% y Chile con 13%.

Un factor que se considera determinante para este deslizamiento que está teniendo el estudio a nivel universitario, tomando como referencia en especial la última década, es la deficiente condición del estudio secundario, donde sólo la mitad de los alumnos termina en el tiempo estipulado, por lo cual se reduce el nivel de oportunidad para seguir una carrera universitaria, y por sobre todo el elevado porcentaje que concluye el nivel secundario sin adquirir un buen aprendizaje, lo cual explica no llegar con condiciones básicas para el ciclo universitario.

Uno de los focos de la mejora educativa en el país hay que ponerlo con toda energía en el nivel secundario, donde además se registra un alto porcentaje de deserción que en la mayoría de países latinoamericanos. Un dato es más que elocuente respecto al nivel de la enseñanza secundaria, reflejado en estadísticas que han sido reiteradamente difundidas: una gran parte termina el ciclo sin entender lo que lee.

La situación educativa global que describió la OCDE en su informe tiene además una fuerte repercusión en el mundo laboral, constituyendo un déficit el que los estudiantes no opten por aquellas carreras que ofrecen una mayor salida laboral, como lo son aquellas ligadas a Sistemas y Tecnología de la Comunicación. Un 88% de los alumnos que eligieron carreras de esas características, consiguieron ocupación en forma más o menos inmediata, contrariamente a lo ocurrido con los de otras áreas.

Otro de los problemas en la Argentina, según lo analizan especialistas en temas educativos, es que se ha perdido la cultura del esfuerzo, lo cual ha provocado que muchas carreras con mayor futuro laboral sean desechadas por ser consideradas difíciles, como por caso las ingenierías.

Según este trabajo, ya en la etapa de conclusiones, en nuestro país el 8,2% de aquellos que no alcanzaron un título universitario, se encuentran desempleados, en tanto que los que sí estudiaron el promedio baja a 4,7%. Una brecha que es mucho más amplia en países desarrollados como Estados Unidos o Francia, por ser mayor la cantidad de universitarios, en tanto que se reduce en México o Colombia, donde hay menos graduados.

Una problemática sin dudas complicada, pero que requiere soluciones en el menor plazo posible.

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