Expectativa de vida

De acuerdo con un informe estadístico de la Organización Mundial de la Salud, organismo dependiente de las Naciones Unidas, en el cual hizo un relevamiento de la expectativa de vida en cada uno de los países miembros de la organización, correspondiente a 2017, la Argentina experimentó un importante avance de casi un año -en realidad 10 meses para decirlo con precisión- en sólo un lapso de cinco años, entre 2010/2015. Las mujeres, que son las de más larga vida, pasaron de 79,1 años a 79,9 mientras que los hombres lo hicieron de 71,9 años a 72,7 en el apuntado período.

Haciendo un promedio entre ambos sexos, sin tener en cuenta esa diferenciación, la expectativa de vida de los argentinos es hoy de 76,3 años, cuando en 2010 era de 75,5 años. 

Son varias las razones que confluyen para ir mejorando este índice de vida, como por ejemplo el mayor nivel de información que existe en todo sentido, como así también el más importante control preventivo, incluso comenzando a ponerlo en práctica a más temprana edad, lo cual indudablemente permite alcanzar mucho más positivos resultados en edades más avanzadas. La nutrición es otro aspecto central, pues la gente se cuida muchísimo más que antes, con una mejor alimentación y mucho más natural, avanzando en tal sentido a la par que lo hace la ciencia merced a descubrimientos posibilitados por la alta tecnología que se dispone. Es que la inclusión de antibióticos, vacunas y también el importante aumento de la distribución de agua potable, junto a los controles vasculares, de hipertensión y del colesterol, han tenido una participación muy significativa en el avance de la expectativa de vida.

El peso corporal, que también va en paralelo con la correcta alimentación, es otro de los aspectos que impactan en sostener la mayor expectativa de vida, destacándose como elementos influyentes en las dietas más precisas el pescado, las verduras, frutas frescas y secas y aceite de oliva.

El promedio de 76 años y 3 meses en la expectativa de vida de los argentinos, ubica a nuestro país en la posición 50 del ranking mundial, el cual lo tiene como líder a Japón donde el promedio de vida es de 83,7 años.

Algo bastante extraño, es que aún habiéndose incrementado bastante la expectativa de vida en el país, hemos ido resignando posiciones pues en 1960 el puesto era el número 39 y en 2010 era el 49. Ahora con mucho más edad estamos 50, siendo consecuencia que muchos otros países han avanzado más aceleradamente que la Argentina. De todas maneras, debemos considerar como muy positivo lo que sucede aquí, pues en los últimos 57 años -es decir desde aquella medición de 1960 en que estamos 39 en la tabla estadística- la edad promedio de vida avanzó nada menos que 11 años.

De mantenerse esta situación y con similar ritmo de avance, en un futuro cercano las muertes serán más por causa de enfermedades degenerativas o por la vejez química, es decir, cuando el organismo se desgasta por el paso del tiempo.

Volviendo a la división por sexo, los varones argentinos ocupan el puesto 67 en el mundo en expectativa de vida, mientras que en cambio las mujeres se ubican en el lugar 44, pudiéndose decir en tal sentido que mientras los hombres fueron perdiendo paulatinamente posiciones, en cambio las mujeres fueron avanzando. Cuando vamos directamente a las estadísticas, en 1960 por ejemplo los varones ocupaban el sitio 41 y en 2010 se retrasaron al 63, resignando nada menos que 22 posiciones ante otros países del planeta. En cambio el sector femenino fue avanzando sostenidamente en los últimos años, aventajando ahora a los varones por 7,2 años en expectativa de vida. Una diferencia sin dudas apreciable.

Respecto a los de más avanzada edad en la Argentina, presenta una rareza en cuanto a hombres y mujeres que han vivido un siglo, pues la expectativa  es poder llegar a 102,5 los hombres y 102,4 las mujeres.

Además de todo lo dicho para ampliar el período de vida, se deslizan también algunos otros consejos que, aunque conocidos, es oportuno mencionarlos, como es por ejemplo no fumar, evitar las ingestas alcohólicas, y en cambio sostener actividad física, en cada caso ajustadas a la edad para que las exigencias sean acordes en todo sentido. Las caminatas y beber abundante cantidad de agua, es una de las combinaciones accesibles y de excelentes resultados.