Por REDACCION
Mientras el mundo, más allá de las amenazas que representan las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China o el Brexit de Gran Bretaña, transita por un sendero luminoso en materia económica, la Argentina soporta un largo invierno con el retroceso de los indicadores sociales y económicos que se miden sin advertir brote verde alguno. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó más de lo mismo en el marco de su nuevo encuentro anual en Washington, donde presentó el informe "Perspectivas de la economía mundial" donde le pone cifras a los padecimientos cotidianos de los argentinos y diluye cualquier intento de crear falsas expectativas como a veces sí parecen procurar los funcionarios de la Casa Rosada no tan nacional ni mucho menos popular.
De acuerdo a ese reporte del FMI en la previa de su Asamblea Anual que celebrará desde hoy junto al Banco Mundial, la inflación promedio de la Argentina bajará este año muy levemente respecto de 2018 pero se ubicará en un nivel igualmente muy alto del 43,7%, mientras que el desempleo aumentará y afectará al 9,9% de la población. El organismo indicó además que tras haber caído 2,5% en 2018, el Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina anotará en 2019 una baja del 1,2% para recuperarse recién en 2020 con una expansión del 2,2%. Que así sea, todo un país lo necesita aunque en rigor de verdad lo mejor es que esa demorada recuperación comience cuanto antes, hoy mismo de ser posible.
Sin embargo, más allá de que todos los argentinos miramos al cielo para implorar por un cambio saludable para la economía, la inflación sigue siendo uno de los principales flancos débiles del Gobierno porque los precios no responden por el momento a la política monetaria del Banco Central, por lo que el panorama trazado por el FMI no es de lo más auspicioso.
El organismo internacional de crédito, que por lo menos respaldó con su plata al Gobierno argentino para evitar una crisis aún peor, señaló que el país tuvo una suba generalizada de precios promedio del 34,4% en 2018, aunque la comparación "punta a punta" fue del 47,6% según el Instituto de Estadística y Censos, sin atender que la inflación de los precios de alimentos orilló el 60%.
Al proyectar a corto plazo, el FMI dijo que la inflación promedio de la Argentina en 2019 se ubicará en el 43,7%, aunque se llegará a diciembre con la suba de precios viajando a un ritmo ya menor, del 30,5%; y en 2020, del 23,2% promedio. A su vez, indicó que el desempleo, que hoy está en el 9,1% según el Gobierno, subirá al 9,9% este año y se mantendrá en ese promedio a lo largo de todo el 2020, por lo que no se prevé una recuperación en la demanda de trabajadores.
En tanto, América Latina y el Caribe crecerán menos en 2019 y 2020 con el "lastre considerable" que representa Venezuela, estimó el Fondo. En el reporte, bajó su previsión de crecimiento para la región a 1,4% en 2019 y a 2,4% en 2020; 0,6 y 0,1 puntos menos respectivamente que las estimaciones actualizadas de enero.
Además, redujo las expectativas de crecimiento para este año de Brasil y México, las dos mayores economías regionales, y proyectó una caída de 25% de la volátil Venezuela, que veinte años después de la llegada a la presidencia de Hugo Chávez, fallecido en 2013 y considerado el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, está sumida en una colosal crisis económica marcada por hiperinflación, escasez de alimentos y medicinas, colapsos en el suministro de agua y electricidad y una producción de crudo que cayó a la mitad desde 2014.
Con relación a Brasil, uno de los motores de la economía latinoamericana, el FMI afirma que se recupera de una dura recesión entre 2015 y 2016 y donde el 1 de enero asumió la presidencia el ultraderechista Jair Bolsonaro, estimó un fortalecimiento del crecimiento, de 1,1% en 2018 a 2,1% en 2019 y 2,5% en 2020. Argentina también necesita que la economía brasileña se recupere y crezca.
Por otra parte, el FMI divisa en el horizonte de la economía mundial ciertos nubarrones al recortar a 3,3% sus previsiones de crecimiento debido a una desaceleración generalizada, especialmente en las economías más avanzadas, pero mantuvo su optimismo para 2020. La expansión de 3,3% representa un recorte de 0,2 puntos con respecto a lo calculado en enero y de 0,4 puntos con respecto al informe de octubre del año pasado.
Asimismo, en tono preocupante el organismo advirtió que el aumento de los niveles de deuda de las empresas y los Estados y el fuerte incremento de préstamos riesgosos podría hacer a la economía mundial más vulnerable a otra severa recesión. Si bien estas preocupaciones "todavía no están prendiendo las alarmas", los gobiernos enfrentarán desafíos para equilibrar la necesidad de reforzar la supervisión del sector financiero, en un momento en que la economía mundial se está desacelerando.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.