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Editorial Martes 9 de Octubre de 2012

Empresas públicas

De acuerdo con el Presupuesto, un total de 29 empresas estatales sólo cubren el 44,8% con recursos propios, debiendo ser asistidas por el resto a razón de 90 millones diarios.

Redacción

Por Redacción

Cuando se llegue a fin de año, y considerando que no se produzcan alternativas inesperadas y que todo vaya de acuerdo con lo previsto, el Tesoro nacional habrá asistido con algo más de 33.000 millones de pesos a las empresas y sociedades del Estado para cubrir sus gastos corrientes y de capital, ya que dichos entes funcionan a pura pérdida. Este volumen es un 50% más que lo dispuesto en 2011 y un 10% más de lo que se proyectó para 2013 en el presupuesto, en el cual se formula una estimación del cierre de cuentas de 2012.

Ese es el volumen de dinero que se debe transferir a las 29 sociedades de mayoría estatal, que requieren de aportes de este tipo para sostener su funcionamiento. La mayor carga proviene de Enarsa, que recibe algo más de 14.000 millones, lo cual es destinado a solventar la diferencia entre el precio de importación del combustible y el precio de venta del mismo al mercado interno, tanto el que proviene de Bolivia, como el gas natural licuado correspondiente al Programa Energía Total, según se detalla en el proyecto presupuestario.

Pero además, el F.C. Belgrano insumó otros 3.200 millones de pesos, donde casi la totalidad es para gastos de personal, en tanto que para 2013 no está previsto recurso alguno. La empresa de obras y cloacas Aysa tiene asignados 1.700 millones para gastos de operación y mantenimiento, y otros 3.800 millones para la planta potabilizadora del Paraná de las Palmas y obras del sistema Riachuelo. Por su parte Canal 7 y Radio Nacional recibirán 786 millones para sueldos y otros 46 millones para gastos de capital, en tanto que la agencia oficial Telam tiene una asignación de 289 millones.

Consigna el texto oficial que estas asignaciones de asistencia constituyen el 55,2% de los gastos totales de las empresas públicas en cuestión, siendo el 32,3% de ellos para gastos corrientes y el 22,9% para los gastos de capital. Por esta razón entonces es que todo este conjunto de empresas estatales cubren sólo el 44,8% de sus gastos de funcionamiento, en tanto que el gasto total en el año, entre sus propios recursos y el auxilio estatal, asciende a 60.689,3 millones de pesos.

Por cierto, una situación que no debe prolongarse indefinidamente y que debe recibir alguna clase de solución.


Economía en vaivén

En el pasado mes de agosto, último balance oficial divulgado, la actividad económica experimentó una contracción de 0,5% en la comparación interanual, pero si en cambio tomamos el parámetro del mes de julio tenemos que creció 1%, con lo cual tenemos 1,5 punto de diferencia en el vaivén, lo cual de todas maneras no modifica el escenario de estancamiento que se advierte en la economía, ya que además, un indicador bastante preciso es que la tasa de variación del producto se mantiene nula para el acumulado del año. 

Según apreciaciones de la consultora Ferreres y Asociados, donde se aprecia un crecimiento muy significativo es en el sector de la intermediación financiera, mientras que en cambio en el agroganadero existe una muy clara caída, consecuencia de la sequía. Luego de estos dos picos, uno hacia arriba y el otro hacia abajo, respecto a todo el resto se advierte un evidente estancamiento con inclinación hacia la baja entre 1 y 2 puntos.

Para describir claramente lo que viene sucediendo con la economía, puede hacerse referencia a la actividad comercial por menor y por mayor, la cual en agosto pasado registró un crecimiento de 0,5% que puede ser alentadora para establecer de aquí en adelante una tendencia, aunque para morigerar el entusiasmo también debe decirse que se trata del primer alza interanual de los últimos 5 meses, y además, se formula la especificación respecto a ambos que si bien el comercio mayorista experimenta mermas, en cambio el minorista se mantiene más afianzado. Lo cual, de acuerdo señala la consultora, es el resultado de la caída de la cosecha y de la industria, como así también de las restricciones impuestas a las importaciones. Ya en números, digamos que el mayorista se contrajo en agosto 2,7% y en cambio el minorista creció 3,8%, en tanto que las actividades inmobiliarias experimentaron una caía de 1,1% consecuencia de las restricciones impuestas sobre el dólar.

Más allá de datos, que demuestran el vaivén del primer semestre, lo positivo es que la tendencia bajista parece haberse detenido y que en esta segunda mitad del año estamos en recuperación, aunque muy lentamente.

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