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Editorial Lunes 21 de Agosto de 2017

Empleo público

En los últimos 15 años el empleo del sector público aumentó 15 veces.

REDACCION

Por REDACCION

Las estadísticas del empleo público asustan. Es que en la actualidad debe destinarse 1,5 billón de pesos para el pago de salarios, lo cual significa el 58% de la recaudación tributaria neta del orden nacional y provincial en conjunto. Otro dato muy gráfico da cuenta que 5 de cada 10 pesos gastados por  las provincias y los municipios se destinan el pago de salarios del personal, mientras que el Estado nacional destina el 13% de todo su presupuesto con ese mismo fin del pago de sueldos.

Por estos excesos a los que se ven sometidas las finanzas públicas es muy factible que el déficit fiscal este año termine siendo el tercero más elevado de la historia, por sobre dos acontecimientos históricos como fueron "el rodrigazo" durante la presidencia de Isabel Perón y el pico de la hiperinflación durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

El empleo público, ese reducto de familiares, amigos, punteros y para el pago de toda clase de favores, además de ser usado para disimular la falta de creación de empleo en el sector privado, sólo en los últimos 15 años tuvo una expansión del 80%, llegando a contarse en 2012 -año tomado como referencia- con 3,6 millones de agentes públicos, que en 2015 ya habían llegado a 3,9 millones.

Desde el ingreso del gobierno de Mauricio Macri, tras una primera oleada de despidos que hubo en los primeros meses, especialmente en aquellas incorporaciones que el gobierno kirchnerista había efectuado antes de su retirada, se volvieron a corporizar los ingresos al área pública en casi todos sus niveles. El Estado, en lugar de achicarse como se había prometido, continuó expandiéndose hasta llegar a niveles récord a fines de 2016, para peor dentro de un marco de nulo crecimiento económico. Por lo tanto, mientras el sector privado siguió ajustándose, el sector público marcha en sentido exactamente contrario.

De acuerdo con datos del Ministerio de Hacienda, en tanto el empleo público creció 60% desde 2003, la población aumentó  17,5% en ese mismo período, y como en las provincias creció un 42,5% más que la población, se duplicó el gasto en personal, pasando del 4,3% del PBI al 9,3%, con algunos datos adicionales que espantan, ya que en Chaco los empleados públicos aumentaron 110%, en Tierra del Fuego 107% y en Jujuy 102%, siendo cada vez más las provincias donde la mayoría de la población vive de ingresos del Estado.

Veamos un claro ejemplo de este exceso de personal en la cada vez mayor cantidad de organismo y reparticiones. El gobierno nacional tiene 21 ministerios, 87 secretarías de Estado, 207 subsecretarías y 687  direcciones nacionales y generales, además de 112 institutos y organismos (sin incluir universidades o academias). En total, estas unidades administrativas llegan a 1.124. En cambio, cuando asumió Cristina Kirchner en 2007 había 10 ministerios, aunque en sus dos mandatos los elevó a 16, y 70 subsecretarías. 

La Argentina está al tope de Latinoamérica en empleados públicos, representando el 18% de los trabajadores -el promedio en la región aludida es de 12%-, en el orden de 3,9 millones de agentes. Para tener una mayor dimensión del problema, puede referirse que en Francia esta proporción llega al 22%, en Canadá al 20% y en Reino Unido al 19%. En la misma línea, en el promedio de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que reúne a los países más ricos del mundo, esa proporción alcanza al 20%.

Un dato muy significativa es que el 51% de la explicación de esta vertiginosa suba del empleo en el sector público ocurre por la toma de personal en las provincias, luego los gobiernos locales -municipios- con 32% y finalmente el gobierno nacional con 17 por ciento. Queda claro que tanto las provincias como las municipalidades, son las que han llevado a este desborde de personal, llegándose a límites que se han vuelto insoportable para todos los presupuestos. 

Es evidente que, más tarde o más temprano, el problema deberá ser abordado en procura de una solución, pues mientras los gastos sigan superando tan ampliamente a los ingresos, los problemas seguirán agudizándose.

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