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Editorial Sábado 4 de Mayo de 2013

Empleo estancado

Desde 2007 en adelante la creación de empleo se ha estancado, y apenas si logra acompañar al crecimiento de la población.

Redacción

Por Redacción

Varios son los problemas que aquejan en este presente a los argentinos, pero dos de ellos que impactan más directamente en el andar diario, son el permanente aumento de los precios -que aleja cada vez más la posibilidad de sostener el hogar- y la posibilidad de perder el empleo. Situaciones ambas, que están alejadas de poder solucionarse por voluntad y esfuerzo propio, ya que dependen casi con exclusividad de lo que se haga desde el gobierno, o bien lo que se deje de hacer. En eso parece que estamos en este tiempo, cuando los problemas siguen acumulándose y las soluciones aparecen en igual medida.

En las dos últimas décadas aquí en la Argentina hemos atravesado por momentos críticos en este sentido. El primero de ellos el "efecto tequila" de 1995, y luego el fin de la convertibilidad en 2001-2002. En ambos casos -según lo explica el investigador del CONICET Javier Lindenboim, en un comentario en la sección Economía del diario Clarín- ocurrieron ciertas semejanzas como el buen crecimiento económico y la dinamización del mercado laboral, aunque también algunas diferencias como la limitación de la recuperación en el caso "tequila" frente al ciclo prolongado en el comienzo del siglo XXI. También en el primero de los casos existió un fuerte impacto negativo en las pequeñas y medianas empresas, en tanto que en 2001 una de las características destacadas fue la revitalización que tuvo ese sector. De todos modos, puntualiza el analista, "en los datos agregado de empleo, ambas salidas de la crisis implicaron un importante ritmo de creación de puestos de trabajo. Entre mayo de 1996 y mayo de 1998 se acrecentaron los empleos a razón del 5% por año, unas décimas por encima del promedio anual entre 2003 y 2007".

De todas maneras debe destacarse que en los períodos mencionados hubo diferencias muy notorias en los números, ya que por ejemplo en el lapso 1996-98 los asalariados desprotegidos crecieron a razón del 10%, además de hacerlo el empleo estatal al 7%, apareciendo posteriormente los autónomos y trabajadores protegidos a razón del 4% y el servicio doméstico 3%, mientras que en cambio entre 2003-07, el mayor volumen estuvo por cuenta de los trabajadores registrados a razón del 13% y los cuentapropistas 10%, en tanto que por debajo del promedio quedaban los asalariados precarios y el servicio doméstico que generalmente se encuentra desprotegido con el 4%. Es decir, quedando expuesto que los trabajos de más baja calidad no se contrajeron pues siguieron creciendo a igual ritmo que antes, pero mucho más lentamente que los calificados como "buenos empleos", que fueron la verdadera dinámica del mercado laboral.

Pero desde 2007 en adelante todo fue modificándose sensiblemente, ya que ese clima de entusiasmo y bienestar que hubo hasta entonces no pudo consolidarse. Es que desde entonces la creación de empleos apenas si pudo acompañar el crecimiento poblacional, pudiéndose tomar como punto de referencia que la tasa de empleo -es decir la proporción de ocupados dentro de la población- en 2003 se encontraba en el 40% y en 2007 apenas si logró elevarse al 42%, manteniéndose en ese mismo nivel desde entonces y hasta este momento. Un comportamiento que ha logrado sostenerse en parte debido al crecimiento del empleo público, que estuvo en el orden del 3%, por sobre los trabajadores registrados que estuvo en el 2%.

Este desequilibrio producido por la enorme incorporación de agentes al área pública frente a la menor del sector privado, queda claramente reflejado en un dato esencial: en 2003 por cada puesto estatal agregado se sumaban 17 puestos de asalariados. Desde 2007 en adelante por cada empleo público se agregó apenas un poco más de medio puesto asalariado. La diferencia, queda visto, es abismal.

"La falta de dinamismo de la economía para absorber trabajadores configura un panorama de extrema preocupación, del cual parece no haberse tomado debida nota. Si la escasez de demanda de asalariados protegidos por parte del sector privado derivase de un proceso de creciente aumento de la productividad del trabajo, tendríamos un escenario no sencillo pero más propicio", sostiene el analista del mercado laboral.

En definitiva, lo que corresponde entonces es identificar los verdaderos problemas que nos aquejan, para de tal modo comenzar una etapa de soluciones.

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