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Editorial Miércoles 24 de Julio de 2013

El vaivén salarial

El 70% de los trabajadores que integran la masa de asalariados, percibe menos de 4.500 pesos mensuales.

REDACCION

Por REDACCION

Un trabajo elaborado por la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, la cual está vinculada a la Asociación Trabajadores del Estado, estableció que el 70% de los trabajadores de nuestro país, tanto registrados como irregulares, tienen un salario promedio menor a los 4.500 pesos. De acuerdo con lo allí expresado, sin computar los aumentos pactados en paritarias para este año, el ingreso promedio de los asalariados es de 3.881 pesos, incluyéndose también a los empleados informales y quienes sólo trabajan tiempo parcial.

Es por esa razón, según se concluye, que los trabajadores formales a tiempo completo tienen un sueldo promedio de 5.170 pesos, en tanto que para los informales esa cifra se reduce a 2.965 pesos. Del total de ese conjunto es que se llega a establecer que el 68,7% percibe un haber menor a los 4.500.

Como para darle mayor credibilidad al trabajo en cuestión, se deja en claro que el mismo fue elaborado sobre datos oficiales del INDEC, dejándose en claro que mientras los hombres perciben un promedio de 4.331 pesos, las mujeres llegan a una media de 3.289 por mes, quedando por la sola diferencia de sexo una brecha de nada menos que el 32%, dejando más que establecida la diferencia de género que existe en el ámbito laboral.

Pero además existen otros datos que revelan situaciones que, aunque sospechadas, no son conocidas en su verdadera magnitud, como por ejemplo que el 39,5% de los asalariados informales percibe menos de 3.000 pesos mensuales, siendo el promedio de quienes se encuentran "en negro" de 2.209 pesos. Se amplía también que si se toman sólo los ingresos percibidos en su ocupación principal, los que cobran menos de 3.000 pesos constituyen el 43,9% del total del universo de trabajadores.

En tanto, mediante el análisis se llegó a establecer que sólo el 46,7% del total de la masa de asalariados son ocupados plenos, es decir, que trabajan más de 35 horas semanales y están debidamente registrados. En este caso, si se toman sólo los asalariados formales, entonces tenemos que 3 de cada 4 superan los 3.000 pesos mensuales como retribución por su ocupación principal.

La edad también constituye un factor determinante respecto al monto de ingresos, ya que los menores de 30 años ganan un promedio de 3.082 pesos, mientras que quienes superan esa edad perciben 4.268 pesos.

Canasta saludable

Los números y porcentajes de los organismos privados en cuanto a pobreza e indigencia difieren diametralmente con los difundidos por el INDEC. En este caso, tomando un estudio realizado por la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, recurriendo a lo que califica como "una canasta saludable", tenemos por ejemplo que hay 7,3 millones de personas que viven en hogares con ingresos por debajo de esa canasta valuada en 3.700 pesos mensuales, por lo cual los pobres que no se alimentan debidamente ascienden a 15,6 millones explicando nada menos que el 37,9% de la población total del país.

Como para el INDEC la canasta básica alimentaria para los indigentes se encuentra estacionada en 730 pesos mensuales, es que tenemos tan baja tasa oficial de pobreza e indigencia, aunque la realidad marque otra cosa sumamente distinta. La diferencia entre la canasta oficial y la de la UBA es de nada menos que 303,4% en cuanto a la indigencia y de 217% para la pobreza.

Estas cifras eran las que se contabilizaban hasta diciembre de 2012, aunque en esta mitad de 2013 la diferencia fue ampliada, ya que la canasta saludable aumentó 34%, mientras que los ingresos subieron 25%, con lo cual se acrecentó la cantidad de familias que no alcanzan a disponer de una alimentación saludable, en la cual no hay lujos ni sofisticaciones, sino que simplemente los alimentos indispensables que necesita una persona para comer en forma sana.

El informe sostiene que "si el objetivo es intentar que ningún hogar quede por debajo de la indigencia y la pobreza y considera como condición una alimentación saludable, deberíamos convenir que pese al crecimiento económico de la última década de la Argentina se está muy lejos de encontrar una situación razonable".

Se concluye sosteniendo que si se trata de comer sano, los pobres e indigentes son muchísimos más que los que considera el INDEC manipulado por el gobierno. Alcanzar el objetivo de Pobreza Cero, significaría transferir ingresos a los hogares postergados por un total del 6% del PBI. Es decir, el mismo monto total que se destina a la educación.

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