Por Redacción
"El populismo es la democracia de los ignorantes". Tan categórica definición sobre un sistema que se encuentra aquí en el centro de la discusión, corresponde al filósofo español Fernando Savater, un pensador de nuestro tiempo muy respetado y reconocido a nivel mundial. La expresión, contundente y bien sintética, fue formulada al abordar ese tema en México, en ocasión de recibir el premio internacional de poesía y ensayo "Octavio Paz", cuya décima edición había ganado en el mes de noviembre último y fue entregado recién en los últimos días.
Savater, de 65 años y reiteradamente distinguido en el ámbito literario internacional por sus obras, dijo que el populismo es uno de los grandes problemas que atraviesa el mundo en este momento, justamente por tener "versiones degradadas" de este sistema político.
Su exposición y el desarrollo de este tema tan candente, se dio en el marco durante el desarrollo de un foro del cual participó gran cantidad de gente, que tanto escuchó el pensamiento de Savater como así también tuvo la oportunidad de preguntarle sobre determinados aspectos y profundizar en la búsqueda de sus visiones.
La crisis global fue desmenuzada por Savater, quien insistió especialmente y respondiendo al interés del público, en el tema relacionado con los gobiernos fuertemente identificados con autoritarismos que cada vez van consolidándose de manera más importante, dando en tal sentido una síntesis muy cauta al señalar "es tan difícil sostener una democracia en tiempos complicados como acabar definitivamente con los deseos democráticos de la gente una vez que conoce lo que es".
Para ampliar aún más, el laureado escritor, filósofo y pensador español sostuvo que "más por el autoritarismo y el totalitarismo, hoy la democracia está amenazada por versiones degradadas de ella misma", señalando al populismo como una de las formas de mayor degradación para el funcionamiento democrático, aunque se cuidó de no hacer referencia concreta a ningún país, si no hacerlo siempre en forma global y genérica, mostrándolo como una tendencia que se va afianzando de manera muy peligrosa.
De todos modos, la situación es conocida y cada uno sabe lo que acontece en su propio país, y también en los vecinos. La Argentina justamente está participando de ese proceso en auge del populismo como sistema, incluso fuertemente defendido como tal por algunos de sus pensadores, como caso concreto los de Carta Abierta, que se pronunciaron en favor del populismo, rescatándolo como medio válido.
Sin embargo, aunque Savater no se haya pronunciado directamente sobre ningún país en ocasión de esta exposición en tierras aztecas, puede recordarse una reflexión formulada aquí en la Argentina al ser reporteado por un diario, en el cual manifestó sin ninguna clase de eufemismo "en este país (por la Argentina) se ve un populismo que perdona la corrupción".
Justamente, estas expresiones se dan en días en que se encuentra en pleno desarrollo la polémica por la corrupción que alcanza a las más altas esferas del gobierno y el avance sobre la justicia para someterla y evitar así que pueda investigar y sancionar a los corruptos. Sin dudas, todo un dilema, algunas de cuyas principales substancias fueron expuestas en este caso por Savater, ajeno a la participación directa de la política doméstica.
Buscando explicar las razones que promovían al populismo, el español argumentó de la siguiente manera: "la tentación del populismo es decir ´para qué nos vamos a quebrar la cabeza pensando? seamos simples´; es ese populismo que se aviene a deficiencias educativas, que hoy en nuestro mundo son tanto más culpables, cuando todos podemos informarnos por tantos medios, y la información y el conocimiento son tan accesibles".
Para el filósofo el populismo abre las puertas de par en par a otros males, ya que muchos lo denominan en realidad como cleptocracia, es decir "el reinado de los ladrones", admitiendo que "es cierto que donde hay libertades también hay quienes la utilizan mal", pero remarcó que lo realmente negativo es "la impunidad, el hecho de que la gente vea que las leyes están hechas para saltárselas, como aquella vieja metáfora de la red que atrapa a los peces pequeños pero que los grandes rompen y se van. Eso es lo desmoralizador, porque además normalmente esos peces grandes son los que más beneficios obtienen de la sociedad".
Sin dudas, una visión muy amplia, pero a la cual cada uno puede darle la aplicación que desee.
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