Por REDACCION
Al parecer no todos comparten la sensación de que el planeta ingresó en una cuenta regresiva en materia climática y que si no se hace algo -hacemos algo, en realidad- en forma urgente el cambio, negativo por supuesto, llegará a punto en que será irreversible y pondrá en riesgo toda tipo de vida en la tierra, el aire o el agua. A pesar de todas las alertas que la naturaleza envía, el hombre como especie no considera los preavisos con la seriedad que corresponde. Los desastres naturales son cada vez más potentes y arrasan todo a su paso. Deberían ser suficientes para despertar a todos, al ciudadano común y a todos los gobiernos, tanto los más modestos como los poderosos.
Ahora un centenar de científicos, colaboradores del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) francés, alertaron que el calentamiento global en el año 2100 será peor de lo que preveían estudios anteriores, con un aumento de la temperatura global de 6,5 a 7 grados centígrados para ese año. Según publicó la agencia española EFE, el informe se basa en las simulaciones de varios escenarios socioeconómicos desarrolladas por climatólogos, oceanógrafos, especialistas de la atmósfera y de cálculo, cuyas conclusiones contribuirán al sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), anunciado para 2021.
Los resultados de las investigaciones del equipo francés apuntan a un empeoramiento de la situación con respecto al último informe, presentado en 2012, que preveía un aumento de la temperatura de 4,8 grados centígrados en 2100, en el peor escenario simulado. Los científicos lo achacan a una reacción más fuerte sobre el clima del aumento de gases invernaderos de lo que mostraba el estudio anterior.
De acuerdo al escenario más pesimista (crecimiento económico rápido alimentado por energías fósiles), el aumento de la temperatura media global alcanzaría los 6 o 7 grados centígrados en 2100, y superaría en más de un grado a las estimaciones precedentes, establecieron los científicos.
Tan solo uno de los escenarios socioeconómicos, el de un panorama de cooperación internacional que dé prioridad al desarrollo sostenible, lograría cumplir con los objetivos de que el calentamiento se limite a 2 grados para esa fecha.
Los modelos de simulación climática utilizados han sido aplicados en Europa y en el Océano Indico, donde los expertos lograron representar de manera más realista fenómenos como olas de calor o ciclones. Los datos se han obtenido también gracias a las mejoras técnicas, como una resolución espacial más precisa o el modelado de distintos sectores del sistema climático (el océano, la atmósfera, los glaciares, etc.).
Además, las simulaciones permitieron estudiar con mayor fiabilidad las condiciones climáticas de Francia y Europa occidental en los últimos años, donde los científicos constataron que las olas de calor son cada vez más frecuentes y que aumentaron de manera evidente en las últimas décadas, con saldos trágicos, es decir personas que mueren de frío o por las elevadas temperaturas. Confirman además que, independientemente del escenario socioeconómico utilizado, las olas de calor continuarán en las décadas siguientes.
Quizás la esperanza para el planeta anide en el impulso disruptivo de las nuevas generaciones dispuestas a rebelarse contra el sistema establecido o la gobernanza mundial que aún prioriza la economía por sobre el desarrollo sostenible y la preservación del planeta.
La agencia France Press rescata el caso de Nora Gell, que bien podría ser cualquier adolescente de Rafaela aunque vive en Estados Unidos. La joven escuchó hablar de proteger el medio ambiente y de reciclaje en la escuela, como tantos en esta ciudad, sin que le importase demasiado. Confiesa que cuando regresaba a su casa, ya no tenía importancia y lo consideraba un pequeño problema que entonces se permitía ignorar
Pero la era de la indiferencia ha llegado a su fin. Nora, neoyorquina de 14 años y de 1,50 metros de altura, siente una obligación de hacer algo y por eso este viernes participará en Nueva York en su primera protesta por el clima, junto a decenas de miles de personas, incluida la activista ambiental sueca Greta Thunberg, de 16 años. Esta es la primera gran causa que defiende la adolescente que acaba de entrar a tercer año de escuela secundaria en Brooklyn, flamante miembro del movimiento Sunrise, que reúne a jóvenes estadounidenses comprometidos con el clima.
Nora no cree que las manifestaciones del viernes -que son mundiales y preceden a la cumbre del clima de la ONU el lunes 23- bastarán para convencer de golpe a los líderes políticos para que adopten medidas radicales contra el calentamiento climático. Pero cree que a fuerza de manifestaciones, habrá una toma de conciencia "progresiva".
La creencia de los jóvenes es que las protestas previstas para el Día de la Tierra, en abril de 2020, serán enormes. Crecerán más y más hasta que los líderes ya no podrán seguir sin cambiar su manera de gobernar, se estima. Ojalá que así sea puesto que hace falta un soplo de aire fresco en la causa ambiental.
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