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Editorial Jueves 14 de Enero de 2021

El padecimiento global

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REDACCION

Por REDACCION

La pandemia de COVID-19, que causó hasta el momento la muerte de casi dos millones de personas en el mundo, demostró que incluso los sistemas de salud de los países desarrollados son ineficientes.

Muchas naciones europeas fueron sorprendidas sin preparación, por lo que el insuficiente número de camas en los hospitales, el desborde de las unidades de cuidados intensivos (UCI) y la falta de equipos médicos causaron un verdadero colapso de los sistemas de salud.

La mayoría de estos países económicamente desarrollados, incluidos Suiza, Bélgica, Reino Unido, Francia, Alemania, España e Italia, experimentaron serios problemas debido a la rápida propagación del virus.

En Suiza, por ejemplo, los esfuerzos del Gobierno federal para controlar la propagación del coronavirus resultaron insuficientes. Aunque se incrementó la capacidad de nuevas camas y unos 2.500 miembros del Ejército participaron en la lucha contra la pandemia, las UCI se llenaron por completo.

Más de 4.000 cirugías se pospusieron en el país desde octubre y los médicos pidieron un estado de emergencia debido al hacinamiento en los hospitales.

Por su parte, en Bélgica, el Instituto de Ciencia de las Enfermedades de la Vejez recomendó que los pacientes de la tercera edad afectados por el COVID-19 no sean enviados a hospitales, sino que sean tratados en los geriátricos.

La razón principal de la alta tasa de mortalidad en el país es la falta de atención médica para los ancianos en los geriátricos, ya que más de la mitad de las muertes por COVID-19 ocurren en esos lugares.

La falta de equipo médico, el número insuficiente de camas en los hospitales y la capacidad limitada de las UCI agravaron la crisis sanitaria en Bélgica.

Mientras tanto, el Reino Unido registra aproximadamente 60.000 casos diarios, en tanto el número más alto de fallecimientos se registró el 8 de enero, con 1.325.

Según los informes, los hospitales están bajo mucha presión y los servicios de salud están al borde del colapso, a tal punto que algunos pacientes deben aguardar en ambulancias por falta de camas.

El ministro de salud británico señaló que más de 30.000 personas están siendo tratadas en hospitales y se espera que ese número aumente en las próximas semanas.

La tasa infecciones continúa aumentando a un ritmo alarmante, según reconoció el primer ministro del país, Boris Johnson, quien padeció la enfermedad hace algunos meses.

El tercer programa de cuarentena a nivel nacional comenzó en Reino Unido el 5 de enero, pero no tuvo mucho impacto, mientras que la gente se aferra a la esperanza de la eficacia de la vacuna.

Italia, en tanto, se enfrenta a graves problemas en el sector de la salud, siendo uno de los países más afectados, con cerca de 80.000 fallecidos y más de 2.300.00 contagios.

El país experimentó muchos problemas, especialmente durante la primera ola, por falta de personal de salud, de respiradores y hasta de mascarillas.

Respecto del sistema sanitario español, atraviesa por su peor momento, a pesar de haber sido considerado entre los mejores del mundo antes de la pandemia.

Las mayores dificultades tienen que ver con la escasez de personal médico y la insuficiencia de camas hospitalarias luego del nuevo brote.

Un problema que aún con las elevadas tasas de contagio durante la primera ola del coronavirus, ​​pudo solucionarse, en buena medida, con la habilitación de hospitales de campaña en las dos mayores ciudades, Madrid y Barcelona.

Durante la primera ola de COVID-19, en tanto, Francia enfrentó una escasez de máscaras médicas para los trabajadores de la salud y la alta ocupación de los hospitales, que dificultó la lucha contra el coronavirus.

En ese momento, aunque la necesidad semanal de máscaras médicas era de unas 40 millones, el Gobierno solo podía producir algo más de tres millones.

Los expertos en salud criticaron al presidente Emmanuel Macron por su falta de instalaciones y elementos de protección para los profesionales de la salud, a raíz, también, de la falta de camas en las UCI.

Por su parte, el registro de unos 30.000 casos diarios en Alemania debilitó la capacidad del sistema de salud de ese país.

Pese a que hay cerca de 27.000 camas de cuidados intensivos, la notoria falta de personal de salud es uno de los principales problemas del sector, por lo que se les pidió a los estudiantes de medicina participar en la lucha contra el virus.

Tras el inicio de la pandemia, muchos hospitales alemanes se vieron obligados a posponer las cirugías, lo que provocó problemas económicos en muchos de ellos y forzó a solicitar apoyo financiero al Gobierno.

Otro caso testigo es de Estados Unidos, un país desarrollado y que es el que sigue encabezando las estadísticas de personas infectadas y fallecidas, en gran medida por el capricho del derrotado presidente Donald Trump.

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