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Editorial Martes 9 de Febrero de 2021

El juicio político a Trump

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REDACCION

Por REDACCION

Donald Trump será sometido a su segundo juicio político, pero en esta ocasión varias figuras cambiaron respecto al infructuoso esfuerzo anterior para destituir al ahora ex Presidente.

Trump fue acusado en diciembre de 2019 por #abuso de poder y obstrucción al Congreso", en tanto que ahora deberá responder por "incitar a la insurrección" por su papel en la asonada contra el Capitolio del 6 de enero, que dejó cinco muertos.

Ya se confirmaron las personas que desempeñarán un papel clave en el juicio político que comenzará hoy en los Estados Unidos, pero que trascenderá al mundo entero.

Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, asignó el juicio político a un grupo de nueve fiscales, todos legisladores demócratas que pertenecen a la Cámara Baja y abogados.

Ninguno de ellos había sido convocado en el "impeachment" de 2020 contra Trump.

La cabeza visible del grupo es Jamie Raskin, un académico constitucionalista que empezó a redactar el artículo de juicio político poco después de que una turba de seguidores de Trump asaltó el Capitolio.

Raskin, de 58 años y oriundo de Maryland, asume el mayor caso de su carrera en momentos en que sigue lamentando la muerte de su hijo Tommy, quien se suicidó en víspera de Año Nuevo.

"No voy a perder a mi hijo a fines de 2020 y perder a mi país y mi república en 2021", señaló en una reciente entrevista con la señal televisiva CNN.

Stacey Plaskett, de 54 años, negra y madre de cinco hijos oriunda de las Islas Vírgenes, es otra de las "gerentes" designadas para el enjuiciamiento del ex mandatario de Estados Unidos.

Como delegada de un estado de su país, Plaskett carece de los privilegios de votación en la Cámara Baja, por lo que no pudo manifestarse a favor del juicio político contra Trump.

Sin embargo, hizo conocer su modesta gratitud luego de haber sido elegida para ayudar a procesar el caso contra el ahora ex Presidente, a quien acusó de "intentar un golpe de Estado".

Por otro lado, a diferencia de su primer juicio, cuando Trump fue representado por brillantes abogados, este vez Trump penó para construir su equipo de defensa.

Luego de una ola de renuncias, el magnate republicano reclutó a última hora a David Schoen, un penalista de Alabama; y Bruce Castor, quien fue fiscal de Pensilvania.

El centenar de integrantes del Senado no solamente se desempeñará como parte del jurado en el juicio contra Trump, sino que fueron testigos y víctimas de la asonada.

Muchos de ellos, no obstante, son leales a Trump, incluyendo a Josh Hawley, de Misuri, que a los 41 años se perfila como un potencial aspirante presidencial; y Ted Cruz, abogado constitucionalista de Texas, quienes vienen realizando una encendida defensa del anterior ocupante de la Casa Blanca.

Los doos figuran entre los pocos legisladores que votaron en contra de la certificación de los resultados de la elección en estados específicos, incluso después de la asonada, y ahora advierten contra lo que Cruz califica como un esfuerzo "vengativo" para condenar a un Presidente que ya no ejerce ese cargo.

Dentro de ese mismo grupo también aparece el senador Rand Paul, quien acusó a los demócratas de estar "trastornados por su odio" a Trump.

Paul, un oftalmólogo de 58 años, forzó una votación para frustrar el juicio por inconstitucional. Pero fracasó en su intento, con un resultado revelador: solo cinco republicanos votaron con los demócratas para seguir con el proceso.

Es importante recordar que se necesitan dos tercios de los votos del Senado para lograr una condena, por lo que 17 senadores republicanos deberían unirse a los demócratas para declarar culpable a Trump.

Por lo tanto, es poco probable que se sumen esos votos, aunque el senador Mitt Romney votó por la condena del mandatario en 2020 y Pat Toomey dijo que Trump "cometió grave delitos" al incitar los disturbios en el Capitolio.

Algunos moderados como Lisa Murkowski y Susan Collins están en la duda y el líder de la minoría republicana en el cuerpo, Mitch McConnell, que afirmó en privado que considera votar por la condena.

Si bien el presidente de la Corte Suprema ostenta la atribución constitucional de estar al frente del tribunal de un juicio político contra un Presidente, debido a que Trump ya no está en el cargo, John Roberts, quien lideró el proceso de 2020, dio un paso al costado.

A raíz de esa renuncia, el senador demócrata Patrick Leahy, de 80 años, por ser el miembro más antiguo del partido mayoritario en la Cámara, asumió como presidente pro tempore del Senado, para desempeñar el rol de juez.

Hoy, el pueblo estadounidense comenzará a seguir el juicio político a su ex Presidente, en una decisión que afecta claramente a la democracia de un país que, por si fuese poco, está padeciendo como ningún otro la pandemia que ha generado el COVID-19.

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