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Editorial Sábado 5 de Julio de 2014

El gran espía

Estados Unidos, luego de las revelaciones de Edward Snowden en junio de 2013, acaba de admitir oficialmente los casos de espionaje en todo el mundo.

REDACCION

Por REDACCION

El hecho no es nuevo pues surgió a la luz cuando las revelaciones de Edward Snowden, quien hoy debe permanecer exiliado en Rusia por esas razones y con la seria posibilidad de ser aprehendido por las fuerzas de los Estados Unidos, pero ahora el caso cobra mucho mayor volumen todavía pues fue admitido por el propio gobierno de la principal potencia mundial, quedando como el "gran espía" del mundo. Es que desde la Casa Blanca se reveló que sólo durante el año pasado  la Agencia Nacional de Inteligencia, a través de un programa llamado Transparencia, fueron espiados 89.138 objetivos extranjeros.

Tal como decimos, estas revelaciones comenzaron a conocerse y luego cada vez en mayor profundidad y alcance, en el mes de junio de 2013 por las filtraciones de Snowden, un ex analista de Inteligencia y de la CIA. Ahora, la admisión oficial no tiene demasiadas precisiones, pues habla de "objetivos", los que en realidad no se identifican como personas, entes, instituciones, organizaciones o bien gobiernos de otros países, y además, por lo que pudo conocerse, el contenido de los espionajes es bastante básico y superficial, en la mayoría de los casos se trata de situaciones conocidas e incluso divulgadas por la prensa, obviándose identificaciones personales o de grupos, por lo cual al menos en este caso, todo resulta bastante anodino. Lo realmente trascendente, es que se admiten los espionajes, que constituyen nada más y nada menos que inmiscuirse en las cuestiones de otros países soberanos, lo cual es sumamente grave.

Estas revelaciones que se realizaron ahora, responden a una instrucción muy precisa y concreta que dio el presidente Barack Obama en junio de 2013 cuando se conoció la revelación de Snowden, siendo la demora por la desclasificación que se debió hacer de todos los archivos para hacer público la mayor cantidad de ellos, al tiempo que debió protegerse la información más sensible y comprometida, incluso aquella directamente relacionada con la seguridad nacional.

Aunque la actitud estadounidense es realmente deplorable, vale decir que según sus leyes -que no son por supuesto las que rigen en el resto del mundo- su Agencia de Inteligencia no tiene necesidad de órdenes judiciales para interceptar comunicaciones de extranjeros sospechosos que vivan afuera de los Estados Unidos. Todo tuvo comienzo y se reforzó a partir del 11 de septiembre de 2001 cuando el atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono, habilitándose el seguimiento de todas las llamadas con alguna clase de contenido sospechoso.

Ahora, tras la revelación de Snowden y comprobándose los excesos que se cometieron en los espionajes, avanzando sobre una multiplicidad de cuestiones que incluso nada tienen que ver con el terrorismo u otra clase de acciones sospechosas, en el Congreso estadounidense se ha comenzado a avanzar para limitar los poderes concedidos a los organismos encargados del espionaje, seriamente objetados no sólo en todo el mundo sino también por las principales organizaciones de derechos civiles del propio país.

Ese proyecto legislativo dispuso la prohibición de almacenar datos por su cuenta de millones de llamadas telefónicas del exterior, incluyéndose la totalidad de las conexiones que en igual sentido realizan los estadounidenses. También quedó aprobado que serán las propias compañías telefónicas las que almacenarán las llamadas de los últimos 18 meses, y que desde las organismos de seguridad para acceder al contenido de alguna de ellas se deberá contar con la correspondiente autorización judicial, debiéndose además registrarse las razones por las cuales se desea conocer el contenido de una determinada llamada.

El objetivo es, lo reiteramos, poder anticiparse a la posibilidad de planes terroristas o incursiones en el territorio estadounidense que puedan comprometer la seguridad. Todo se encuentra en marcha y seguramente será aprobado en forma plena, restando que lo haga el Senado, dando pauta de ellas estas revelaciones que termina de realizar la propia Casa Blanca, decida con firmeza en avanzar en tal sentido.

Sin dudas, una actitud realmente condenatoria la llevada adelante por los Estados Unidos, que aunque ahora trate de recomponerla, igualmente quedará como un nuevo baldón sobre la mayor potencia que tiene el mundo.

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