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Editorial Viernes 1 de Febrero de 2019

El futuro de las jubilaciones

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REDACCION

Por REDACCION

Un debate demasiado incómodo sobrevuela en torno a los sistemas previsionales y su sustentabilidad en tiempos donde la esperanza de vida de las personas se estima cada vez más, por lo cual la cantidad de beneficiarios está en aumento y desbalancea las ecuaciones. La cuestión no es una novedad, pero de tanto en tanto se renuevan los estudios de expertos o de organismos dedicados a evaluar integralmente la solvencia económica de los países y sus gobiernos, como es el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI). 

En abril de 2012, el organismo multilateral ya habían dedicado un extenso análisis al fenómeno del envejecimiento de la población, que luego debatió en una de sus habituales cumbres semestrales en las que repasan el estado de la economía mundial y los nuevos desafíos. En esa oportunidad, el planteo fue de tono alarmante y al mismo tiempo con una sinceridad brutal, casi cruel cuando reclamó -a nivel general- que se recorten las prestaciones y se retrase la edad de jubilación ante "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado".

En ese mismo estudio de hace casi siete años -publicado por el diario español El País- en los que se evaluó lo que se denomina el "riesgo de longevidad" se señaló, en una suerte de contextualización de la problemática, que si el promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el costo del envejecimiento -que ya es enorme para los Gobiernos, las empresas, aseguradoras y particulares- aumentaría un 50% en las economía avanzadas tomando como referencia el PIB de 2010. En tanto, para los países emergentes, ese gasto adicional giraría en torno al 25%.

Según el FMI, en términos absolutos aumentará el costo previsto en decenas de billones de dólares a escala global, lo cual se transforma en una amenaza para la sostenibilidad de las finanzas públicas ya que podría disparar los niveles de endeudamiento público en una proporción similar.

Siempre de acuerdo al estudio de 2012 del organismo, en 1750, la esperanza de vida en el momento del nacimiento en los países de la Europa occidental no llegaba a los 40 años. Desde 1900, siguió un incremento lineal hasta tocar los 80 en 2010. A escala global pasó de los 48 en 1950 hasta los 70 en el último año de referencia. Pero lo que cambia los cálculos, según el FMI es la esperanza de vida cuando se tiene 60 años. En este sentido, Naciones Unidas proyecta que para 2050 la esperanza de vida a partir de esa edad llegará a los 26 años en las economías avanzadas y a los 22 años en los países en vía de desarrollo. Eso significa que irá mejorando al ritmo de un mes por año. Tomando como referencia a los europeos de 60 años que vivían en 1910, la esperanza de vida era de 15 años. Sin embargo, un siglo después llegó a los 24 años.

Para el FMI, al vivir más la población, los sistemas previsionales tendrán que pagar más en pensiones y prestaciones a la seguridad social. Si bien tanto el sector público como el privado llevan años preparándose para amortiguar el impacto financiero del envejecimiento, el organismo considera que se subestimó la evolución demográfica de la población y eso pesará más de lo esperado en un balance que en ambos casos están ya de por si debilitados. 

Asimismo, los economistas del organismo planteaban también que los propios individuos aumenten su ahorro a través de planes de pensiones, recomienda que se facilite o incluso obligue a contratar rentas vitalicias y también apoya el uso de las hipotecas inversas, por las que la casa en propiedad se entrega en el momento de fallecimiento a cambio de recibir hasta ese momento una renta por ella.

En marzo de 2016, el FMI volvió a insistir en la materia cuando alertó del riesgo financiero que supone el envejecimiento de la población. Sugirió, una vez más, combinar el "aumento en la edad de jubilación y de las contribuciones a los planes" de pensiones con "recortes de las prestaciones futuras. En el capítulo 'El impacto financiero del riesgo de longevidad' del Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial (GFSR por sus siglas en inglés), el FMI considera "esencial" permitir que la edad de jubilación aumente a la par de la longevidad esperada, algo que podría ser impuesto por los gobiernos o realizarse mediante la oferta de incentivos a los particulares para que posterguen su jubilación.

En 2019, el FMI vuelve a la carga con esta problemática a través del informe The Future of Saving: The Role of Pension System Design in an AgingWorld ("El futuro del ahorro: el rol del diseño de los sistemas previsionales en unmundo que envejece") en el que insiste con ampliar la edad jubilatoria, reformar el sistema previsional y la legislación laboral que permita incluir a trabajadores de edad más avanzada. 






 

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