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Editorial Sábado 11 de Septiembre de 2021

El Día de los Maestros

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REDACCION

Por REDACCION

La educación no puede cambiar a la sociedad, decía Paulo Freire, pero sí puede cambiar a las personas, y éstas cambiarán a la sociedad. Hoy las maestras y maestros de la Argentina celebran su día con una mezcla de sensaciones, por un lado la satisfacción por darle lugar a su vocación de enseñar y por otro "gestionar" situaciones generalmente adversas derivadas de las condiciones en las que se desarrolla el acto pedagógico, esto puede ser escuelas sin el mantenimiento adecuado, alumnos con problemas de salud física y emocional con presencia de violencia intrafamiliar y la eterna y estresante pelea por la actualización del salario en una economía inflacionaria. 

En la valija del docente no alcanza con las ganas y la vocación. También hay que contar con dedicación y hasta sacrificio, el que a veces se requiere por trabajar en comunidades lejanas con muchas carencias. Ser maestro es tener vocación de servicio, el ser el ejemplo de los alumnos y juega un papel importante ante la sociedad, pero en si es ser el facilitador del aprendizaje, el ser el guía del alumno dice el manual básico sobre el rol de los educadores. El papel del maestro va más allá porque no es nada más ser el que imparta clases solamente; sino hay que ser consejero, psicólogo, médico hasta ser de segundos padres para los alumnos, agrega ese cuadernillo. 

Cuando la sociedad suele reducir la tarea del maestro a estar cinco horas en la escuela, olvida que la labor es ardua porque incluye la preparación de las clases que realiza en su casa en forma diaria, evalúan constantemente los aprendizajes de los alumnos, elaboran reportes, organizan actos por las fechas patrias entre otras tantas cosas. Quizás la recompensa principal que tiene el maestro es el cariño y la gratitud de sus alumnos cuando ya convertidos en profesionales dicen "esa fue mi maestra o ese fue mi maestro", y eso sí que vale la pena.

A un contexto que no suele ser fácil, desde el año pasado los docentes como el mundo entero ha debido adaptarse al nuevo escenario de pandemia. En algunos casos estaban mejor preparados para incorporar rápidamente el sistema virtual, en otros han tenido que pedir ayuda a colegas y a las escuelas para administrar el nuevo formato, con plataformas y video en algunos casos, con whatsapp, correos electrónicos y 'classroom' en otros. 

De todos modos, pese a esa resiliencia demostrada, las restricciones aplicadas para desacelerar los contagios por coronavirus afectó la calidad de la enseñanza. Al cumplirse el pasado 8 de septiembre el Día Internacional de la Alfabetización, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, aseguró que más de 500 millones de alumnos en todo el mundo no pudieron aprender a leer y escribir o empezar la escuela por la crisis educativa que originó la pandemia. La titular de la Unesco dijo que "en 2019 sabía leer y escribir más del 86% de la población mundial, por un porcentaje del 68% en 1979" y destacó que la enseñanza digital a raíz de la pandemia dejó "en situación de exclusión" a más de 500 millones de alumnos.

Según la Unesco, la crisis sanitaria "afectó con especial virulencia a quienes ya eran los más marginados, en particular a los 773 millones de jóvenes y adultos, dos tercios de ellos mujeres, que carecen de los rudimentos básicos de lectura y escritura".

Para cerrar, recordar que hoy se celebra el Día del Maestro en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, considerado "el padre del aula”, en conmemoración a la fecha del aniversario de su muerte. Su compromiso con la educación lo elevó al pedestal de patriota, su legado permanece hasta nuestros días. 








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