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Editorial Martes 24 de Noviembre de 2015

El déficit rojo

Editorial

Redacción

Por Redacción

El déficit fiscal que deja el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cualquiera sea su presentación y maquillaje, es el más elevado desde 1982 a la fecha. Un récord que pinta de cuerpo entero el resultado de la gestión, en caso de ser medida la misma sólo desde los números y estadísticas. Es que cuando termine el año el rojo de las cuentas será el 7,2 del Producto Bruto Interno, y no se trata de críticas arrojadas desde el vacío ni de supuestos, sino tomando un informe de la Auditoría General de la Nación, el mismo órgano de control que ha tratado de cooptar el gobierno en su retirada -con la incorporación apresurada de dos ex funcionarios en ese cuerpo- en previsión de futuras investigaciones. Ese al menos es el posicionamiento que se observa desde la oposición, por supuesto diametralmente diferente al del gobierno, que sostiene estar cumpliendo lo que establecen las leyes. Volviendo al déficit, tras ese análisis inicial, un dato revelador al extremo y relacionado con la primera parte de 2015 dice por ejemplo que desde enero a junio tuvo una suba de 243% con relación a igual período de 2014. Justamente en ese primer semestre el déficit alcanzó a 99.393 millones de pesos, en tanto que en igual lapso del año anterior había sido de 28.940 millones, encerrando un dato todavía más revelador cuando se mantiene la tónica de comparación con lo sucedido en el anterior ejercicio, pudiéndose decir que sólo en seis meses de este año se gastó el doble que en los doce meses del año pasado. Se llegó a esta situación pues los gastos vinieron subiendo a razón de 40,3% y los ingresos al 26,5%, tal como sucedió en el primer semestre, no existiendo nada que permita suponer que esto no se mantuvo en el resto del año, siendo las proyecciones -sostenidas en ese informe oficial- realmente devastadoras desde los números, con ese registro de ser el récord del déficit de las cuentas públicas desde 1982. Podría decirse que nada menos, ya que dentro de ese período hubo años realmente nefastos. Sostenido en datos reales y estimaciones, aquellos del primer semestre y estas sobre el segundo, la Auditoría llega a la conclusión que el déficit total estará en el orden de los 7,2 puntos del PBI, es decir, de toda la riqueza producida por la Argentina a lo largo del año. En 2001, el año de la gran crisis, del "que se vayan todos" y la circulación de monedas espúreas, el déficit había sido de 4 puntos del PBI, hoy es casi el doble. Sin que ello signifique comparaciones del estado social ni de ninguna otra condición, es sólo lo que dicen las estadísticas, muchas de cuyas consecuencias comenzarán a precipitarse cuando haya que poner en orden estas cuentas. Cabe recordar que aún dentro de un período de bonanza, este 2015 será el séptimo año que la administración nacional concluirá con déficit presupuestario, los que se fueron cubriendo con deuda a través de la colocación de bonos en el mercado y de adelantos transitorios del Banco Central, de préstamos del Banco Nación, de la ANSeS y de otros organismos, cuyas cuentas quedarán al cabo de este ciclo también seriamente comprometidas.

El déficit admitido de 99.393 millones en realidad es mucho mayor, pues aún cuando los datos fiscales son publicados cada vez con mayor atraso -la última difusión corresponde al mes de julio-, igualmente se conoce que en los primeros 7 meses del año el Tesoro registró déficits todos los meses, las que sumados llegan a 108.172 millones, nada menos que 181,2% más que en igual lapso de 2014, con la aclaración de haber recibido 65.596 millones del Central y la ANSeS. Según las proyecciones, y considerando que en esta parte final del año se incrementan los gatos, la estimación del déficit total trepa a los 325.000 millones, récord de los últimos 33 años.

Sin analizar los recursos destinados al área social, ni tampoco educación y salud, tenemos por ejemplo que en el primer semestre del año se gastó más que lo asignado para todo el año en publicidad y propaganda, en la secretaría de Inteligencia hubo un exceso del gasto del 72%, mientras que para el pago de servicios de la deuda pública tuvo un aumento del 34,5%.


 

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