Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Editorial Domingo 22 de Marzo de 2015

El deber de cuidar el agua

Leer mas ...

REDACCION

Por REDACCION

Derrochar agua, en algún momento del futuro, será un delito grave pero en la actualidad merece apenas un reto menor o solamente indiferencia. Los expertos en la evolución del planeta y de la humanidad coinciden, al estudiar cómo hará la creciente población mundial para garantizar alimento para todos en el futuro, que las guerras serán por el agua dulce. Si bien en la actualidad se advierte un grado de concientización sobre la necesidad de cuidar este recurso con mayor empeño desde ahora mismo, lamentablemente no todos consideran la problemática como un problema serio. 

Se observan conductas irresponsables en nuestras casas, cuando utilizamos más cantidad de agua de la necesaria para la ejecución de tareas domésticas o dejamos una canilla abierta innecesariamente, en los espacios de trabajo y en otros ámbitos. Ante estas situaciones que se repiten hay campañas periódicas que buscan promover un mayor compromiso para con el cuidado del agua, pero no son suficientes y el resultado está lejos de ser el ideal. 

Para llamar la atención sobre la dimensión del problema, cada 22 de marzo desde el año 1993, la Organización de las Naciones Unidas celebra el Día del Agua. Una fecha para destacar su importancia, pero también para debatir cómo gestionar y distribuir los recursos hídricos, indispensables para la vida de todo ser humano.

Para este 2015, la institución eligió como lema "Agua y desarrollo sostenible", a partir del rol que cumple en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico, la sostenibilidad ambiental, la seguridad alimentaria y energética y la salud humana. La "crisis del agua" que se registra en estos días, dice la ONU, es un "problema de actitud" que se soluciona tomando conciencia a nivel mundial.

La ONU destacó que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua pero el 97% de ella es salada y no apta para el consumo; y del agua dulce disponible, el 90% se encuentra en la Antártida. Sin embargo, según el Instituto Geológico y Minero de Estados Unidos, sólo el 0,007% del agua dulce del planeta es accesible para los humanos. Con estas cifras es mucho más fácil comprender la urgencia por cuidar y conservar el agua disponible; así como la importancia de distribuir equitativamente la fuente de la vida. 

Hay que tener en cuenta que el cuerpo humano está compuesto en un 60% por agua, un 78% en el caso de los bebés. Una persona puede vivir semanas sin comida; pero sin agua moriría a los pocos días. 

Ya en no pocos lugares de la aldea global la falta de agua para el consumo humano o animal es dramática, provocando muerte y desolación. La imposibilidad de acceder a este recurso vital provoca, en territorios densamente poblados pero con graves atrasos en el desarrollo de infraestructura social, el surgimiento y transmisión de enfermedades que repercuten en la calidad de vida y en los casos extremos condenan a la muerte. 

En otras regiones, también pobres, no queda otra alternativa que caminar kilómetros para poder tener agua, lo que pinta escenas que deberían ser de otro tiempo pasado pero que subsisten en este mundo extraño en el que conviven la solidaridad más sana con el egoísmo más cruel, los avances tecnológicos en distintos campos que buscan mejorar y prolongar la vida con la más abominable pobreza y el terrorismo más sangriento. 

Según la OMS, unas 2,5 mil millones de personas en todo el mundo carecen de instalaciones sanitarias adecuadas y 758 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a una fuente de agua potable. 

En Rafaela se puede medir a pequeña escala la problemática del agua, es decir el recurso agua potable no alcanza para abastecer a todos los habitantes. Así, la expansión territorial de la traza urbana está limitada por falta de agua más allá de las medidas adicionales que se han adoptado como la construcción y posterior ampliación de una Plan de Osmosis Inversa. 

La solución definitiva al menos para los próximos 30 años es la construcción de un nuevo acueducto desde la localidad de Desvío Arijón, donde tomará agua del Río Coronda, uno de los cursos vinculados al sistema del Paraná. Un apunte sobre la calidad del agua de la región de Santa Fe fue proporcionado por una investigación ligada a la empresa fabricante de cervezas Schneider, en la que se afirma que el Río Paraná asegura aguas de cualidades inmejorables para la industria cervecera debido a su bajo contenido de iones, calcio y magnesio, lo cual da como resultado un agua blanda e insabora. 

Para el año 2050, la OCDE estima que la población mundial tendrá 2.300 millones de ciudadanos más que ahora, por lo que la demanda de agua crecerá en un 55% por las necesidades industriales, energéticas y domésticas. ¿No es una buena razón para empezar ahora a cuidar el agua?





Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso