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Editorial Martes 13 de Marzo de 2018

Educación en baja

Según un relevamiento la educación está peor que hace 10 años.

REDACCION

Por REDACCION

Los datos y estadísticas que se conocen sobre la educación en nuestro país indefectiblemente suelen ser lapidarios, negativos por donde se los mire y analice. Una reciente encuesta realizada por la Fundación Varkey a nivel mundial, abarcando 29 países entre los que se cuenta la Argentina, da cuenta que el 56% de los padres encuestados de nuestro país sostienen que la educación está ahora peor que 10 años atrás, y solo el 24% dice que hubo mejoras. Demás está decir que con tales resultados, el nuestro se encuentra integrando el grupo de los más pesimistas de los 29 que fueron relevados.

En general puede calificarse a este estudio como "una encuesta global de padres", realizándose 27.631 entrevistas en los 29 países en cuestión, correspondiendo 1.000 de esos padres a la Argentina, incluidos dentro de etaria entre 18 y 55 años, siendo tomados los datos correspondientes en los meses de diciembre y enero pasados. Es decir, resulta bien reciente y por lo tanto actualizada.

Si tomamos el nivel global, el 40% de los consultados considera que la educación mejoró en los últimos años y el 37% en cambio dice que empeoró. Los países asiáticos, con la sola excepción de Japón, son los más optimistas, en tanto que los europeos en cambio resultan los más pesimistas con su situación. Veamos ejemplos: en Francia el 70% sostuvo que la educación empeoró, mientras que en el otro extremo del mundo, en la India, es donde la mayoría opina que la educación está en franca mejoría.

Volvamos a nuestro país. La evaluación de estas opiniones de los padres dejan visualizar que en alguna ocasión, años atrás, la educación era vista como una oportunidad de movilidad social, en tanto ahora hay sectores que empiezan a ver que eso no es así. Un dato contundente es que el 45% de los padres argentinos opinó que la educación es el derecho del niño más vulnerado, notándose la mayor preocupación en la clase media.

También podría llegarse a interpretar, y con razón, que la vara de exigencias con la educación se encuentra más alta en la Argentina que en otros países, influyendo también en esta clase de opiniones, que en esta época se cuenta con mucha más información que antes y por lo tanto se conoce y profundiza más en el nivel de exigencias. Se conocen más los problemas, por lo tanto se exige en las soluciones.

De todos modos, más allá de especulaciones, desde el nivel de autoridades educativas se admite que la educación está peor que hace 10 años, ya que tienen correlación con los primeros resultados de la prueba Aprender, que no hicieron más que confirmar esa percepción, si bien impactan otros aspectos como abandono escolar, crecimiento de la matrícula en escuelas privadas respecto de las estatales, o bien la pérdida de alumnos en el nivel secundario. Sin dejar de mencionarse que la baja de la calidad educativa en la Argentina estuvo estrechamente relacionada con la falta de formación docente, siendo una de las prioridades para revertirlo, aunque la falta de solución de los planteos gremiales -que otra vez alteraron el comienzo de la actividad escolar- digan lo contrario. 

A pesar del mal diagnóstico que formulan los padres, 8 de cada 10 de ellos consideran que el nivel educativo que reciben sus hijos actualmente es bueno o muy bueno, lo cual contradice la anterior postura, tal como sucede con las estimaciones que se hacen de los colegios, donde apenas el 34% considera que son buenos. Estas idas y venidas, que en cierta manera se contradicen, son también un reflejo de cierta desorientación que existe entre los mismos padres de escolares, que son quienes por cuestiones de cercanía, los que más pueden exponer sobre estos temas que fueron encuestados.

En caso de hacerse un desagregado, se cae en la conclusión que los estratos sociales más pobres son los que más reconocen que la educación es mala. El problema es que si hay dificultades para reconocer el nivel educativo, sectorizándose las estimaciones, resultará mucho más difícil que se produzca una demanda conjunta. Que se sepa, nunca hubo una movilización de padres reclamando por una mejor educación, pues cada uno trata de resolver el problema individualmente, estando ausente un pensamiento y actitud colectiva en tal sentido.

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