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Editorial Martes 27 de Noviembre de 2018

Educación de niños migrantes

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REDACCION

Por REDACCION

Durante el desarrollo del ciclo lectivo, la rutina de los niños es concurrir a clases ya sea en las ciudades o en áreas rurales para cumplir con la educación obligatoria. Los chicos en la escuela es la frase célebre que sintetiza qué deben hacer los niños más allá de sus derechos de vivir una infancia feliz, al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes.

Pero también hay otras realidades según revela la edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), publicado por la UNESCO y titulado "Migración, desplazamiento y educación: construir puentes, no muros". Este reporte advierte que el número de niños migrantes y refugiados en edad escolar alrededor del mundo actualmente podría llenar medio millón de aulas, lo que representa un aumento del 26% desde el 2000. En el Informe se destacan los logros y deficiencias de los países a la hora de garantizar el derecho de los niños migrantes y refugiados a beneficiarse de una educación de calidad, un derecho que sirve a los intereses tanto de los alumnos como de las comunidades en las que viven.

Como plantea la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, el aprendizaje no es un lujo, cuando se niega la educación a migrantes y refugiados, todos pierden. Porque se parte de la base de que la educación es clave para la inclusión y la cohesión y la mejor forma de forjar comunidades más fuertes y resilientes.

El Informe revela en qué lugares de América Latina y el Caribe se ve cuestionado este derecho. Así, cada vez hay más menores no acompañados en los centros de detención, donde por lo general no cuentan con acceso a educación. Cerca de 50.000 niños de El Salvador, Guatemala, Honduras y México fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de los Estados Unidos entre 2013 y 2017. En México, 35.000 menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades ad hoc con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso.

En la República Dominicana, los haitianos sin Estado no disfrutan plenamente del derecho a la educación. Los índices de asistencia a la educación primaria fueron de un 52% para los niños nacidos en Haití, un 79% para aquellos nacidos en República Dominicana de padres inmigrantes y un 82% para aquellos nacidos en otros países. Además, aun cuando logran matricularse, les es difícil avanzar a través del sistema.

En Chile, aunque una directiva presidencial de 2008 anunció una educación pública para todos los niños, sin importar su estado de migración, en la práctica esto ha quedado a discreción de los funcionarios de los gobiernos locales.

Sin embargo, en la región hay también numerosos buenos ejemplos de inclusión en la educación de migrantes y personas desplazadas a la fuerza. Colombia se ha convertido en líder, al usar su marco legal para proteger la educación de su población desplazada internamente. En 2002, la Corte Constitucional ordenó a las autoridades educacionales municipales que tratasen de forma preferencial a los niños desplazados en términos de acceso a la educación. En el último tiempo, Colombia, al igual que otros países de la región, incluyendo algunos no hispanoparlantes, como Brasil y Trinidad y Tobago, han abordado las consecuencias que tiene en la educación el desplazamiento cada vez más común de personas entre fronteras en América Latina, y reciben a estudiantes venezolanos junto con los suyos propios.

De acuerdo al reporte del GEM, Argentina ayudó a muchos migrantes no documentados a convertirse en ciudadanos regulares por medio de una ley de migración del 2004 y de su posterior Plan Patria Grande, el cual afirmaba que ‘bajo ninguna circunstancia deberá el estatus irregular de un inmigrante impedir su admisión como estudiante en ninguna una institución educativa'.

A nivel subnacional, también hay ciudades que desempeñan un papel protagónico en la promoción de la inclusión y de la educación en contra de la xenofobia. En Sao Paulo, Brasil, se lanzó una campaña de concientización y se estableció un Consejo Municipal para Migrantes, grupo asesor que integra a los inmigrantes en la vida política local y promueve sus derechos.

El Informe recién publicado calcula también el alcance del éxodo intelectual, y demuestra que 1 de cada 12 de los profesionales mejor calificados de América Latina y más de 1 de cada 2 en el Caribe están emigrando a otros países. Manos Antoninis, Director del Informe GEM, indica a pesar del discurso político habitual, son los más educados quienes más suelen migrar, ya sea en busca de mayores retornos de su educación o porque están mejor capacitados para responder a las oportunidades en otras partes.







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