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Editorial Miércoles 15 de Mayo de 2013

Economía en EE.UU.

Aun cuando la economía estadounidense creció 2,5% en el primer trimestre, todavía no está afianzado el camino de la recuperación.

Redacción

Por Redacción

La economía de los Estados Unidos, después de tantos avatares estos últimos años viéndose envuelta en una verdadera maraña de problemas que llegaron a ponerla poco menos de rodillas, ha comenzado a recuperar terreno. Es que en el primer trimestre de este año tuvo un crecimiento de 2,5% de su PBI, una cifra realmente alentadora, que además marca una tendencia bastante consolidada al quedar instalada por todo un trimestre. Aunque, los especialistas aguardaban todavía algo más de expansión positiva, considerando las significativas inversiones que realizó el gobierno de Barack Obama en ese sentido.

Donde no se produjo una contribución como se esperaba, es de parte de los sectores inmobiliario y el inversionista en activos como materias primas y maquinaria industrial, lo cual estaría demostrando que la mayor economía del mundo en este camino de la recuperación no está siguiendo un mismo modelo que tenía antes de la crisis, pues los sectores están reaccionando de muy diferentes formas.

Es cierto que hubo vaivenes en los últimos meses, pero aún así no siendo los índices todo lo positivo que se esperaba, igualmente se considera estar en el rumbo correcto. En la pasada primavera de 2012 y después de tanto estancamiento, la actividad económica estadounidense logró un crecimiento de 1,3%, mientras que en el verano esa expansión alcanzó el buen nivel de 3%, que llevó tal vez a exagerar el optimismo y suponer que la crisis estaba definitivamente doblegada, pero en el invierno la decepción volvió a expandirse cuando el crecimiento fue de un magro 0,4% volviéndose al retroceso, y quedando en evidencia que la recuperación era en realidad mucho más débil e inconsistente de lo que se suponía. Pero ahora, tal como decimos, este 2,5% del primer trimestre de 2013, sin ser espectacular, vuelve a poner la economía en carrera, confiándose que ahora sí llegó el momento del despegue.

Toda esta situación tal vez pueda ser interpretada como un hecho aislado para el interés del resto del mundo, pero en realidad no lo es, ya que es mucha la influencia que tiene Estados Unidos en la mayor parte del planeta, y aun cuando la globalización haya ganado implementación desde hace tiempo y el comercio diversificado con amplitud especialmente por la aparición de los asiáticos China e India, la presencia de Estados Unidos es un factor de gran trascendencia y más aún cuando lo hace con su producción en alza. 

Volviendo al desempeño de la economía de la primera potencia mundial, en estos tres meses iniciales del año el mayor empuje para llegar a ese 2,5% de crecimiento fue dado por el consumo, que representa cerca de dos tercios del PBI. Para tener una idea de la expansión que va teniendo, recordemos que en los dos últimos meses de 2012 el consumo estaba en 1,8% y ahora en este primer trimestre de 2013 pasó a representar el 3,2%, dándose en este caso un aspecto importante como la mayor confianza de parte de la gente, lo cual es un aspecto decisivo para apuntalar a cualquier economía en situación inestable como estuvo la estadounidense. Debiendo también citarse dentro de los factores positivos el fuerte inventario de negocios que hubo esos tres primeros meses, representando un punto del PBI.

En cambio el mercado inmobiliario, justo desde el cual había partido varios años atrás el desencadenamiento de la crisis con aquella conocida "burbuja inmobiliaria", mostró entre enero y marzo una leve desaceleración del ritmo que había logrado en los dos últimos meses del año pasado, lo cual llevado a números precisos, fue de 12 puntos contra 17.

Ahora, se está al aguardo de los datos del desempleo, que son realmente decisivos para establecer el verdadero nivel de la economía, ya que si las fuentes de trabajo no crecen junto a la economía, se trata de una situación irregular sobre la cual no deben hacerse demasiadas ilusiones. Todos los resortes de la actividad deben sostenerse dentro de parecidos niveles, siendo decisivo el empleo, pues sin un mercado laboral activo no hay posibilidad de consumo, mucho menos de afianzamiento de tendencias.

Quedan de todas maneras algunos aspectos por solucionar, siendo el más saliente de todos el abultado déficit que está tratando de equilibrarse, aunque todavía sin acuerdos visibles en la disputa que en tal sentido están librando la Casa Blanca y el Congreso. Hay marcadas diferencias en las formas, más allá de la coincidencia en buscarle una salida.

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